LA MIGRACIÓN, ANTÍDOTO CONTRA LA CRISIS PROVOCADA POR EL DESCENSO EN LA NATALIDAD: PALABRAS DEL PAPA A PARTICIPANTES EN UNA CONSULTA SOBRE EL TRABAJO (08/05/2024)
Queridos hermanos y hermanas, buenos días:
En ocasión de este su encuentro, me alegra darles la bienvenida a ustedes que son miembros de la Organización Internacional del Trabajo, de las Conferencias Episcopales, de las congregaciones religiosas, de las organizaciones de inspiración católica y de otras confesiones, de los sindicatos y de otros grupos de base de la sociedad civil, comprometidos en el proyecto «El futuro del trabajo: el trabajo después de Laudato si’».
En los últimos seis años han sacado adelante reflexiones, diálogos e investigaciones, proponiendo modelos de acción innovadores para un trabajo equitativo, justo, digno para todas las personas del mundo. Y agradezco a los Superiores del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral por haber animado este esfuerzo. De la misma manera, agradezco a la Comisión Católica Internacional para las Migraciones, que se ha ocupado en la coordinación y la gestión del proyecto. Gracias, muchas gracias.
En los próximos días su reunión estará centrada en el tema “Cuidar es trabajar, trabajar es cuidar”. Para construir una comunidad transformadora global. Esto les permitirá pasar a una segunda fase de este proyecto, empleando el método del discernimiento social común. Es necesario, de hecho, poner en común todos nuestros recursos personales e institucionales, para iniciar una lectura adecuada del contexto social en el que nos movemos, buscando captar las potencialidades y, al mismo tiempo, reconocer anticipadamente aquellos malos sistémicos que pueden convertirse en plagas sociales.
Han identificado cinco temáticas que revisten una importancia crucial para toda la sociedad. Quisiera recordarlas brevemente.
Ante todo el trabajo digno y las industrias mineras. Como también recordé en la Encíclica Laudato si’, Las exportaciones de algunas materias primas con el único objetivo de satisfacer los mercados del norte industrializado, no han estado exentas de consecuencias incluso graves, entre las cuales está la contaminación por mercurio o por dióxido de azufre en las minas. Es fundamental que las condiciones de trabajo estén conectadas con los impactos ambientales, prestando mucha atención a los posibles efectos en términos de salud física y mental de las personas involucradas, así como de la seguridad.
Un segundo tema es el trabajo digno y la seguridad alimentaria. El Reporte global sobre crisis alimentarias, publicado recientemente, ha puesto en relieve que, en 2023, más de 280 millones de personas en 59 países y en distintos territorios han sufrido niveles elevados de inseguridad alimentaria aguda, que requieren una intervención asistencial urgente; sin olvidar que en zonas como Gaza y Sudán, devastadas por la guerra, se encuentra el mayor número de personas que están enfrentando la hambruna. Los desastres naturales y las condiciones meteorológicas extremas, ahora intensificadas por el cambio climático, además de los golpes económicos, son otros importantes factores que determinan la inseguridad alimentaria, ligados a su vez a algunas vulnerabilidades estructurales como la pobreza, la elevada dependencia de las importaciones de productos alimentarios y las infraestructuras precarias.
No debemos olvidar, además, una tercera cuestión que se refiere a la relación entre trabajo digno y migración. Por muchas razones, son muchas las personas que emigran en busca de trabajo, mientras que otras son obligadas a hacerlo para huir de sus países de origen, a menudo destruidos por la violencia y la pobreza. Estas personas, también a causa de prejuicios y de una información imprecisa o ideológica, son vistas a menudo como un problema y un agravio para los costos de una nación, mientras que ellos en realidad, trabajando, contribuyen al desarrollo económico y social del país que los recibe y de aquel del que provienen. Y sobre esto quisiera subrayar la baja natalidad. Estos países ricos no tienen hijos: todos tienen un perrito, un gato, todos, pero no tienen hijos. La falta de natalidad es un problema y la migración viene a ayudar en la crisis que provoca la baja natalidad. Este es un problema muy grave. Sin embargo, muchos migrantes y trabajadores vulnerables aún no están plenamente integrados en la plenitud de sus derechos, son ciudadanos “de segunda”, permaneciendo excluidos del acceso a servicios de salud, a medicamentos, a la asistencia, a planes de protección financiera y a servicios psicosociales.
Siempre en esta óptica, es importante enfocar la relación entre trabajo digno y justicia social. Esta expresión, “justicia social”, que llegó con las Encíclicas sociales de los Papas, es una palabra que no es aceptada por la economía liberal, por la economía de punta. La justicia social. De hecho, un riesgo que corremos en nuestras sociedades actuales el de aceptar pasivamente lo que ocurre alrededor de nosotros, con una cierta indiferencia o porque no estamos en condiciones de enmarcar problemáticas a menudo complejas y encontrar para ellas respuestas adecuadas. Pero eso significa dejar crecer las desigualdades sociales y las injusticias también en lo que se refiere a las relaciones de trabajo y a los derechos fundamentales de los trabajadores. ¡Y eso no está bien!
Finalmente, el último aspecto que han considerado es el del trabajo digno relacionado con la justa transición. Teniendo en cuenta la interdependencia entre trabajo y medio ambiente, se trata de repensar los tipos de trabajo que conviene promover relacionados con el cuidado de la casa común, especialmente con base en las fuentes de energía que requieren.
Muy queridos hermanos y hermanas, estos cinco aspectos representan desafíos importantes. Les agradezco porque los acogen y los enfrentan con pasión y capacidad. El mundo necesita de un renovado compromiso, de un nuevo pacto social que nos una – a generaciones más ancianas y generaciones más jóvenes – por el cuidado de la creación y la solidaridad y protección recíproca dentro de la comunidad humana. Que Dios bendiga a todos ustedes y su trabajo de estos días. Y por favor, no se olviden de orar por mí: ¡este trabajo no es fácil! Gracias.
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