CUENTEN EL DEPORTE COMO UN HIMNO A LA VIDA: MENSAJE DEL PAPA POR EL CENTENARIO DEL CORRIERE DELLO SPORT (20/10/2024)
Queridos hermanos y hermanas:
¡Felicidades! Cien años son una meta importante, un hermoso trofeo para colocarlo en su escaparate. Más grande incluso que el del tiraje de 2 millones de copias vendidas en ocasión de la victoria de Italia en el mundial de fútbol de 2006. Han hecho una hermosa carrera en estos cien años: por otra parte, entre aquellos que contribuyeron al nacimiento del periódico estaba un cierto Enzo Ferrari, que entendía de motores y de victorias.
Agradezco al Director Ivan Zazzaroni por haberme enviado una hermosa carta hablando del centenario del periódico y me da gusto estar cerca de ustedes en este día de fiesta.
Si pienso en el deporte, y en mi patria, Argentina, aún antes de pensar en las grandes instalaciones futbolísticas, como la Bombonera, pienso en cuando de niños se jugaba al fútbol con una pelota hecha de trapo. Muchos campeones comenzaron así, jugando con los amigos de forma despreocupada en campos improvisados entre las casas, incluso en contextos muy pobres. Qué hermoso es experimentar el sentido de la fraternidad: se juega, y se juega juntos, y se sabe que son adversarios sólo en el campo, nunca enemigos. Se prende la alegría por la victoria y se conoce el sudor y el esfuerzo que cuestan, se aprende también de la derrota, buscando levantarse y atesorar los errores cometidos para intentar superarlos la próxima vez, o simplemente acepta la propia diversidad y el propio límite: somos todos valiosos y únicos, pero no somos perfectos.
Alguno dice que yo soy aficionado del San Lorenzo, un equipo argentino: queda como un secreto, sin embargo, algo me parece hermoso en la historia de ese equipo. Cuando los chicos que jugaban en la calle al inicio del siglo XX estaban buscando un espacio seguro donde poder jugar al fútbol, un sacerdote descendiente de italianos, un salesiano, el Padre Lorenzo Massa, abrió las puertas del oratorio y ahí comenzó una hermosa aventura. Necesitamos también hoy de espacio para poder hacer deporte, sobre todo en los contextos más pobres y aislados, pero sobre todo necesitamos adultos que acojan de manera auténtica a los niños y jóvenes, que sepan escuchar sus sueños, que deseen junto a ellos un futuro mejor. Pensemos también aquí en Italia cuánto bien se ha hecho a través de los campos de las parroquias y los oratorios, y cuántos jóvenes ahora campeones del deporte a menudo recuerdan haber comenzado en los campos de la parroquia.
Su periódico tiene larga historia, y en su intención pretende abrazar a toda Italia, por los eventos deportivos que se refieren a ella al interior de sus fronteras y en el extranjero: el deporte es uno de los factores que nos hace sentir un solo pueblo, como cuando 1 se levanta para cantar el himno, en casa, en el estadio o los pabellones deportivos. Qué importante es caminar unidos, sentirse parte de una única familia, y de una familia de naciones durante las olimpiadas o los campeonatos mundiales o continentales: en estos años muy a menudo hemos vuelto a ver pueblos vecino, o grupos al interior de los mismos países, alzarse uno contra el otro armados. La competencia en el deporte es sana, porque requiere paciencia, escucha al entrenador, respeto por los adversarios, a las reglas y los árbitros, coordinación con los compañeros: en el mundo en cambio a menudo se busca la destrucción del adversario, hacerse reglas para uno mismo, rechazar a quien quiere moderar la confrontación entre las partes según el derecho internacional. Difundir una sana cultura del deporte En este sentido significa hacer crecer a la humanidad en sus valores más hermosos y auténticos y por eso les agradezco.
En cuanto a lo que, desafortunadamente, también en los últimos años hemos asistido a episodios de intolerancia, que deben ser condenados, estoy seguro de que son muchos más los ejemplos en los que en el deporte se ha sido capaz de “hacer equipo”, sin que la raza, la clase social o la confesión religiosa sean obstáculos o barreras: los animo a favorecer este clima de humanidad auténtica y acogedora. Debemos rechazar toda lógica de exclusión y violencia, y para ello sabemos bien que la palabra tiene su valor, para educar hacia el bien y hacia lo bello, más que a destruir. Un artículo de periódico, incluso deportivo, puede hacer mucho bien, pero también puede dañar o fomentar un clima de desconfianza: ustedes, sin embargo, no sean así, se los pido.
A propósito de acogida y promoción humana integral: solo por cuestiones organizativas no es posible vivir de manera contemporánea las Olimpiadas y los Paralímpicos. En las recientes ediciones en París gozamos por los muchos éxitos de jóvenes increíbles: para algunos de ellos la medalla de oro se las había dado la vida, por cómo supieron vencer, gracias a la fuerza interior y a la ayuda de todos, los desafíos de la propia discapacidad. ¡Sus triunfos son un himno a la vida! ¡Que su periódico cuente victorias y derrotas, pero que sea una forma de pensar y vivir el deporte como un himno a la vida!
Gracias por lo que son y por lo que hacen. No se olviden de orar por mí.
Roma, San Juan de Letrán, 19 de octubre 2024
FRANCISCO
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