CADA CREYENTE DEBE SER LIBRE DE PROPONER SU PROPIA RELIGIÓN: PALABRAS DEL PAPA A UNA DELEGACIÓN DE LA MEZQUITA DE BOLONIA (26/06/2024)

El breve encuentro de este 26 de junio por la mañana con un grupo de musulmanes de Bolonia, en el estudio del Aula Pablo VI, antes de la Audiencia General, fue la ocasión para que el Papa Francisco exhortara una vez más a la fraternidad universal. El Pontífice lo hizo en el saludo dirigido a la delegación de la mezquita de la capital emiliana, en el que invitó a cristianos, judíos y musulmanes a ser los primeros en ofrecer un testimonio de fraternidad. Reproducimos a continuación el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas

Me alegra darles la bienvenida y les agradezco su visita.

Jesús nos enseñó a acogernos los unos a los otros como hermanos. Y esto es válido en primer lugar para nosotros, cristianos, judíos y musulmanes, que adoramos al Dios Único y que nos referimos, aunque de distintas maneras, a Abraham como padre en la fe. En el mundo de hoy nuestro testimonio de fraternidad es indispensable y muy valioso.

Y nosotros, que hemos recibido el don de esta pertenencia religiosa, estamos llamados a ser abiertos y acogedores con quienes no la comparten, porque son, como todos nosotros, miembros de la única familia humana.

En particular, el diálogo sincero y respetuoso entre cristianos y musulmanes es un deber para nosotros que deseamos obedecer la voluntad de Dios. En efecto, la voluntad de un Padre es que sus hijos se amen, se ayuden mutuamente y que, si surge entre ellos alguna dificultad o malentendido, se pongan de acuerdo con humildad y paciencia.

Dicho diálogo requiere el reconocimiento efectivo de la dignidad y los derechos de cada persona. A la cabeza de estos derechos está el de la libertad de conciencia y de religión, que significa que todo ser humano debe ser plenamente libre en lo que respecta a sus opciones religiosas. Además, todo creyente debe sentirse libre de proponer – ¡nunca imponer! – su propia religión a otras personas, creyentes o no. Esto excluye toda forma de proselitismo, entendido como ejercer presiones o amenazas; debe rechazar todo tipo de favores financieros o laborales; no debe aprovecharse de la ignorancia de la gente. Además, los matrimonios entre personas de religiones diferentes no deben ser ocasión para convertir al cónyuge a la propia religión.

Queridos amigos, espero que, allí donde vivan, puedan mantener buenas relaciones con la Iglesia católica: con el Obispo, con el clero y con los fieles, en el respeto recíproco y en la amistad.

El mundo, especialmente en este momento histórico, necesita creyentes coherentes y fuertemente comprometidos con la construcción y el mantenimiento de la paz social y mundial. Les doy las gracias por estar también ustedes, junto con sus comunidades, entre estos “artesanos” de la paz.

Les aseguro mi oración y les pido que, por favor, que me recuerden en la suya. Gracias.

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