LA CIENCIA ESTÁ AL SERVICIO DEL HOMBRE, NO PARA SU DESTRUCCIÓN: PALABRAS DEL PAPA A PARTICIPANTES EN CONGRESO SOBRE ASTRONOMÍA (20/06/2024)

El Papa Francisco recibió por la mañana de este 20 de junio, en la Sala del Consistorio, a los participantes en la conferencia organizada por el Observatorio Astronómico Vaticano, titulada “Agujeros negros, ondas gravitacionales y singularidades espacio-temporales”. El Santo Padre destacó la teoría del sacerdote y cosmólogo George Lemaître que afirmaba que “la Creación y el Big-Bang son dos realidades distintas” y que el Señor no es fácilmente clasificable por la razón humana, sino que es el “Dios oculto”. Compartimos a continuación el texto de su intervención, traducido del italiano:

Queridos científicos, hermanos y hermanas, buenos días:

Saludo a Su Eminencia el Card. Vérgez, saludo a la Hermana “vicegobernadora”. ¡Ahora comienzan a mandar las mujeres aquí adentro! [ríen]

Les doy mi cordial bienvenida y les agradezco por esta agradable visita. En particular estoy agradecido con el Hno. Guy Consolmagno y a los demás miembros de la comunidad de la Specola Vaticana por esta iniciativa.

Se han reunido en Castel Gandolfo para la conferencia “Agujeros negros, ondas gravitacionales y singularidades espacio-temporales”, organizada en honor de Mons. George Lemaître, a siete años de la edición anterior. En ese tiempo, el valor científico del sacerdote y cosmólogo belga fue además reconocido por la Unión Internacional Astronómica, que decidió que la conocida Ley de Hubble debe llamarse justamente Ley de Hubble-Lemaître.

En estos días se están enfrentando con los últimos interrogantes planteados por la investigación científica en cosmología: los diferentes resultados obtenidos en la medición de la constante de Hubble, la enigmática naturaleza de las singularidades cosmológicas (desde el Big-Bang hasta los agujeros negros) y el muy actual tema de las ondas gravitacionales.

La Iglesia está atenta a dichas investigaciones y las promueve, porque mueven la sensibilidad y la inteligencia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. El inicio del universo, su última evolución, la estructura profunda del espacio y el tiempo colocan a los seres humanos ante una búsqueda frenética de sentido, en un escenario vastísimo donde corren el riesgo de perderse. Esto nos hace redescubrir la actualidad de las palabras del salmista: «Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, / la luna y las estrellas que has fijado, / ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, / el hijo del hombre, para que de él te acuerdes? / En verdad lo has hecho poco menos que un dios, de gloria y honor lo has coronado» (Sal 8, 4-7). Es entonces claro como estos temas tienen una particular relevancia para la teología, la filosofía, la ciencia y también para la vida espiritual.

George Lemaître fue un sacerdote y un científico ejemplar. Su camino humano y espiritual representa un modelo de vida del que todos podemos aprender.

Para cumplir la voluntad paterna, estudió ingeniería; se enroló en la Primera Guerra Mundial y conoció sus horrores. Siguió como adulto su vocación sacerdotal y científica. Inicialmente es – como se dice – “concordista”, es decir, cree que en la Sagrada Escritura están depositadas, de manera velada, verdades científicas. Sus experiencias humanas y las consiguientes elaboraciones espirituales lo llevan después a comprender que la ciencia y la fe siguen dos caminos distintos y paralelos, entre los cuales no hay conflicto. Más aún, tales caminos se pueden armonizar mutuamente, porque tanto la ciencia como la fe, para un creyente, tienen la misma matriz en la Verdad absoluta de Dios. Su camino de fe lo conduce a la conciencia de que Creación y Big-Bang son dos realidades distintas, y que el Dios en el que cree no puede ser un objeto fácilmente clasificable por la razón humana, sino que es el “Dios oculto”, que permanece siempre en una dimensión de misterio, no totalmente comprensible.

Queridos amigos, les deseo que sigan confrontándose en un espíritu leal y humilde sobre los temas que están discutiendo. La libertad y la falta de condicionamientos, de lo que están experimentando en esta conferencia, puedan ayudarles a avanzar en sus campos hacia la Verdad, que es seguramente una emanación de la Caridad de Dios. Fe y ciencia pueden estar unidas en la caridad, si la ciencia se pone al servicio de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, y no se distorsiona para dañarlos o incluso para su destrucción. Los animo a ir a las periferias del conocimiento humano: es aquí donde se puede experimentar al Dios Amor, que satisface y apaga la sed de nuestro corazón.

Bendigo de corazón a todos ustedes y a su trabajo. Y les pido por favor orar por mí. Gracias.

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