VIAJE A LAS FUENTES DE LA FRATERNIDAD Y LA HUMANIDAD: TEXTO DEL VIDEO MENSAJE DEL PAPA POR SU PRÓXIMO VIAJE A CHIPRE Y GRECIA (27/11/2021)

“Una peregrinación a las fuentes”. Así define el Papa Francisco su próximo viaje apostólico internacional que, del 2 al 6 de diciembre, lo llevará a Chipre y Grecia. Sus palabras resuenan en un video mensaje dirigido a los habitantes de ambos países, “a todos – subraya el Pontífice – no sólo a los católicos”. A ellos, el Papa les comunica “la alegría” de visitar estas “magníficas tierras, bendecidas en la historia, por la cultura y el Evangelio”, tras las huellas de “grandes misioneros”, como “los apóstoles Pablo y Bernabé”. Compartimos a continuación, el texto del video mensaje, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas de Chipre y Grecia, kaliméra sas! [Buenos días]

Faltan pocos días para nuestro encuentro y me estoy preparando para ir como peregrino a sus magníficas tierras, benditas en la historia, por la cultura y el Evangelio. Voy con alegría, precisamente en nombre del Evangelio, sobre las huellas de los primeros grandes misioneros, en particular las de los apóstoles Pablo y Bernabé. Es hermoso regresar al origen y es importante para la Iglesia, para reencontrar la alegría del Evangelio. Con ese ánimo me preparo a esta peregrinación a las fuentes, y pido a todos que me ayuden a prepararme con la oración.

Al encontrarles podré saciar mi sed en las fuentes de la fraternidad, tan importantes mientras apenas hemos iniciado un itinerario sinodal universal. Hay una gracia sinodal, una fraternidad apostólica que deseo mucho y con gran respeto: es la esperanza de visitar a Sus queridas Beatitudes Chrysostomos y Ieronymos, líderes de las Iglesias Ortodoxas locales. Como hermano en la fe tendré la gracia de ser recibido por ustedes y de encontrarles en el nombre del Señor de la paz. Y voy a ustedes, queridos hermanos y hermanas católicos, reunidos en esas tierras en pequeños rebaños que el Padre ama muy tiernamente y a quienes Jesús el Buen Pastor repite: «No teman, pequeño rebaño» (Lc 12, 32). Voy con afecto a llevarles el ánimo de toda la Iglesia Católica.

Visitarlos me dará también la oportunidad de beber en las fuentes antiguas de Europa: Chipre, vástago de la Tierra Santa en el continente; Grecia, patria de la cultura clásica. Pero también hoy Europa no puede prescindir del Mediterráneo, mar que ha visto la difusión del Evangelio y el desarrollo de grandes civilizaciones. El Mare Nostrum, que vincula a tantas tierras, invita a navegar juntos, no a dividirnos yendo cada uno por su cuenta, especialmente en este período en que la lucha contra la pandemia pide cada vez más compromiso y la crisis climática nos amenaza fuertemente.

El mar, que a muchos pueblos abraza, con sus puertos abiertos recuerda que las fuentes del vivir juntos están en la acogida recíproca. Ya desde ahora me siento acogido por su afecto y agradezco a cuantos desde hace tiempo están preparando mi visita. Pero pienso también en aquellos que, en estos años y todavía hoy, huyen de guerras y pobreza, llegan a las costas del continente y más allá, y no encuentran hospitalidad, sino hostilidad e incluso son instrumentalizados. Son hermanas y hermanos nuestros. ¡Cuántos han perdido la vida en el mar! Hoy el “mar nuestro”, el Mediterráneo, es un gran cementerio. Peregrino a las fuentes de la humanidad iré nuevamente a Lesbos, con la convicción de que las fuentes del vivir en común volverán a florecer solamente en la fraternidad y en la integración: juntos. No hay otro camino, es con esta ilusión [deseo] que voy hacia ustedes.

Queridos hermanos y hermanas, es con estos sentimientos que no veo la hora de encontrarlos a todos, ¡a todos! No sólo a los católicos, ¡a todos! Y sobre todos invoco la bendición del Altísimo, mientras llevo desde ahora ante Él, sus rostros y sus deseos, sus preocupaciones y sus esperanzas. Na íste pánda kalá! [¡Que estén siempre bien!]

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