EDUCAR A LOS JÓVENES EN EL SERVICIO A LOS DEMÁS: PALABRAS DEL PAPA A PARLAMENTARIOS FRANCESES (30/11/2024)

El Papa Francisco recibió en audiencia este 30 de noviembre, en la Sala del Consistorio, a una delegación de parlamentarios electos y administradores del sur de Francia. Es urgente «ofrecer a los jóvenes una educación que los oriente hacia las necesidades de los demás y sepa fomentar el sentido del compromiso», porque «la indiferencia mata la sensibilidad humana», así como desarrollar el uso de los cuidados paliativos para «acompañar la vida hasta su fin natural», dijo el Santo Padre en su intervención, cuyo texto publicamos a continuación, traducido del italiano:

Excelencias, señoras y señores:

Me alegra recibir a su delegación de parlamentarios elegidos y administradores del Estado francés provenientes del sur de Francia. Esta peregrinación a Roma es un paso valiente y da testimonio de su deseo de tener unidas sus vidas como creyentes con la de hombres y mujeres que ocupan posiciones de responsabilidad. Gracias.

Rica en una historia plurisecular, su región ha sido escenario de acontecimientos que la han moldeado, y corresponde a ustedes valorarlos para transmitir su herencia a las generaciones futuras, como hicieron un Frédéric Mistral, el poeta de la Provenza, un Alphonse Daudet o un Marcel Pagnol, que supieron plasmar los sabores provenzales en sus obras. Su región, además, está fuertemente caracterizada por la dimensión mediterránea y se encuentra en una encrucijada, donde confluyen distintas influencias y tradiciones pero que también da origen a conflictos que están llamados regularmente a resolver. Esta es su vocación, que reiteré durante mi viaje a Marsella: ser un lugar en el que países y realidades distintas se encuentran con base en la humanidad que todos compartimos y no en ideologías que separan a la gente, que separan a los países (cf. Discurso en el Palais du Pharo, 23 de septiembre 2023).

La primera realidad que los invito a considerar hoy es la urgencia de ofrecer a los jóvenes una educación que los orienten hacia las necesidades de los demás y sepa incentivar el sentido del compromiso. El joven en crecimiento necesita un ideal, porque es fundamentalmente generoso y abierto a las exigencias existenciales. Se equivoca quien piensa que los jóvenes no aspiran a otra cosa que estar sobre el sillón o en las redes sociales. Involucren a los jóvenes, involúcrenlos en el mundo real, en una visita a ancianos o a personas discapacitadas, una visita a pobres o migrantes, eso los abre a la alegría de la acogida y del don, ofreciendo un poco de consuelo a personas que han sido hechas invisibles por un muro de indiferencia. ¡Es curioso cómo la indiferencia mata la sensibilidad humana! Existen ya distintas iniciativas dignas de hacerse notar que sólo piden ser seguidas, impulsadas y multiplicadas.

Espero además que, también con su contribución, el debate sobre la cuestión esencial del fin de la vida pueda ser conducido en la verdad. Se trata de acompañar la vida a su fin natural a través de un desarrollo más amplio de los cuidados paliativos. Como saben, las personas al fin de la vida necesitan ser apoyadas por asistentes que sean fieles a su vocación, que es la de proporcionar asistencia y alivio aún cuando no siempre es posible curar. Las palabras no siempre sirven, pero tomar de la mano a un enfermo, tomar de la mano, eso hace mucho bien y no solo al enfermo, también en nosotros.

En conclusión, les repito que es una gran alegría para mí ver cómo ustedes, que tienen responsabilidades en el campo económico y social, se interesan por el mensaje de la Iglesia y se toman el tiempo para conocerlo mejor a través de los encuentros previstos durante su peregrinación. A pesar de ser diferentes, política y religión tienen intereses comunes y compartidos, y de diversa manera somos todos conscientes del papel que debemos desempeñar para el bien común. La Iglesia desea despertar las fuerzas espirituales que hacen fecunda toda la vida social (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 276), y ustedes pueden contar con su ayuda.

Les agradezco por su visita y pido al Señor que inspire sus proyectos e iniciativas para el bien común de su región y los asista en su realización. Los bendigo de corazón y les pido por favor que oren por mí. Gracias.

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