URGE UN PACTO EDUCATIVO ENTRE FAMILIAS, ESCUELA Y SOCIEDAD: PALABRAS DEL PAPA A REPRESENTANTES DE LA EDITORIAL “LA SCUOLA” (21/11/2024)
Reunido en la Sala de los Papas este 21 de noviembre con una delegación de la Editorial «La Scuola», fundada con la contribución del padre de San Pablo VI, el Papa Francisco subrayó la importancia de promover textos de inspiración católica que transmitan «confianza y audacia». El Santo Padre exhortó a crear espacios de aprendizaje en unión con las familias y donde «la mente y el corazón» se abran al mundo, planteando una vez más la llamada a «un pacto educativo» que una a las familias, la escuela y la sociedad. Transcribimos a continuación el texto de su mensaje, traducido del italiano:
Excelencias, queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos:
El 28 de junio de 1965, San Pablo VI, recibiendo a los representantes de la Editorial La Scuola, a cuya fundación había contribuido su padre, así concluía su discurso: «Brindemos honor a su consumada ciencia pedagógica; demos ánimo a su actividad en servicio de la escuela […]; brindemos reconocimiento a su sensibilidad moderna de los problemas escolares; alabemos los frutos, que tan ampliamente han conseguido; y hagamos votos por los fuertes propósitos que impulsan su actividad, no sólo para la conservación de la eficiencia alcanzada, sino por la audacia más allá de nuevos desarrollos y nuevas conquistas».
Observando hoy la condición de su Sociedad, que con audacia adquirió otras dos casas editoriales de inspiración católica, la SEI y la Capitello, con el fin de incidir aún más en la escuela, se podría decir que están llevando a cabo los votos de su gran conciudadano. La lectura que él daba entonces de la situación, reconociendo el desarrollo y la vitalidad de su grupo, gracias a Dios es aún actual.
No han tenido miedo de enfrentar riesgos en momentos difíciles, debidos a la competencia de grandes casas editoriales y a la transformación cultural actual, marcada por la dislocación de la investigación religiosa y por una indiferencia extendida. Por lo demás, los fundadores de “La Scuola” habían sido valientes cuando, para garantizar el sostenimiento de la revista Scuola Italiana Moderna y llevar a cabo una presencia pedagógica de inspiración católica en la escuela italiana, habían unido la inteligencia de presbíteros y laicos apasionados por la educación de las nuevas generaciones.
Pasión por la educación y formación de los formadores son los pilares sobre los cuales se basan sus actividades. Los libros de texto para los estudiantes de cualquier tipo y grado, las revistas dirigidas a docentes, las obras de pedagogía, los cursos de formación para profesores, las colaboraciones con la Universidad Católica del Sagrado Corazón: todo eso habla de la conciencia de que formar hacia los valores del Evangelio a los muchachos y jóvenes significa ofrecer una contribución esencial a una sociedad de personas responsables, capaces de construir vínculos de fraternidad con todos. Ser católicos, como he tratado de mostrar sobre todo en la Encíclica Fratelli tutti, significa saber ver y también asumir el bien que el Espíritu Santo difunde por todas partes, sin temor a perder la propia identidad. Nos lo enseñó el Vaticano II, por ejemplo en la Constitución sobre la Iglesia, donde afirma: «Ya que […] el reino de Cristo no es de este mundo (cf. Jn 18, 36), la Iglesia, es decir el pueblo de Dios, introduciendo este reino no quita nada al bien temporal de cualquier pueblo, sino por el contrario, favorece y acoge todas las riquezas, recursos y formas de vida de los pueblos en lo que éstas tienen de bueno y acogiéndolas, las purifica consolida y eleva» (Lumen gentium, 13).
De aquí deriva una actitud abierta, una actitud de diálogo frente a todos: de hecho, la escuela es ante todo lugar en el que se aprende a abrir mente y corazón al mundo. «La educación no consiste en llenar la cabeza de ideas, sino en acompañar y animar a los estudiantes en el camino de crecimiento humano y espiritual, mostrándoles cómo la amistad con Jesús resucitado ensancha el corazón y hace la vida más humana». Educar es «ayudar a pensar bien, a sentir bien […] y a hacer bien» (Catequesis, 28 de junio 2023). Los tres lenguajes: lenguaje del corazón – sentir bien –, lenguaje de la cabeza – pensar bien –, lenguaje de las manos – hacer bien –. Pero todos en armonía: hacer lo que se siente y se piensa; sentir lo que se piensa y se hace; pensar lo que se siente y se hace. Estos tres lenguajes unidos, todos. «Esta visión es plenamente actual hoy, cuando sentimos la necesidad de un pacto educativo capaz de unir a las familias, las escuelas y a toda la sociedad» (ibid.). Esa es la clave: la unidad de la escuela con la familia. Creo que eso ha disminuido en los últimos tiempos. Pero yo recuerdo, en nuestro tiempo, existía una gran unidad y también había colaboración. Una vez yo le dije una palabrota – tenía nueve años – a la maestra. La maestra, una señora a la que quiero, fui a verla hasta su muerte –, llamo a mi mamá, hablaron y después me llamaron. Mi mamá me dijo: “Pídele una disculpa la maestra”. Y yo pedí una disculpa. Y regresé al salón, feliz de que todo hubiera sido tan fácil, pero no era verdad. El segundo acto de la obra es cuando llegué a casa y ahí me dieron la segunda parte. Había una unidad. Hoy muchas veces es a la inversa, ¿no es cierto? Los padres de familia van a quejarse porque en la maestra le hizo algo al niño, eso es terrible. Volver a esos recuerdos nos hace bien.
Las actividades que realizan preparando libros de texto que ayudan a los estudiantes a pensar, a ensanchar la mente y el corazón a las distintas formas del saber, a dilatar el espíritu a la historia que nos ha engendrado, a comprender el valor también social de la religión atestiguan que avanzan por el surco iniciado por los Socios Fundadores. Los desafíos que ellos enfrentaron con valentía y determinación son en buena parte similares a los que ustedes están encontrando. El cambio de época, lejos de ser motivo de quejas y temores, es una nueva oportunidad: el futuro es de las nuevas generaciones. Piensen en el inicio de nuestra cultura europea: la derrota de Troya. ¿Qué hizo Eneas? ¿Quejarse? No. Toma al niño, toma su padre y siguen adelante. Esa es un poco la actitud: ese “sublato montem patre petivi” (Eneida, II, 804). Es la forma de seguir adelante, es siempre una oportunidad, en los momentos malos y en los momentos bellos.
El futuro es de las nuevas generaciones y ellas podrán construirlo si los docentes que ustedes forman saben transmitir su confianza y audacia, si los textos que preparan logran hacer desarrollar sed de saber y de sabiduría.
Hermanos y hermanas, La Biblia nos enseña que en los momentos de crisis la voz de los profetas supo señalar horizontes de esperanza. Los Socios Fundadores de “La Scuola” hicieron suya precisamente esta enseñanza. Les deseo, por tanto, que siguen haciéndolo suyo también, conscientes de que una humanidad fraterna se aprende en las bancas de la escuela, gracias a textos eficaces, a profesores competentes y apasionados, a instrumentos técnicos adecuados a las condiciones de los estudiantes. Que, con la ayuda de Dios, puedan estar a la altura de su historia.
De corazón los bendigo a ustedes y a su trabajo. Y les pido por favor que oren por mí. Gracias.
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