SAN BUENAVENTURA Y SANTO TOMÁS DE AQUINO, FUENTES DE LUZ PARA LA IGLESIA Y LA CULTURA: MENSAJE DEL PAPA PARA LA INAUGURACIÓN DE UNA EXPOSICIÓN EN LA BIBLIOTECA VATICANA (25/10/2024)
Al querido hermano Mons. Vincenzo Zani
Bibliotecario y Archivista de la Santa Romana Iglesia
En la celebración del 750º aniversario de la muerte de San Buenaventura de Bagnoregio y de Santo Tomás de Aquino, la Biblioteca Apostólica Vaticana propone la muestra “El Libro y el Espíritu”, dedicada a los dos Doctores, de los cuales ésta conserva, entre sus tesoros, documentos autógrafos, códices de sus obras y documentos relativos a su vida y actividad. Me congratulo por esta oportuna iniciativa.
Ya el Papa Sixto IV, en 1475, inauguró los primeros locales de la Biblioteca Vaticana precisamente en concomitancia con el segundo centenario de la muerte de los dos Santos, no por casualidad representados juntos, por Ghirlandaio, en la decoración de la Biblioteca Latina, entre los grandes autores antiguos y cristianos.
Poco más de un siglo después, el Papa Sixto V – el Pontífice que dotó a la Biblioteca de su actual sede – en un documento [1] retomado después por el Papa León XIII [2], los asociaba con la imagen bíblica de los «dos olivos y dos candeleros que están frente al Señor de la tierra» (Ap 11, 4).
De hecho, ellos siguen representando hasta hoy fuentes de luz e inspiración para la Iglesia y la cultura. Son “luminarias” para un acercamiento al saber, y en particular a la teología, en que se compenetran y se alimentan recíprocamente la profundidad intelectual y la vida espiritual, la ciencia y la sabiduría, la humildad y la caridad, en la disposición de no mantener para sí mismo los frutos de la especulación, sino más bien compartirlos con generoso impulso pastoral y misionero. [3]
En este sentido el Doctor Communis y el Doctor Seraphicus constituyen una valiosa “compañía” para cada peregrino en camino hacia Cristo, trazando un recorrido descrito por el primero como “camino” de la inteligencia iluminada por la fe, por el segundo como “itinerario” de la mente, que a partir de la contemplación de lo creado asciende hacia Dios. Pensemos en la mirada “trinitaria” Que San Buenaventura propone sobre las criaturas y sus relaciones [4], con una integración entre “santidad de la inteligencia” e “inteligencia de la santidad”, que es evidente ante todo en el ejemplo de sus vidas.
Y es precisamente éste el elemento unificador que surge de la muestra, preparada por la Biblioteca Vaticana con la inserción en el programa también de una jornada de estudio sobre los dos Doctores, a la cual están invitadas todas las Universidades y Facultades Pontificias Romanas.
Hay que alabar además la colaboración internacional que se ha desarrollado en torno al proyecto, involucrando a la Embajada de Francia ante la Santa Sede, al Centro San Luigi de Roma, a la Comisión Leonina, a las Pontificias Universidades Angelicum, Antonianum y Gregoriana, Ir a la Universidad de París I Sorbona, donde tanto Santo Tomás como San Buenaventura se formaron como Maestros de Teología.
Hace cincuenta años San Pablo VI, en ocasión de la exposición similar realizada para el séptimo centenario de la muerte de los dos grandes Santos, subrayaba su importancia, definiendo en particular al Angélico como «luminaria de la Iglesia y del mundo entero» [5]. Más recientemente el Papa Benedicto XVI, estudioso del pensamiento y la obra del Seráfico, en una de sus catequesis recordaba el elogio sobre él, compuesto por un anónimo notario pontificio: «Hombre bueno, afable, piadoso y misericordioso, lleno de virtudes, amado por Dios y por los hombres. […] Dios, de hecho, le había dado tal gracia, que todos aquellos que lo veían eran impregnados por un amor que el corazón no podía esconder» [6].
La presente muestra, colocándose en este surco, quiere contribuir a encontrar hoy lenguajes e instrumentos adecuados, para que el pensamiento de los dos “gigantes” de la doctrina católica pueda seguir difundiéndose, llegando a todos [7].
En las pinturas de la Biblioteca Latina San Buenaventura y Santo Tomás llevan en sus manos pergaminos, en los que aparecen frases atribuidas a ellos, complementarias en su significado. Santo Tomás “dice”: «Sacrae doctrinae finis est beatitudo aeterna»; San Buenaventura “responde”: «Fructus Scripturae est plenitudo aeternae felicitatis» [8]. Y en verdad los dos Santos maestros nos enseñan a mirar hacia la felicidad eterna como fruto supremo de la sabiduría, de la ciencia y la caridad, impulsándonos a hacernos peregrinos en la fe, para que «el testimonio creyente puede ser en el mundo levadura de genuina esperanza» [9], llama que ilumina trazando un camino.
Querido hermano, le expreso mi agradecimiento por esta iniciativa, para la cual deseo el mejor de los éxitos. Le agradezco a usted y a cuántos han colaborado en su preparación y organización, y les envío de corazón mi bendición.
Desde el Vaticano, 4 de octubre 2024
FRANCISCO
[1] cf. Sixto V, Bula Triumphantis Hierusalem, 14 marzo 1588, 13.
[2] cf. León XIII, Carta Enc. Aeterni Patris, 4 agosto 1879.
[3] cf. Carta Ap. Ad theologiam promovendam, 1° noviembre 2023, 8.
[4] cf. Carta Enc. Laudato si’, 24 mayo 2015, 239-240.
[5] S. Pablo VI, Carta Ap. Lumen ecclesiae, 20 noviembre 1974, 1.
[6] J. G. Bougerol, Bonaventura, en A. Vauchez (edición de), Historia de los santos y de la santidad cristiana. Vol. VI. La época de la renovación evangélica, Milán 1991, p. 91; citado por Benedicto XVI, Audiencia general, 3 marzo 2010.
[7] cf. Carta por el VII Centenario de la canonización de Santo Tomás de Aquino, 30 junio 2023.
[8] cf. Biblioteca Apostólica Vaticana, Santo Tomás y San Buenaventura en la Biblioteca Vaticana. Muestra en ocasión del VII Centenario (1274-1974). Catálogo, Biblioteca Apostólica Vaticana, Ciudad del Vaticano, 1974, pp. 5-6.
[9] cf. Bula de indicción del Jubileo Ordinario del Año 2025 “Spes non confundit”, 9 mayo 2024.
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