LA TEOLOGÍA, “COMPAÑERA DE CAMINO” DE LAS CIENCIAS: PALABRAS DEL PAPA A LA RED INTERNACIONAL DE SOCIEDADES DE TEOLOGÍA CATÓLICA (10/05/2024)

El Santo Padre Francisco recibió en audiencia, este 10 de mayo en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, a los miembros de la Red Internacional de Sociedades de Teología Católica. El Papa subrayó en el discurso que les entregó que, el conocimiento teológico es necesario ante los “desafíos que plantea el progreso tecnocientífico” y es valioso en el actual cambio de época, sobre todo, en “la construcción de la convivencia en paz y el cuidado de la casa común”. Reproducimos a continuación el texto del discurso entregado por el Santo Padre, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

Me alegra encontrar a los teólogos de la “Red Internacional de Sociedades de Teología Católica”. Les digo gracias por el trabajo interdisciplinario que realizan con proyectos de investigación y congresos, impulsando el ecumenismo, el diálogo con las demás religiones y visiones del mundo.

La teología es realmente un valioso ministerio eclesial, que necesitamos. Ante todo, porque pertenece a la fe católica el dar razón de la esperanza a quien lo pida (cf. 1 Pe 3, 15). Y sabemos que la esperanza no es una emoción o un sentimiento, sino la persona misma de Jesús, camino, verdad y vida (Jn 14, 5).

Además, la teología es valiosa en el cambio de época que estamos viviendo, en sociedades multiétnicas en continua movilidad, con interconexión de pueblos, lenguas y culturas distintas que hay que orientar, con conciencia crítica, hacia la construcción de una convivencia en la paz, en la solidaridad y la hermandad universal (cf. Enc. Fratelli tutti) y en el cuidado de nuestra casa común (cf. Enc. Laudato si’).

Por otra parte, necesitamos de la teología para que los desafíos planteados por el progreso tecno-científico – pensemos en la inteligencia artificial – obligan hoy a “unirnos” para comprender qué es humano, qué es digno del hombre, qué en el hombre es irreductible, porque es divino, es decir imagen y semejanza de Dios en Cristo. Aquí, la teología debe poder hacerse compañera de camino de las ciencias y de todos los saberes críticos, ofreciendo su propia contribución sapiencial, para que las diferentes culturas no lleguen al desencuentro sino, en el diálogo, se conviertan en sinfonía.

Por tanto, queridos amigos, me parece que puedo indicar estas tres directrices de desarrollo para la teología: la fidelidad creativa a la tradición, la transdisciplinariedad y la colegialidad (cf. Discurso a la Comisión Teológica Internacional, 4 de noviembre 2022). Son los “ingredientes” esenciales de la vocación del teólogo católico en el corazón de la Iglesia. Los teólogos, de hecho, son como los exploradores enviados por Josué a la tierra de Canaán: deben descubrir los caminos correctos de acceso para la inculturación de la fe.

Sabemos bien que la Tradición está viva. Entonces debe crecer, encarnando el Evangelio en cada rincón de la tierra y en todas las culturas. Porque el Evangelio anuncia el evento de Jesús muerto y resucitado y es sabiduría de vida para todos: es el saber para la existencia humana, cuya luz entra en las fibras de toda la realidad investigada por las ciencias. La transdisciplinariedad de los saberes no es, por tanto, una moda del momento, sino que es una exigencia de la ciencia teológica: ella, de hecho, “escucha” los descubrimientos de los otros saberes para profundizar en las doctrinas de la fe, mientras que ofrece la sabiduría cristiana para el desarrollo humano de las ciencias. La responsabilidad de tan ardua tarea implica también la colegialidad y sinodalidad del camino de investigación.

Sobre todo, este servicio no se puede realizar sin redescubrir el carácter sapiencial de la teología, como he tenido forma de precisar en la Carta Apostólica Ad Theologiam promovendam. Benedicto XVI pedía justamente a todas las ciencias ensanchar las fronteras de la racionalidad científica en sentido sapiencial. Este ensanchamiento debe ocurrir también en la teología, para que sea un saber crítico para la vida de todo ser humano y del pueblo de Dios, uniendo ciencia y virtud, razón crítica y amor. Porque la fe católica es fe que obra a través de la caridad, de otra forma es fe muerta (Cf. Sant 2, 26). La teología sapiencial es, entonces, teología del amor, de hecho «el que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor» (1 Jn 4, 8).

Queridos hermanos y hermanas, gracias por esta visita. ¡Les deseo buen trabajo! Los bendigo y les pido por favor orar por mí.

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