QUE EL DEPORTE SEA UNA COMPETENCIA GENUINA NO DAÑADA POR OTROS INTERESES: MENSAJE DEL PAPA AL CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE DEPORTE Y ESPIRITUALIDAD (16/05/2024)

El Papa Francisco envió un mensaje a los participantes en el Congreso internacional sobre el Deporte y la Espiritualidad “Poner la vida en juego”, que se inaugura este 16 de mayo, en Roma y se prolongará hasta el sábado, promovido por el Dicasterio para la Cultura y la Educación y la Embajada de Francia. En su mensaje, el Papa reconoce que la actividad deportiva, “moldeando la vida cotidiana de muchas personas”, tiene “un papel cada vez más importante en la sociedad”. Es necesaria una pastoral que valorice su acción evangelizadora, sin que nunca falte el espíritu “amateur” que preserve su autenticidad, afirma el Santo Padre en el texto del mensaje que compartimos a continuación, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas:

Saludo cordialmente a todos ustedes que participan en el Congreso Internacional sobre Deporte y Espiritualidad, con el título “Poner la vida en juego”, organizado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación y por la Embajada de Francia ante la Santa Sede.

El apóstol Pablo comparó más de una vez la vida espiritual con la actividad competitiva, en particular con una carrera (cf. 1 Cor 9, 24; 2 Tim 4, 7-8) cuyo premio es Cristo mismo. La disciplina y la templanza de los atletas, como también la sana competencia han sido a menudo valorados como metáforas de la vida cristiana virtuosa. También hoy esta metáfora puede resultar eficaz para todos aquellos que, de alguna manera, desean y se esfuerzan por complacer a Dios y ser sus amigos.

El deporte está asumiendo un papel cada vez más importante en la sociedad, moldeando la vida cotidiana de muchas personas. Es una manera de emplear el tiempo libre que suscita intereses y oportunidades de encuentro, reúne, crea comunidad, dinamiza la vida de manera ordenada y promueve sueños, sobre todo en las jóvenes generaciones.

Esta es la razón por la que se hace necesaria una pastoral del deporte y una educación hacia los valores genuinos de la competencia, purificada de egoísmos y de intereses meramente materiales. Por el mismo motivo es importante que la Iglesia reflexione sobre la experiencia deportiva y la valore adecuadamente en su acción evangelizadora. Aquellos que están involucrados en este servicio están llamados a actuar de manera que propongan a Jesús como «verdadero atleta de Dios» (S. Juan Pablo II, Homilía en el Jubileo de los deportistas, 29 de octubre 2000). Algunos recientes pronunciamientos pontificios han enriquecido la reflexión eclesial sobre el deporte, colocándolo en su horizonte humano, advirtiendo sobre los riesgos de deshumanización y corrupción, promoviéndolo como lugar privilegiado de encuentro entre personas y de fraternidad entre los pueblos.

En tal contexto, el presente Congreso sobre Deporte y Espiritualidad se propone pensar “al deporte más allá del deporte”. Con una visión poliédrica, pretende profundizar en sus valores éticos, sociales, culturales, políticos y espirituales. Deseo el mejor resultado de sus trabajos y me permito dejarles una indicación que para mí es muy importante: en el deporte, a todos los niveles, nunca debería disminuir el espíritu “amateur”, que preserva su autenticidad. Y este estilo está estrechamente ligado a la calidad de la vida espiritual de quienes conforman el ambiente deportivo: directivos, entrenadores, técnicos y atletas. Subrayó a este respecto la gran responsabilidad educativa de los adultos: su conciencia formada en los valores humanos es determinante para dar vida a ambientes deportivos sanos y formativos previniendo toda actitud que no educa y cualquier forma de abuso, especialmente en daño de los menores y los más vulnerables.

Agradeciéndoles por su compromiso, les aseguro mi oración e invoco sobre todos ustedes y sus respectivas actividades, la bendición del Señor.

Roma, San Juan de Letrán, 24 de abril 2024

FRANCISCO

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