OCTAVARIO DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2025 - DÍA 1
UN VIAJE A TRAVÉS DEL CREDO DE NICEA – DÍA 1
La paternidad y el cuidado de Dios que rige el universo
Inicia este momento de oración leyendo los siguientes textos de la Sagrada Escritura:
Isaías 63, 15-17
Salmo 139, 1-3. 13. 23. 24b
1 Corintios 8, 5-6
De la tradición griega
Considera los misterios de la caridad, y entonces contemplarás el seno del Padre, a quien sólo el Dios [Hijo] Unigénito manifestó. Y además Dios mismo es amor y a través del amor lo contemplamos. Ciertamente, lo inefable de Dios es [ser] Padre, y su compasión para con nosotros le ha hecho madre.
– Clemente de Alejandría [c. 150-215], ¿Qué hombre rico se salvará? 37, 1-2
De la tradición siríaca
¿Quién puede contemplar a Dios con una inteligencia despierta, y concebir su majestad, y considerar su naturaleza oculta, y quién puede contemplar con la mirada del entendimiento esa naturaleza pura y santa, que no tiene necesidad alguna? [...] El que ruega, y suplica, e insta a todo hombre a vivir. El que sufre para darnos la vida, y busca encontrarnos, y se complace más en nuestra felicidad que nosotros mismos. El que continuamente nos suplica que nos enriquezcamos tomando las riquezas de su almacén, para que seamos ricos gracias a sus tesoros y no vivamos en la pobreza. El que se regocija no tanto por su propia vida como por la nuestra.
– Filoxeno de Mabbug [c. 440-523], Discurso 7
De la tradición latina
La fuente de la vida es el bien principal, del cual mana para todos medios de vida, en tanto que Él sostiene en sí mismo la vida. No recibe nada de nadie como si estuviera necesitado. Él confiere el bien a los demás en lugar de pedirlo prestado para sí, porque no tiene necesidad de los demás, no tiene necesidad de nosotros [...]. ¿Qué hay más hermoso que acercarse a Él, aferrarse a Él? ¿Qué puede ser más complaciente? Aquel que ha visto y probado libremente la fuente de agua viva, ¿qué más puede desear?
– Ambrosio de Milán [c. 337-397], Cartas IV, 11, 18
Oración
Padre compasivo,
renueva nuestra fe en ti y únenos a través de tu amor,
para que podamos reconocernos como hijos tuyos
y llegar a ser una sola cosa.
Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo unigénito,
en la comunión del Espíritu Santo.
AMÉN.
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