DIOS NOS AMA A TODOS COMO HIJOS, ¡RECORDÉMOSLO!: ÁNGELUS DEL 12/01/2025

Este 12 de enero, el Papa Francisco encabezó la oración mariana del Ángelus ante los miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano, recordando que con la Fiesta del Bautismo del Señor que hoy se celebra, termina el Tiempo de Navidad. Inspirándose en el Evangelio de Lucas de la liturgia de hoy, el Santo Padre invitó a detenerse en los dos elementos destacados en la lectura: el rostro y la voz de Dios revelados en el río Jordán. Compartimos a continuación, el texto completo de su alocución, traducido del italiano:

¡Queridos hermanos y hermanas, feliz domingo!

La Fiesta del Bautismo de Jesús, que hoy celebramos, nos hace pensar en muchas cosas, también en nuestro Bautismo. Jesús se une a su pueblo, que va a recibir el bautismo para el perdón de los pecados. Me gusta recordar las palabras de un himno de la liturgia de hoy: Jesús va a hacerse bautizar por Juan “con el alma desnuda y los pies desnudos”.

Y cuando Jesús recibe el bautismo se manifiesta el Espíritu y ocurre la Epifanía de Dios, que revela su rostro en el Hijo y hace escuchar su voz que dice: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti he puesto mi complacencia» (v. 22). El rostro y la voz.

En primer lugar, el rostro. Al revelarse Padre a través del Hijo, Dios establece un lugar privilegiado para entrar en diálogo y en comunión con la humanidad. Es el rostro del Hijo amado.

En segundo lugar, la voz: «Tú eres mi Hijo, el amado» (v. 22). Este es otro signo que acompaña la revelación de Jesús.

Queridos hermanos y hermanas, la fiesta de hoy nos hace contemplar el rostro y la voz de Dios, que se manifiestan en la humanidad de Jesús. Y entonces preguntémonos: ¿nos sentimos amados? ¿Yo me siento amado y acompañado por Dios o pienso que Dios está distante de mí? ¿Somos capaces de reconocer su rostro en Jesús y en los hermanos? ¿Y estamos acostumbrados a escuchar su voz?

Les hago una pregunta: ¿cada uno de nosotros recuerda la fecha de su Bautismo? ¡Esto es muy importante! Piensa: ¿en qué día fui bautizado o bautizada? Y si no lo recordamos, al llegar a casa, preguntemos a los padres, a los padrinos la fecha del Bautismo. Y celebremos la fecha como un nuevo cumpleaños: la del nacimiento en el Espíritu de Dios. ¡No lo olviden! Este es un trabajo para hacer en casa: la fecha de mi Bautismo.

Encomendémonos a la Virgen María, invocando de Ella la ayuda. ¡Y no olviden la fecha del Bautismo!

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