HAY QUE EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA SEGURIDAD VIAL: PALABRAS DEL PAPA AL CLUB DEL AUTOMÓVIL DE ITALIA (23/01/2025)

El Papa Francisco recibió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, este 23 de enero, a los Directores y Presidentes de la Federación del Club del Automóvil de Italia. El Papa les recordó que hay que educar a la población en el respeto de las normas de circulación, para que viajar siga siendo una oportunidad de aprendizaje y no de sufrimiento trágico. Esta toma de conciencia, dijo el Santo Padre, debe ir acompañada de una renovada atención al medio ambiente, sobre el que convergen los impactos del tráfico, el excesivo número de vehículos en circulación y el elevado costo del combustible. Publicamos a continuación el texto de su discurso, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

Me alegra encontrarles al inicio de este año jubilar que nos pide que seamos “peregrinos de esperanza”. Lo más importante en la peregrinación es establecer la meta y cumplir todos los pasos necesarios para alcanzarla, sin dejarnos distraer a lo largo del camino, sin desperdiciar valiosas energías en objetivos secundarios, sin ese dar vueltas que para descubrir y ver todo acaba por olvidar la meta. Es curioso… de las vueltas se cae en un laberinto y se olvida la meta… dar vueltas en la vida...

Peregrinar implica el riesgo de equivocar el camino – es cierto –, de encontrarnos en dificultades o sentirnos perdidos. El Jubileo puede ser entonces para cada uno la ocasión de un nuevo comienzo, el momento justo para recalcular el camino de la vida, identificando las etapas fundamentales que no hay que perder y las que en cambio podrían convertirse en un obstáculo para alcanzar la meta. Hay algo cierto: no estamos hechos para estar detenidos, sino que siempre estamos en búsqueda, en camino hacia el destino. Y al que se queda quieto, al corazón detenido, le ocurre como al agua: el agua estancada es la primera en pudrirse. Pero el destino no es una meta cualquiera, sino una meta de compartir, de fraternidad y alegría en cuanto sea posible en este mundo, con sus luces y pruebas, abiertos a una felicidad definitiva en Compañía de Jesús, de María y todos los santos. Por tanto, nunca hay que desanimarse, si no volver a comenzar siempre. Es un poco nuestra mística de siempre volver a comenzar.

Y a este respecto, quisiera reflexionar brevemente sobre dos palabras, que se convierten en caminos que hay que recorrer para dar esperanza al presente y construir un futuro digno: educación y medio ambiente. Estos dos palabras son importantes.

Partamos de la educación. Se necesita una cultura del respeto y la seguridad vial, a partir de las escuelas. Los programas formativos que ustedes promueven involucrando a los estudiantes son una válida contribución para educar hacia una ciudadanía activa. Asumir comportamientos responsables, respetar las normas, ser conscientes de los riesgos ayuda a la convivencia civil y a alcanzar el objetivo de “cero víctimas en las carreteras”. Ese es un objetivo claro, y es un programa, pero, ante todo, un deber. Viajar se relaciona con aprender, con encontrar, y no con sufrir, llorar o, incluso, morir. Por eso, los animo a seguir adelante con el compromiso de la sensibilización y la formación: esto también es una manera de promover y defender la vida.

La segunda palabra, estrechamente ligada con “educación”, es medio ambiente. El número de vehículos, el consumo de energía no renovable y el costo del combustible, la contaminación y el tráfico son algunos de los factores que tienen un impacto innegable en la casa común y en quienes la habitan. ¡Está en juego la calidad de vida! Por eso es urgente trabajar para enfrentar tales desafíos con seriedad y determinación, incluso a través de la creación de alianzas para incentivar la sustentabilidad. En este sector, la tecnología ya ofrece relevantes oportunidades y distintos instrumentos y otros ciertamente serán puestos a disposición. Es necesario asumir una visión amplia, buscando – como ya lo hacen – colaboraciones y acciones comunes que estén a favor de todos, haciendo que la movilidad sea realmente sustentable y accesible.

Queridos amigos, desde hace 120 años están al servicio de los ciudadanos, estando acordes con los tiempos. En este cambio de época, sigan poniendo al centro a las personas, su bienestar y seguridad. Los encomiendo a ustedes, a sus familias y su trabajo a San Cristóbal, el patrono de los automovilistas. Los bendigo, y por favor les pido que oren por mí. Gracias.

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