GRACIAS POR APOYAR LA CARIDAD DEL PAPA: PALABRAS DE LEÓN XIV A LOS CABALLEROS DE COLÓN (06/10/2025)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
La paz esté con ustedes.
Su Excelencia, queridos amigos:
Me alegra darle la bienvenida a esta mañana a todos los miembros de la Junta Directiva de los Caballeros de Colón, así como a sus familias que los acompañan esta mañana como parte de su peregrinación en este Año Jubilar de la Esperanza. Qué importante es esa palabra en sí misma: esperanza.
Decenas de millones de fieles también han venido a Roma en este Año Santo para visitar las tumbas de los Apóstoles, caminando a través de las Puertas Santas, para ser fortalecidos en su fe. Una de las piezas de arte en el Vaticano porque indudablemente ven cuando atraviesan la Puerta Santa y entran a la Basílica es el baldaquino de Gian Lorenzo Bernini, que ahora brilla en toda su belleza original después de la primera restauración completa en su historia. Otra, en el ábside de la Basílica, es el hermoso monumento de bronce de Bernini que protege la Cátedra de San Pedro, que también fue renovado al mismo tiempo. Estas obras maestras ayudan a todos los que los miran a contemplar dos De dos principios fundamentales de nuestra fe: la presencia real de Jesús en la Eucaristía y al Papa como Sucesor de Pedro que une y guía a la Iglesia.
Quisiera expresar mi profunda gratitud a los Caballeros de Colón por su generosidad en hacer posibles estos proyectos. Son un signo visible de su continua devoción al Vicario de Cristo. A través de su historia, la Orden ha apoyado el trabajo caritativo del Romano Pontífice en una variedad de formas, incluida la del Fondo Vicarius Christi, Que le permite expresar solidaridad con los pobres y los más vulnerables a través del mundo.
A través de una variedad de iniciativas tomadas por los consejos locales, ustedes en sus hermanos Caballeros también buscan llevar la compasión y amor del Señor a sus comunidades locales, incluidos sus esfuerzos por defender la santidad de la vida humana en todas sus etapas, asistir a las víctimas de la guerra y desastres naturales y también apoyar las vocaciones sacerdotales. Por estas acciones concretas, así como por sus oraciones y sacrificios diarios por el bien de todo el pueblo de Dios, les expreso sinceramente mi cálido agradecimiento.
Queridos hermanos y hermanas, les deseo una fructuosa peregrinación y pido para que su tiempo en Roma, en la Ciudad Eterna nutra su fe, los confirme en la esperanza y profundice su amor por la Iglesia. Y que, de esta forma, puedan fortalecerse para continuar su valiosa misión iniciada por su noble fundador.
Con estos sentimientos, los encomiendo a todos ustedes a la intercesión de Nuestra Señora, María, Madre de la Iglesia, y también al Beato Michael McGivney y con gusto imparto mi bendición a cada uno de ustedes, a sus familias y seres queridos. Muchas gracias.

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