SU APOYO ES MUY VALIOSO: PALABRAS DEL PAPA A LA FUNDACIÓN DE LA GUARDIA SUIZA PONTIFICIA (18/01/2025)
Señora Presidente y miembros del Consejo de la Fundación de la Guardia Suiza Pontificia, señor Comandante, Excelencias, queridos benefactores:
Les doy una cordial bienvenida a todos ustedes. Hace veinticinco años, durante el Gran Jubileo del 2000, se instituyó la Fundación de la Guardia Suiza Pontificia. Ahora apenas comenzó otro Año Jubilar, que coincide felizmente con la celebración de su 25º aniversario. Es muy hermoso que lo hagan con una peregrinación a Roma, donde pueden renovar la profesión de fe en Jesucristo, Hijo del Dios vivo, junto a las tumbas de los Apóstoles. Me gusta pensar que toda esta construcción vaticana está sobre las tumbas de los mártires. Fueron sepultados aquí, aquí abajo.
Su valioso esfuerzo, de hecho, debe estar siempre animado por un espíritu de fe y caridad, porque ayudar a la Guardia Suiza Pontificia significa apoyar al Sucesor de Pedro en su ministerio en la Iglesia universal – y también yo personalmente estoy muy agradecido por el servicio fiel de los guardias. A través de los tiempos el trabajo de la Guardia Suiza ha cambiado mucho, pero su finalidad sigue siendo siempre la de proteger al Papa. Esto implica también contribuir a la acogida de muchos peregrinos provenientes de todas partes del mundo que desean encontrarlo. Para ello se requiere paciencia, ¡y los guardias la tienen! Eso es algo hermoso de ellos: repiten las cosas, explican... Una paciencia muy grande. ¡Felicidades!
Su Fundación apoya a los guardias en distintas maneras y ámbitos: en primer lugar; se ocupa a favor de las familias, sobre todo en lo que se refiere a la educación y formación de los hijos en los institutos escolares apropiados. Me gusta que los guardias se casen; me gusta que tengan hijos, que tengan una familia. Eso es muy importante, muy importante. Este aspecto se ha vuelto muy relevante, en cuanto a que los guardias casados con hijos han aumentado y el bien de las familias es de fundamental importancia para la Iglesia y la sociedad. Además, La Fundación proporciona los medios para garantizar, mejorar y actualizar el profesionalismo y los métodos de trabajo, el equipamiento y las infraestructuras. Finalmente, ofrecen una valiosa asistencia para todos aquellos que, después de su servicio en el Vaticano, vuelven a la patria. Estoy en contacto con algunos de ellos, que siguen muy, muy unidos al Vaticano, a la Iglesia. A veces llaman por teléfono, envían algo; cuando pasan por Roma me visitan. Es un hermoso contacto que tengo. Y todo eso es necesario para que los guardias puedan realizar su valioso servicio en la forma más eficaz y para el bien de todos. La cooperación entre su fundación y la Guardia Suiza Pontificia es ejemplar, porque demuestra que ninguna realidad puede salir adelante sola. Es importante colaborar. Todos debemos ayudarnos y apoyarnos mutuamente y esto es válido para ustedes, para las comunidades particulares, pero también para toda la Iglesia.
Por ello quisiera aprovechar la ocasión de este encuentro con ustedes para expresarles mi viva gratitud por el generoso apoyo que han proporcionado en favor de la Guardia Suiza Pontificia durante estos veinticinco años. ¡Gracias, muchas gracias! Y espero que también en el futuro puedan continuar con su apreciado trabajo.
Les pido orar por mí y también yo les aseguro mi recuerdo por ustedes y por sus intenciones. Ahora con gusto les daré la bendición.
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