SI QUIERES CULTIVAR LA PAZ, CUIDA LA CREACIÓN: MENSAJE DE LEÓN XIV A LA COP 30 EN BELÉM, BRASIL (07/11/2025)

El Papa León XIV exhortó a los líderes mundiales reunidos en Belém, Brasil, para la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) a asumir compromisos valientes y concretos para el cuidado de la creación, recordándoles que la paz y la responsabilidad ambiental están inseparablemente unidas. Transmitiendo el mensaje del Pontífice, el Card Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, dijo a los delegados: “Si quieres cultivar la paz, cuida la creación”. Las palabras del Papa, afirmó, reflejan la convicción de que cuidar de nuestra casa común es tanto un deber moral como un camino hacia una paz duradera. Reproducimos a continuación el texto del mensaje del Papa, leído por el Card. Parolin, traducido al español:

Señor Presidente, distinguidos jefes de Estado y de gobierno, señoras y señores:

En nombre del Papa León XIV extiendo cordiales saludos a todos los participantes en la 30ª Sesión de la Conferencia de los Estados Parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y les aseguró su cercanía, su apoyo y su impulso.

Si quieres cultivar la paz, cuida la creación. Hay una clara relación entre la construcción de paz y el manejo de la creación: «La búsqueda de la paz por parte de todos los hombres de buena voluntad será facilitada ante todo por el común reconocimiento de la relación inseparable que existe entre Dios, los seres humanos y toda la creación» [1].

Si, por un lado, en esos tiempos difíciles, la atención y la preocupación de la comunidad internacional parecen concentrarse principalmente en los conflictos entre naciones, por el otro existe también una creciente conciencia de que la paz está amenazada también por la falta del debido respeto a la creación, por el saqueo de los recursos naturales y el progresivo empeoramiento de la calidad de vida a causa del cambio climático.

Dada su naturaleza global, estos desafíos ponen en peligro la vida de todos en este planeta y, y por tanto, exigen Cooperación Internacional y un multilateralismo cohesionado y capaz de mirar hacia adelante que ponga en el centro la sacralidad de la vida, la dignidad de todos los seres humanos dada por Dios y el bien común. Por desgracia, observamos enfoques políticos y comportamientos humanos que van en la dirección opuesta, caracterizados por el egoísmo colectivo, la no consideración del otro y la miopía.

«En un mundo que arde, ya sea por el calentamiento terrestre o por los conflictos armados» [2], esta Conferencia debe convertirse en un signo de esperanza, a través del respeto mostrado a las ideas de los demás en el intento colectivo de buscar un lenguaje común y un consenso haciendo a un lado intereses egoístas, teniendo presente la responsabilidad de unos por otros y por las generaciones futuras.

Señor Presidente:

Ya en los años noventa del siglo pasado, el Papa San Juan Pablo II subrayó que la crisis ecológica es «un problema moral» y, como tal, «pone en evidencia la urgente necesidad moral de una nueva solidaridad, especialmente en las relaciones entre los países en vías de desarrollo y los países altamente industrializados. Los Estados deben mostrarse cada vez más solidarios y complementarios entre sí en la promoción del desarrollo de un ambiente natural y social pacífico y saludable» [3]. Trágicamente, quienes se encuentran en las situaciones de mayor vulnerabilidad son los primeros en sufrir los efectos devastadores del cambio climático, de la deforestación y la contaminación. Cuidar la creación, por tanto, se convierte en una expresión de humanidad y solidaridad.

Desde este punto de vista, es esencial traducir las palabras y reflexiones en decisiones y acciones basadas en la responsabilidad, la justicia y la equidad con el fin de alcanzar una paz duradera cuidando la creación y a nuestro prójimo.

Además, ya que la crisis climática afecta a todos, las acciones correctivas deben involucrar a gobiernos locales, alcaldes y gobernadores, investigadores, jóvenes, empresarios, organizaciones confesionales y ONG’s.

Señor Presidente:

Hace una década, la comunidad internacional adoptó el Acuerdo de París, reconociendo la necesidad de una respuesta eficaz y progresiva a la urgente amenaza del cambio climático [4]. Por desgracia debemos admitir que el camino hacia el logro de los objetivos fijados en ese Acuerdo sigue siendo largo y complejo. En este contexto, se exhorta a los estados parte a acelerar con valentía la puesta en práctica del Acuerdo de París y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Hace diez años, el Papa Francisco firmaba la Carta encíclica Laudato si’, en la que sostenía una conversión ecológica que incluyera a todos, ya que «el clima es un bien común, de todos y para todos. Éste, a nivel global, es un sistema complejo en relación con muchas condiciones esenciales para la vida humana» [5].

Que todos los participantes en esta COP30 puedan, como también aquellos que siguen activamente sus trabajos, ser inspirados y abrazar con valentía esta conversión ecológica con el pensamiento y las acciones, teniendo presente el rostro humano de la crisis climática.

Que esta conversión ecológica pueda inspirar el desarrollo de una nueva arquitectura financiera internacional centrada en el hombre, que asegure que todos los países, especialmente los más pobres y los más vulnerables a los desastres climáticos, logren alcanzar su pleno potencial y ver respetada la dignidad de sus ciudadanos. Esta arquitectura debe tener en cuenta también el vínculo entre deuda ecológica y deuda externa.

Que se pueda promover una educación para la ecología integral que explique por qué las decisiones a nivel personal, familiar, comunitario y político moldean nuestro futuro común, sensibilizando al mismo tiempo acerca de la crisis climática y animando mentalidades y estilos de vida dirigidos a respetar mejor a la creación y salvaguardar la dignidad de la persona y la inviolabilidad de la vida humana [6].

Que todos los participantes en esta COP30 puedan comprometerse a proteger y a cuidar la creación que nos ha sido encomendada por Dios con el fin de construir un mundo pacífico.

Les aseguro las oraciones del Santo Padre mientras en esta COP30 toman decisiones importantes para el bien común y el futuro de la humanidad.


[1] Benedicto XVI, Mensaje para la celebración de la XLIII Jornada Mundial de la paz, 1° enero 2010.

[2] León XIV, Homilía en la Santa Misa por la custodia de la creación, Borgo Laudato si’, Castel Gandolfo, 9 julio 2025.

[3] San Juan Pablo II, mensaje para la celebración de la XXIII Jornada Mundial de la Paz, “Paz con Dios Creador. Paz con toda la Creación”, 1° enero 1990.

[4] cf. Acuerdo de París, Preámbulo.

[5] Francisco, Carta encíclica Laudato si’ n. 23

[6] cf. Benedicto XVI, Mensaje para la celebración de la XLIII Jornada Mundial de la paz, 1° enero 2010.

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