QUE EL DIÁLOGO ACELERE LA CELEBRACIÓN EN EL MISMO ALTAR: PALABRAS DE LEÓN XIV AL PATRIARCA CATHOLICOS ASIRIO MAR AWA III (27/10/2025)

El tema de la unidad entre las Iglesias, tan importante para el Papa León XIV, encontró hoy un nuevo impulso a través de la renovación de una «bella» costumbre de los últimos años, dijo el Pontífice la mañana de este 27 de octubre, a Su Santidad Mar Awa III, Catholicos Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, recibido en audiencia junto con los miembros de la Comisión Mixta para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente. El Pontífice expresó en su discurso el deseo de desarrollar un modelo de plena comunión que no implique «absorción o dominio», sino que promueva el intercambio de los dones del Espíritu. Transcribimos a continuación el texto de su discurso, traducido del inglés:

Su Santidad, queridos amigos en Cristo:

“Gracia y paz a ustedes de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (Ef 1, 2). Con estas palabras de San Pablo, le doy la bienvenida a Su Santidad como amado hermano en Cristo y una vez más expresó mi gratitud por su presencia en la inauguración de mi pontificado. También extiendo cordialmente mis saludos a los miembros de la Comisión Mixta para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Asiria de Oriente.

Estas visitas combinadas del Catholicos Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, junto con los miembros de la Comisión, constituye una bella costumbre establecida en años recientes. Éstas dan testimonio del hecho de que el encuentro fraterno y el diálogo teológico son mutuamente elementos constitutivos en el camino hacia la unidad. El “diálogo de la verdad” es una expresión del amor que ya une a nuestras Iglesias, mientras que el “diálogo de la caridad” debe también entenderse teológicamente.

Su última visita, en 2024, marcó el 30º aniversario del diálogo oficial entre nuestras Iglesias. El progreso lo que se ha hecho en estos años es significativo, habiendo seguido fielmente el mandato y la metodología establecidos por nuestros predecesores. Como se afirmó en la Declaración Conjunta de 1994 de Su Santidad Juan Pablo II y Su Santidad Mar Dinkha IV, “para ser plena y completa, la comunión presupone unanimidad con respecto al contenido de la fe, los sacramentos y la constitución de la Iglesia”.

Este tríptico proveyó el marco para las fases sucesivas de nuestro diálogo teológico. Después de alcanzar un acuerdo en la fe cristológica y con ello al resolver una controversia de 1500 años de antigüedad, nuestro diálogo avanzó con el reconocimiento mutuo de los sacramentos, permitiendo una cierta communicatio in sacris entre nuestras Iglesias. Quiero expresar mi profunda gratitud a cada uno de ustedes, los teólogos de la Comisión Mixta, por sus invaluables contribuciones y esfuerzos compartidos, sin los cuales estos acuerdos doctrinales y pastorales no habrían sido posibles.

Con respecto a la constitución de la Iglesia – en la actual foco del diálogo – el reto principal recae en desarrollar juntos un modelo de comunión plena, inspirado en el primer milenio, y al mismo tiempo respondiendo conscientemente a los retos de nuestro tiempo. Como mis predecesores enfatizaron repetidamente, dicho modelo no debería involucrar absorción o dominio; más bien, deberían promover el intercambio de dones entre nuestras Iglesias, recibidos del Espíritu Santo para la construcción del Cuerpo de Cristo (cf. Ef 4, 12). Espero los frutos de su actual diálogo teológico a este respecto, conducidos “juntos, por supuesto”, como el Santo Papa Juan Pablo II tan sinceramente deseó en su Encíclica Ut Unum Sint (n. 95).

En este viaje hacia la plena comunión, la sinodalidad se presenta como un sendero prometedor hacia delante. Durante la visita de Su Santidad en 2022, el Papa Francisco acuñó la expresión que más tarde fue incluida en el Documento Final del reciente Sínodo sobre la Sinodalidad de la Iglesia Católica, y cito: “El camino de la sinodalidad asumido por la Iglesia Católica es y debe ser ecuménico, justo como el camino ecuménico es sinodal” (Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación, Misión, 23). En el espíritu de ese Sínodo, sinceramente espero que el 1700 aniversario del Concilio de Nicea nos lleve a “poner en práctica formas de sinodalidad entre los cristianos de todas las tradiciones” y nos inspire con nuevas “prácticas sinodales ecuménicas” (ibid., 138-139).

Que continuemos esta peregrinación fortalecidos por las oraciones de todos los santos de nuestras Iglesias, especialmente San Isaac de Nínive, cuyo nombre fue agregado al Martirologio Romano el año pasado. Que a través de su intercesión, los cristianos en Medio Oriente siempre me testimonio fiel de Cristo resucitado y que nuestro diálogo acelere el bendito día en que celebremos juntos en el mismo altar, compartiendo en el mismo Cuerpo y Sangre de nuestro Salvador, “para que el mundo crea” (Jn 17, 21).

Unidos en oración con Nuestro Salvador, ahora los invito a todos ustedes a que se unan conmigo orando juntos la oración del Señor. Padre nuestro

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