EL DON DE LA PAZ PARA LOS PUEBLOS MARTIRIZADOS POR LA GUERRA: ÁNGELUS DEL 20/10/2024

Previamente a la oración del Ángelus, al final de la Santa Misa de este 20 de octubre, el Papa Francisco renovó el llamado a la oración por los países en guerra y dirigió su saludo a los fieles que estuvieron presentes para honrar a los santos recién canonizados. El Santo Padre subrayó la importancia de la figura de San Giuseppe Allamano en la atención a las poblaciones «frágiles y vulnerables» y exhortó contra toda forma de explotación «de su dignidad y de sus territorios». También recordó la Jornada Mundial de las Misiones de este día, subrayando la naturaleza «del anuncio» como portador de un «encuentro festivo con el Señor que nos ama y quiere que participemos de su alegría esponsal». Transcribimos a continuación el texto de su alocución, traducido del italiano:

Antes de concluir esta celebración eucarística, agradezco a todos ustedes, que vinieron a honrar a los nuevos santos. Saludo a los Cardenales, a los Obispos, a los sacerdotes, a las personas consagradas, en particular a los Frailes Menores y a los fieles maronitas, a los Misioneros y Misioneras de la Consolata, a las Pequeñas Hermanas de la Santa Familia y a las Oblatas del Espíritu Santo, como también a los otros grupos de peregrinos venidos de varios lugares. Un saludo deferente dirijo al Presidente de la República Italiana, a las otras delegaciones oficiales y a las autoridades civiles.

Saludo al numeroso grupo de peregrinos ugandeses, con el Vicepresidente del país, que vinieron a sesenta años de la canonización de los mártires de Uganda.

El testimonio de San Giuseppe Allamano nos recuerda la atención necesaria hacia las poblaciones más frágiles y vulnerables. Pienso en particular en el pueblo Yanomami, en la selva amazónica brasileña, entre cuyos miembros ocurrió precisamente el milagro vinculado a la canonización de este día. Hago un llamado a las autoridades políticas y civiles, para que aseguren la protección de estos pueblos y de sus derechos fundamentales y contra todo tipo de explotación de su dignidad y de sus territorios.

Hoy celebramos la Jornada Mundial de las Misiones, cuyo tema – “Vayan e inviten a todos al banquete” (cf. Mt 22, 9) – nos recuerda que el anuncio misionero es llevar a todos la invitación al encuentro festivo con el Señor, que nos ama y quiere que participemos de su alegría esponsal. Como nos enseñan los nuevos santos: «todo cristiano está llamado a participar en esta misión universal con su propio testimonio evangélico en todos los ambientes» (Mensaje para la XCVIII Jornada Mundial de las Misiones, 25 de enero 2024). Apoyemos, con nuestra oración y con nuestra ayuda, a todos los misioneros que, a menudo con gran sacrificio, llevan el anuncio luminoso del Evangelio a cada lugar de la tierra.

Y sigamos orando por las poblaciones que sufren a causa de la guerra – la martirizada Palestina, Israel, Líbano, la martirizada Ucrania, Sudán, Myanmar y todas las demás – e invoquemos para todos el don de la paz.

Que la Virgen María nos ayude a ser, como Ella y como los santos, valientes y felices testigos del Evangelio.