LOS MIGRANTES, NUEVA SAVIA PARA LAS PARROQUIAS QUE LOS ACOGEN: MENSAJE DE LEÓN XIV A LA RED DE OBRAS DE CARIDAD CATÓLICAS DE ESTADOS UNIDOS (09/10/2025)
Me alegró enterarme de la 115ª reunión anual de Red de Obras de Caridad Católicas De Estados Unidos que se realiza en San Juan, de Puerto Rico, y les ofrezco mis cordiales saludos y buenos deseos a todos los participantes.
Están reunidos mientras que la Iglesia celebra el Año Jubilar enfocado en la virtud de la esperanza, que mi venerable predecesor definió como “el deseo y la expectación de buenas cosas por venir, a pesar de no saber lo que el futuro pueda traer” (Bula de Indicción del Jubileo Ordinario del Año 2025, 1).
A través de sus 168 agencias diocesanas de caridad católica, se convierten en “agentes de esperanza” para las millones de personas que se acercan a la iglesia en los Estados Unidos de América buscando compasión y cuidados. Muchos de aquellos a los que sirven están entre los más vulnerables, incluyendo los migrantes y refugiados.
Ya que ellos no son capaces de confiar en sus propios recursos y tienen que depender De Dios y la bondad de los demás, de muchas formas su ministerio hace concreta la providencia del Señor para ellos. A través de proveer alimento, refugio, cuidados médicos, asistencia legal y muchos otros gestos de bondad, los afiliados a las Obras de Caridad Católicas a lo largo de los Estados Unidos muestran lo que el papá Francisco a menudo se refería como el “estilo” de Dios de cercanía, compasión y ternura.
Mientras que aquellos afectados por la pobreza y la migración forzada enfrentan difíciles desafíos, no olvidemos que también pueden ser testigos de la esperanza no solo a través de su confianza en la ayuda divina, sino también por su resiliencia en tener que sobrepasar a menudo muchos obstáculos en sus viajes. De manera especial, los migrantes y refugiados católicos se han convertido en misioneros de esperanza en muchas naciones, incluyendo la suya, llevando con ellos una fe vibrante y las devociones populares que a menudo vuelven a dar energía a las parroquias que les dan la bienvenida (cf. Mensaje para la 111ª Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados).
Puede decirse que, a través de la asistencia a personas desplazadas para encontrar su nuevo hogar en su país, ustedes también actúan como constructores de puentes entre naciones, culturas y pueblos. Los animo, entonces, a seguir ayudando a las comunidades que reciben a estos hermanos y hermanas recién llegados a hacer testigos vivos de esperanza, reconociendo que tienen una dignidad humana intrínseca y están invitados a participar plenamente en la vida de la comunidad (cf. ibid.).
Queridos amigos, expreso mi sentida gratitud por todo lo que ustedes y quienes trabajan con sus redes hacen cada día para poner en práctica el llamado del señor para verlo y servirlo en el pobre, el hambriento, el que no tiene hogar y la gente en cualquier tipo de necesidad (cf. Mt 25, 31-46). Que Cristo siga acompañándonos y les de su alegría y paz.
Con estos sentimientos, encomiendo la reunión anual a la intercesión de María, madre de la Iglesia, y de buen grado imparto mi bendición apostólica a todos en Red de Obras de Caridad Católicas de Estados Unidos como prenda de abundantes gracias celestiales.
Desde el Vaticano, 4 de octubre 2025
LEÓN PP. XIV

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