OCTAVARIO DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2025 - DÍA 3
UN VIAJE A TRAVÉS DEL CREDO DE NICEA – DÍA 3
La Encarnación del Hijo
Inicia este momento de oración leyendo los siguientes textos de la Sagrada Escritura:
Jeremías 33, 14-16
Salmo 72, 7. 12. 16-17
Juan 1,1-14
De la tradición griega
Esta es la gracia del Señor, y estos son los medios del Señor para la restauración de los hijos de los hombres. Porque Él padeció para preparar la liberación del sufrimiento a todos los que sufren en Él. Descendió para levantarnos. Él experimento en sí mismo el ser concebido, para que amá- ramos a quienes no han sido engendrados. Él descendió a la corrupción, para que la corrupción se revistiera de inmortalidad. Él se hizo débil por nosotros, para que pudiéramos levantarnos con vigor. Descendió a la muerte para concedernos la inmortalidad y para dar vida a los muertos. Finalmente, se hizo humano, para que nosotros, los que morimos como seres humanos, pudiéramos vivir de nuevo, y la muerte ya no reinara sobre nosotros.
– Atanasio de Alejandría [c. 295-373], Cartas festivas, 10: 8, 19
De la tradición siríaca
Ahora que las criaturas más altas y bajas se han hecho una sola cosa, ya no se distingue más entre lo alto y lo bajo. Dios, al aparecer en la tierra, ha hecho que nuestra naturaleza (humana) ascendiera al cielo. Cuando Dios descendió a nosotros, la tierra se convirtió en cielo, y cuando el Hijo de nuestra misma especie resucitó, el cielo se convirtió en tierra. Entonces el cielo y la tierra llegaron a ser una sola cosa.
– Abdisho bar Bahriz [Siglo IX], Comentario a las celebraciones de la Iglesia, 58
De la tradición armenia
Tomó sobre sí todas las pasiones humanas, excluyendo el pecado. Es decir: pasó hambre el que alimenta a todos los vivientes. Pasó sed el que da el agua de la vida a todos los creyentes. Sintió cansancio el que es descanso de todos los fatigados. Durmió el que siempre mantuvo a Israel vigilante. Lloró el que enjugó las lágrimas de todos los ojos [...]. Él tomó nuestro cuerpo sufriente, de manera que el impasible padeciera con un cuerpo sufriente, y el inmortal muriera con cuerpo mortal para liberarnos
a nosotros, que somos culpables.
– Gregorio de Skevra [Siglos XII/XIII], Sobre la fe auténtica y la conducta pura en las virtudes, 15-17
Oración
Señor Dios, Padre nuestro,
haz que fijemos nuestros ojos en ti
para que caminemos juntos
de las tinieblas a la luz de tu rostro,
que se nos revela en Jesús,
tu Hijo y hermano nuestro,
que vive contigo y con el Espíritu Santo
ahora y por los siglos de los siglos.
AMÉN.
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