UN RECUERDO PARA QUIENES SUFREN LOS “FRUTOS AMARGOS” DE LA GUERRA Y LA PERSECUCIÓN: PALABRAS DEL PAPA A MIEMBROS DE LA “HIDDEN CHRISTIAN RESEARCH ASSOCIATION” (30/11/2024)
Queridos hermanos y hermanas:
Me alegra recibirlos en ocasión de su peregrinación, a raíz de la inscripción de los Sitios Cristianos Ocultos de la región de Nagasaki en la Lista del Patrimonio Mundial, que ocurrió en 2018. Aprecio mucho sus esfuerzos por preservar estos sitios como testimonios valiosos de un grande, pero oculto capítulo de la historia de la Iglesia universal y de la de su noble pueblo. Y esto quiero subrayarlo: el pueblo japonés es un noble pueblo. Espero que el reconocimiento de la importancia de estos sitios, además de asegurar su adecuada conservación, sirva también como testimonio vivo de la fidelidad de muchos cristianos japoneses, que transmitieron el valioso tesoro de la fe como herencia, de generación en generación. Y tendré la alegría de crear a otro Cardenal japonés el próximo 7 de diciembre.
Es apropiado que nuestro encuentro tenga lugar en la vigilia de la celebración de la memoria de San Francisco Javier, el gran misionero que soñó que la predicación del Evangelio produciría una rica mies de almas en su tierra nativa. Como herederos de dicho sueño, que su trabajo de educación y conservación pueda hacer más conocido y apreciado este eminente capítulo de la historia de la evangelización. Que la visita a dichos lugares históricos pueda servir a los seguidores de Cristo, en el Japón de hoy, como «memoria y fuego vivo del alma de todo apostolado en esta tierra, capaz de renovar y hacer arder continuamente el celo evangelizador» (Saludo en ocasión del homenaje a los santos mártires, Nagasaki, 24 de noviembre 2019).
Queridos amigos, cuando pensamos en él heroísmo de los primeros misioneros, en la valentía de los mártires japoneses y el la perseverancia de la pequeña pero fiel comunidad católica de su país, ¿cómo no dirigir el pensamiento a los hermanos cristianos que en nuestros días sufren la persecución e incluso la muerte por el nombre de Jesús? Les pido unirse a mí en la oración por ellos y por aquellos que sufren por los frutos amargos de la guerra, la violencia, el odio y la opresión. Encomendémonos a la intercesión de la Virgen, Madre de la Iglesia, y oremos con cada vez mayor fervor por la venida del Reino de Cristo, Reino de reconciliación universal, de justicia y paz.
Con afecto les imparto mi bendición y les aseguro mis oraciones. Y por favor, les pido, que oren por mí.
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