VISITAR LAS CATACUMBAS DURANTE EL JUBILEO FORTALECE EN LA FE Y LA ESPERANZA: PALABRAS DEL PAPA A LA PONTIFICIA COMISIÓN DE ARQUEOLOGÍA SACRA (17/05/2024)

Valorar, en vista del Jubileo, las peregrinaciones a las catacumbas cristianas, en particular a las tumbas de los mártires, signo de esperanza y de vida. Este fue el mensaje del Papa Francisco contenido en su discurso de este 17 de mayo por la mañana a los participantes en la reunión plenaria de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra, a quienes recibió en la Sala del Consistorio. Estos lugares, de hecho, son cementerios, señaló el Papa, dormitorios, son testimonio, por tanto, de la espera de la resurrección. Compartimos a continuación, el texto de su intervención, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

Dirijo mi cordial bienvenida a todos ustedes, que han participado en la Reunión Plenaria de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra, así como también a todo el personal y a los colaboradores. Saludo fraternalmente y con gratitud al Cardenal Ravasi, que guió con sabiduría a la Pontificia Comisión desde 2007 hasta 2022. Y saludo al actual Presidente, Mons. Pasquale Iacobone, que fuera experto Secretario. Aprecio el compromiso de involucrar a las nuevas generaciones de estudiantes y estudiosos de la arqueología cristiana para mantener alta la calidad de la protección, la investigación, la restauración y la valoración de las catacumbas cristianas de Italia.

En tal sentido, la idea de las Jornadas de las Catacumbas, con la participación de familias y jóvenes en los laboratorios didácticos; la presentación de las distintas catacumbas tanto en programas de televisión como en las redes sociales; la asignación de becas de estudio; los sitios de investigación arqueológica anual en colaboración con distintas Universidades; todas estas iniciativas contribuyen a favorecer el conocimiento de las catacumbas y su visita calificada.

La Reunión Plenaria propuso a su atención, ante todo, los distintos proyectos en realización en distintas regiones italianas, que llevan a continuos e interesantes descubrimientos, documentados tanto en publicaciones como en intervenciones en numerosos congresos científicos.

Pero fue sobre todo el tema del próximo Jubileo el que ocupó su reflexión. En este gran evento las catacumbas cristianas serán naturalmente una de las metas más significativas.

El tema del Jubileo, “Peregrinos de Esperanza”, encuentra, de hecho, una singular y sugestiva declinación precisamente en los recorridos por las catacumbas. Ahí se encuentran los muchos signos de la peregrinación cristiana desde los orígenes: pienso, por ejemplo, en los importantísimos grabados de la así llamada triclia de las catacumbas de San Sebastián, la Memoria Apostolorum, dónde se veneraban en conjunto las reliquias de los apóstoles Pedro y Pablo. Descubrimos después, en estos recorridos, los símbolos y las ilustraciones cristianas más antiguas, que dan testimonio de la esperanza cristiana. En las catacumbas todo habla de esperanza, todo: habla de vida más allá de la muerte, de liberación de los peligros y de la muerte misma por obra de Dios, que en Cristo, el Buen Pastor, nos llama a participar en la felicidad del Paraíso, educada con figuras de plantas frondosas, flores, prados verdes, pavos y palomas, ovejas pastando... ¡Todo habla de esperanza y de vida!

En sí mismas las catacumbas, siendo “cementerios”, es decir “dormitorios”, dan testimonio de la espera, de la esperanza del cristiano, qué cree en la resurrección de Cristo y en la resurrección de la carne.

La peregrinación en las catacumbas se configura, por tanto, como un itinerario en el cual hacer experiencia del sentido de la espera y de la esperanza cristiana; nos recuerda que todos somos peregrinos, en camino hacia la meta del encuentro con Dios, que en Cristo resucitado nos llama a compartir su santidad y su paz. Las primeras generaciones cristianas comunican y expresan esta fe a través palabras de buenos deseos y oraciones que continuamente encontramos en los epitafios trazados sobre las tumbas de sus seres queridos: “Vivas in pace – Vivas in Deo, Vivas in Christo”!

La esperanza cristiana es testificado sobre todo por los Mártires, cuyas memorias salpican los recorridos por las catacumbas. Por eso me alegro vivamente con ustedes por la propuesta de hacer evidentes, en vista del Jubileo, las tumbas de los Mártires, proponiéndolas a los peregrinos como etapas significativas de los recorridos de visita. Detenernos frente a ellas nos hace confrontar con el ejemplo valiente de estos cristianos, siempre actual, y nos invita a orar por tantos hermanos que hoy sufren persecución por la fe en Cristo.

Parece propicia y oportuna, por tanto, la decisión de ampliar el número de los sitios con catacumbas accesibles a los peregrinos, para permitir a un mayor número visitarlas y fortalecerse así en la fe y la esperanza.

Queridos hermanos y hermanas, ustedes son, a nombre de la Santa Sede y de toda la Iglesia, custodios del patrimonio de fe y arte de las catacumbas cristianas de Italia, como reitera la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium (cf. art. 245). Les agradezco por su servicio y los exhortó a llevarlo adelante siempre con capacidad y pasión. Es un servicio a la memoria y al futuro; un servicio a las raíces y a la evangelización. Porque el mensaje de las catacumbas habla a todos, a los peregrinos y también a los visitantes alejados de una experiencia de fe.

Invoco sobre todos ustedes la protección y el sostén de María Madre de Dios y Reina de los mártires. Los bendigo de corazón y bendigo su trabajo y a sus seres queridos. Y les pido por favor orar por mí. Gracias.

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