CERCA DE DIOS, DEL OBISPO, DE LA GENTE Y DE LOS SACERDOTES: PALABRAS DEL PAPA A LA COMUNIDAD DEL ALMO COLEGIO CAPRANICA (20/01/2025)

El Papa Francisco recibió a seminaristas, diáconos, sacerdotes, estudiantes y formadores del Almo Colegio Capranica, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico este 20 de enero, víspera de la memoria de Santa Inés, patrona del Colegio. El Santo Padre los exhortó a cuidar su relación con Dios, con los obispos y con el pueblo de Dios y a ejercer su servicio pastoral con caridad, ofreciendo también «un pequeño pero valioso servicio de asistencia a las personas necesitadas: cuiden su misión en la Iglesia con estilo sinodal». Compartimos a continuación, el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Queridos seminaristas, diáconos, presbíteros, alumnos del Almo Colegio Capranica, queridos formadores:

Sé que mañana, 21 de enero, estarán de fiesta, haciendo memoria de su Patrona, la Santa virgen y mártir Inés. Me alegra encontrarlos en esta vigilia, en los primeros días del Año Jubilar y también en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Les doy a todos ustedes mi bienvenida.

Hace seis años, el 14 de enero de 2019, aprobé los nuevos Estatutos del Almo Colegio Capranica. Confirmo su validez y los exhortó a corresponder las orientaciones que ofrecen y que les permiten madurar la libertad fiel y responsable que se pide a quienes se les encomienda un ministerio en la Iglesia.

Son una comunidad de jóvenes y adultos, motivados por la fe y Jesucristo y por el deseo de responder a su llamado. Sus Obispos los han enviado a Roma para prepararse al ministerio ordenado o perfeccionar su formación en sus primeros años. He sabido que vienen de treinta y nueve distintas Diócesis: veintiséis italianas, catorce no italianas, entre las cuales está una eparquía de la Iglesia Siro-Malabar. En esta variedad de orígenes y pertenencias se refleja algo del rostro único y múltiple del Santo Pueblo fiel de Dios. No olviden eso: el Santo Pueblo fiel de Dios, que somos nosotros, la Iglesia. Y no olviden lo que dice la teología: el Santo Pueblo fiel de Dios es “infalible in credendo”. No olviden eso.

Hace siglos, un predecesor mío atribuyó al Colegio Capranica el calificativo de “Almo”. Este apelativo puede traducirse, en español, como “que alimenta” o “que da vida y mantiene vivo”. Me vino a la mente, al respecto, un verso de la Comedia de Dante Alighieri. Es ese en el que el alma de Santo Tomás de Aquino se refiere a la Orden de los Predicadores como un ambiente «u’ ben s’impingua se non si vaneggia» (Paraíso X, 96): donde uno se alimenta bien – literalmente “engorda”, “s’impingua”si no se camina en círculos. Esto no solo es válido para una orden religiosa. A muchas comunidades, y por tanto también al Almo Colegio, les es útil recordar este verso.

En un contexto como el suyo nos podemos “alimentar bien” si no equivocamos el camino, “caminando en círculos”, ¡tengan cuidado con eso! ¿Cuándo es que se termina por “caminar en círculos”? Cuando se olvidan las relaciones fundamentales, las “cercanías” que he recordado hablando a los seminaristas y ministros ordenados. Las tres cercanías: cercanía con Dios, cercanía con el Obispo y cercanía con el pueblo. Las tres cercanías de un sacerdote. Y hay una cuarta: la cercanía entre ustedes. ¡No olviden estas cercanías!

Cuiden la misión a la que Jesús llama hoy a la Iglesia, en tiempos complejos, pero siempre alcanzados por la misericordia divina. Vivan en esta misión con el estilo que oportunamente calificamos como “sinodal”. Imagino que conocen el Documento Final de la XVI Asamblea del Sínodo de los Obispos, ahí donde dice que «la sinodalidad es un camino de renovación espiritual y reforma estructural para hacer a la Iglesia más participativa y misionera, es decir para hacerla más capaz de caminar con todo hombre y toda mujer irradiando la luz de Cristo» (n. 28). Los invito calurosamente a sentirse parte de este camino y a promoverlo desde ahora: en el Colegio, en las Universidades Pontificias donde estudian, en las parroquias de Roma, en la Casa de reclusión de Rebibbia, en el Hospital Bambin Gesù, lugares en los que están presentes para su experiencia pastoral prevista por el camino formativo. Fue la valentía de San Pablo VI la que colocó precisamente a la sinodalidad al final del Concilio y abrió el camino sinodal.

Al Colegio Capranica también se le ha confiado, desde hace más de un siglo, el servicio litúrgico en algunas celebraciones en la Basílica Papal de Santa María Mayor. De vez en cuando están involucrados también en las liturgias que celebramos en San Pedro. Les agradezco por eso y, al mismo tiempo, los exhorto a tener, ante las “cercanías” a las que me referí hace poco, el mismo cuidado que ponen en la liturgia. No hay liturgia cristiana si a los gestos que realizamos no corresponde una vida de fe, esperanza, caridad.

La caridad se expresa de manera concreta, no con palabras, en su Colegio, también a través de un pequeño pero valioso servicio de asistencia a personas necesitadas que saben que pueden encontrar en ustedes un apoyo para enfrentar con menos trabajo el peso de la vida. Que les ayude también este servicio a no “caminar en círculos”, como ocurre cuando se pierde el contacto con quien se encuentra en situaciones de marginalidad y carencias. Cuando yo confieso, pregunto, cuando hay la oportunidad: “¿usted da limosna?” – “Sí, sí, doy limosna. – “Y cuando da limosna, ¿Mira los ojos a la persona y toca su mano, o avienta la moneda y sigue adelante sin mirar?”. No es tanto la limosna lo importante, si no esa relación con el pobre, con Jesús pobre ahí presente. Mirar a los ojos, tocar las manos.

¡Gracias por haber venido! Los bendigo a todos ustedes, a los ex alumnos, a los que apoyan de tantas maneras al Colegio, a sus familias, a sus Obispos e Iglesias locales.

Y por favor, oren también por mí, cuando se dirigen con confianza a la intercesión de María Salus Populi Romani y de la joven virgen mártir Inés. ¡Muchas gracias!

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