UNA SOCIEDAD FRATERNA SABE DAR ESPACIO A TODA DISCAPACIDAD Y FRAGILIDAD: PALABRAS DEL PAPA A PROMOTORES DE ÉCOLES DE VIE(S) (10/01/2025)
Queridas hermanas, queridos hermanos, buenos días:
Con alegría hoy los recibo a ustedes, promotores del proyecto “Écoles de Vie(s)”, acompañados por Mons. Philippe Christory, Obispo de Chartres. Su proyecto de formación, que tiene al centro el Evangelio y la enseñanza social de la Iglesia, saca a la luz una verdad fundamental: toda persona, por frágil que sea, es portadora de un valor intrínseco y estamos llamados a “reconocer a cada individuo como persona única e insustituible” (Fratelli tutti, 98). Toda vida humana tiene una dignidad inalienable. Con su compromiso, ustedes proclaman que nadie es inútil, nadie es indigno, que toda existencia es un don de Dios que hay que acoger con amor y respeto. ¡Gracias!
Eso es lo que Jesús mismo nos enseña con su ejemplo. En su ministerio siempre fue al encuentro de los enfermos, de los rechazados, de los que eran excluidos por la sociedad de su tiempo. Y tocó a los leprosos, habló con los marginados y acogió con amor a los que parecían no tener un lugar en la sociedad. «Jesús entra en contacto, Jesús entra en contacto directo con los que viven la discapacidad, porque ésta, como todas formas de enfermedad, no hay que ignorarla o negarla. Pero Jesús no sólo se pone en relación con ellos: Él cambia también el sentido de su experiencia; de hecho, introduce una nueva mirada [...]. Para Él toda condición humana, incluso aquella marcada por fuertes limitaciones, es una invitación a tejer una relación singular con Dios que hace florecer de nuevo a las personas» (Discurso a la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, 11 de abril 2024). Eso es importante: la relación con Dios siempre hace florecer a las personas, ¡siempre!
Al acoger a todos con sus fragilidades y poner en relación a un gran número de actores, ustedes encarnan a esa Iglesia en salida que a menudo he deseado, una Iglesia abierta, una Iglesia acogedora, capaz de hacerse cercana a cada uno y curar las heridas de los que sufren, de acariciar con ternura a quien le falta afecto y levantar a quien ha caído. Piensen que sólo en una situación es lícito mirar a una persona de arriba hacia abajo: para ayudarla a levantarse. Los jóvenes en particular, a pesar de sus límites, son ricos en potencialidades insospechadas. Estamos llamados a crear espacios en los que puedan expresarse plenamente. Debemos hacer espacio a sus sueños, acogerlos y comunicarles esperanza. Su compromiso les permite descubrir que su vida tiene un sentido y que tienen un papel único que desempeñar en la sociedad.
Me alegra que su proyecto se ubique decididamente en la visión de la educación propuesta en el Pacto Educativo Global: una educación integral que no se limita a transmitir conocimientos, sino que busca formar hombres y mujeres capaces de compasión y amor fraterno. Así contribuyen a una educación que prepara el futuro, formando, más que profesionistas competentes, adultos maduros que serán los artesanos de un mundo más hermoso y humano, impregnado de Evangelio.
En este año jubilar de la esperanza, los animo a perseverar con determinación, porque sólo restituyendo la centralidad a la persona humana, integrando sus dimensiones espirituales, podremos construir una sociedad verdaderamente justa y solidaria. Su iniciativa es una respuesta concreta a esta aspiración: restituye a las personas, a todas las personas, marginadas por la discapacidad o la fragilidad, su lugar al interior de una comunidad fraterna y alegre. Que su compromiso inspire otras iniciativas a favor de los más vulnerables y que su acción abra perspectivas para una educación integral que las jóvenes generaciones necesitan urgentemente.
Que la Virgen María, Madre de la esperanza y educadora de Jesús, los acompañe y los proteja. Los bendigo de corazón, junto a todas las personas a las que sirven, los jóvenes que forman, todas las familias y todos aquellos que apoyan este hermoso proyecto. Y, por favor, no se olviden de orar por mí. Gracias.
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