EL DOCUMENTO FINAL DEL SÍNODO SERÁ ACEPTADO COMO MAGISTERIO PONTIFICIO: PUBLICADA UNA NOTA DEL PAPA ADJUNTA AL DOCUMENTO FINAL DEL SÍNODO SOBRE LA SINODALIDAD (PARA DESCARGA) (25/11/2024)
En los distintos momentos del camino del Sínodo iniciado por mí en octubre de 2021 nos hemos colocado a la escucha de lo que en este tiempo el Espíritu Santo le dice a las Iglesias.
El Documento final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos recoge los frutos de un camino marcado por la escucha del pueblo de Dios y el discernimiento de los Pastores. Dejándose iluminar por el Espíritu Santo, la Iglesia toda ha sido llamada a leer su propia experiencia y a identificar los pasos que hay que cumplir para vivir la comunión, realizar la participación y promover la misión que Jesucristo le ha confiado. El camino sinodal, iniciado en las Iglesias locales, atravesó después las fases nacionales y continentales, para llegar a la celebración de la Asamblea del Sínodo de los Obispos en las dos sesiones de octubre de 2023 y octubre de 2024. Ahora el camino prosigue en las Iglesias locales y sus agrupaciones, atesorando el documento final que el 26 de octubre pasado fue votado y aprobado por la Asamblea en todas sus partes. También yo lo aprobé y, firmándolo, dispuse su publicación, uniéndome al “nosotros” de la Asamblea que, a través del Documento final, se dirige al santo Pueblo fiel de Dios
Reconociendo el valor del camino sinodal realizado, entrego ahora a toda la Iglesia las indicaciones contenidas en el documento final, como restitución de lo que se maduró en el curso de estos años, a través de la escucha y el discernimiento, como orientación autorizada para su vida y su misión.
El Documento final participa del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro (cf. EC 18 § 1; CCC 892) y como tal pido que sea recibido. Éste representa una forma de ejercicio de la enseñanza auténtica del Obispo de Roma que tiene rasgos de novedad pero que, en efecto, corresponde a lo que tuve forma de precisar el 17 de octubre de 2015, cuando afirmé que la sinodalidad es el marco interpretativo adecuado para comprender el ministerio jerárquico.
Aprobando el Documento, el 26 de octubre pasado, dije que éste «no es estrictamente normativo» y que «su aplicación requerirá diversas mediaciones». Esto no significa que no comprometa ya desde ahora a las Iglesias a realizar decisiones coherentes con lo que en él está indicado. Las iglesias locales y las agrupaciones de iglesias están ahora llamadas a poner en práctica, en distintos contextos, las autorizadas indicaciones contenidas en el Documento, a través de los procesos de discernimiento y decisión previstos por el derecho y por el Documento mismo. También agregué que «se necesita tiempo para llegar a decisiones que involucren a toda la Iglesia»: esto es válido en particular para los temas encomendados a los diez grupos de estudio, a los que otros podrán agregarse, en vista de las necesarias decisiones. La conclusión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos no pone fin al proceso sinodal.
Retomo aquí con convicción lo que indiqué al final del articulado camino sinodal que llevó a la promulgación de Amoris laetitia (19 de marzo 2016): «no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con intervenciones del magisterio. Naturalmente, en la Iglesia es necesaria una unidad de doctrina y praxis, pero ello no impide que existan distintas formas de interpretar algunos aspectos de la doctrina o algunas consecuencias que derivan de ella. Esto sucederá hasta el momento en que el Espíritu nos hará llegar a la verdad completa (cf. Jn 16, 13), es decir cuando nos introduzca perfectamente en el misterio de Cristo y podremos ver todo con su mirada. Además, en cada país o región se pueden buscar soluciones más inculturadas, atentas a las tradiciones y desafíos locales» (AL 3).
El Documento final contiene indicaciones que, a la luz de sus orientaciones de fondo, ya desde ahora pueden ser recibidas en las iglesias locales y agrupaciones de Iglesias, teniendo en cuenta los distintos contextos, lo que ya se ha hecho y lo que queda por hacer para aprender y desarrollar cada vez mejor el estilo propio de la Iglesia sinodal misionera.
En muchos casos se trata de aplicar de forma efectiva lo que ya está previsto por el derecho vigente, latino y oriental. En otros casos se podrá proceder, a través de un discernimiento sinodal y en el marco de las posibilidades indicadas por el Documento final, a la activación creativa de nuevas formas de ministerialidad y acción misionera, experimentando y sometiendo a verificación las experiencias. En la relación prevista para la visita ad limina, cada Obispo tendrá cuidado de referir qué decisiones se han hecho en la Iglesia local a él encomendada con relación a lo que está indicado en el Documento final, qué dificultades se han encontrado, cuáles han sido los frutos.
La tarea de acompañar la “fase de puesta en práctica” del camino sinodal, con base en las orientaciones ofrecidas por el documento final, se ha confiado a la Secretaría General del Sínodo junto a los Dicasterios de la Curia Romana (cf. EC 19-21).
El camino sinodal de la Iglesia Católica, animado también por el deseo de continuar el camino hacia la unidad plena y visible de los cristianos, «necesita que las palabras compartidas sean acompañadas por hechos» (Saludo final a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, 26 de octubre 2024). Que el Espíritu Santo, donde el Resucitado, apoye y oriente a toda la iglesia en este camino. Que Él, que es armonía, siga haciendo rejuvenecer a la Iglesia con la fuerza del Evangelio, la renueve y la conduzca a la perfecta unión con su esposo (cf. LG 4). Porque el Espíritu y la esposa dicen al señor Jesús: “Ven” (cf. Ap 22,17).
24 de noviembre 2024
Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo
FRANCISCO
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