EL PAPA ENVÍA UN MENSAJE A LA IGLESIA ORTODOXA ALBANESA POR LA MUERTE DE SU BEATITUD ANASTAS (30/01/2025)
A su Eminencia Juan
Metropolita de Korça
Locum Tenens de la Iglesia Ortodoxa de Albania
Al enterarme de la muerte de Su Beatitud Anastas, Arzobispo de Tirana, Durrës y toda Albania, deseo expresarle mis condolencias a usted, a los miembros del Santo Sínodo y a todos los sacerdotes, monjes, monjas y fieles laicos de la amada Iglesia Ortodoxa de Albania, y asegurarles también mis oraciones para que Dios, nuestro Padre misericordioso, le conceda la recompensa por sus trabajos.
La fe de la comunidad ortodoxa de Albania ciertamente se encarnó en la vida de nuestro querido hermano, cuyo servicio pastoral celoso ayudó a la gente a redescubrir su riqueza y belleza después de los años del ateísmo y la persecución impuestos por el estado. Al respecto, tengo queridos recuerdos de mi encuentro con Su Beatitud en mi primer Viaje Apostólico fuera de Italia, y recuerdo con afecto el abrazo fraternal y las palabras que intercambiamos en esa ocasión.
A través de su larga vida y ministerio como sacerdote y Obispo, siempre manifestó una profunda dedicación al Evangelio, sirviendo y proclamando al Señor en varios contextos geográficos y culturales, en Grecia, África y Albania. Lo hizo siguiendo el ejemplo de San Pablo, que se dedicó tanto a Cristo que podía decir, “me he convertido en todas las cosas para todos, para que pueda salvar a algunos por todos los medios” (1 Cor 9, 22).
Al asumir la responsabilidad de guiar a la Iglesia Ortodoxa en Albania, deseó entrar profundamente en los corazones de quienes estaban encomendados a su cuidado, especialmente sus tradiciones e identidad, sin perder nunca comunión con las demás Iglesias Ortodoxas. Al mismo tiempo, se comprometió gustosamente en el diálogo y promovió la coexistencia pacífica con otras Iglesias y religiones.
Cuando llegó por primera vez a Albania, algunos sacerdotes le dieron la bienvenida con el saludo de Pascua en griego “¡Christos Anesti!”. Él respondió en albanés manifestando un ferviente deseo de vivir con su gente y dar testimonio del amor de Dios, que supera toda obscuridad y opresión, en medio de aquellos que han sufrido mucho.
Ahora que su vida terrenal ha llegado al final, pido para que, a través de la misericordia de Dios, el Padre todopoderoso, Su Beatitud pueda alabar eternamente a la Santísima Trinidad, junto con todos los confesores de la fe y los pastores que han proclamado la palabra de salvación a los pueblos en todas partes y en todos los tiempos.
Roma, San Juan de Letrán, 27 de enero 2025
FRANCISCO
Comentarios