SEAN TESTIGOS DE PROFESIONALISMO Y VÍNCULOS AFECTIVOS: PALABRAS DEL PAPA A EMPRESAS FAMILIARES ITALIANAS (05/10/2024)
Queridos hermanos y hermanas, buenos días:
Les doy la bienvenida a ustedes que representan a la Asociación Italiana de Empresas Familiares. La Iglesia es familia de Dios y mira con simpatía todo lo que es familiar. ¿Primero las personas aisladas y luego la familia? No, primero la familia y, dentro de la familia, las personas. Las personas aisladas están “en órbita” con respecto a la humanidad y también a la comunidad cristiana. Comunidad, primero. La Iglesia es familia de Dios. En su caso, los caracteriza el delicado equilibrio entre familia y trabajo, que se expresa en la valentía y la responsabilidad empresarial. Es bueno, es constructivo cuando valentía y responsabilidad van juntas. La acción que nace del corazón es audaz, no se repliega en sí misma, sino que sabe mirar lejos; y la responsabilidad, además, es el secreto de la economía, una palabra que significa “gestionar la casa” – “oikos nomos” – y es, por tanto, expresión de cuidado. Cuidado por su empresa, cuidado por la familia, cuidado por nuestra casa común, cuidado por las futuras generaciones.
Como la misión de la Iglesia, también su actividad está generalmente arraigada a un territorio, que están llamados a enriquecer, tanto con el testimonio de vínculos familiares, como con la seriedad de su compromiso profesional. Que el don de la fe oriente cada vez más su presencia en las realidades locales y fortalezca su participación en los destinos de la humanidad. No olvidemos que todo está conectado, nada está aislado. Incluso si la fraternidad entre las personas y los pueblos está muy herida y la casa común lleva los signos de la injusta avidez humana, todo está conectado. También las cosas terribles tienen conexión con todos nosotros. ¡Que puedan habitar en la dimensión local con un corazón universal! Y cuando trabajen en y por distintas partes del mundo, difundan el valor de ser “familia”. Al principio la familia, no las personas aisladas, la familia.
Los animo a seguir adelante, a sentirse parte, en la Iglesia, de una familia más grande y una empresa más grande, que es el servicio al Reino de Dios, a su justicia. Por eso los invito a ensanchar el corazón y la mirada, a cultivar en la casa y la empresa la escucha entre distintas generaciones – esto es importante: la escucha entre distintas generaciones; los abuelos con los nietos, eso es muy importante. Los invito a creer en la vocación de sus hijos – cualquiera que esta sea – y a abrir puertas y ventanas a quienes pueden hacer un pedazo del camino con ustedes. Recordemos la parábola de los talentos: ¡nada debe “enterrarse” de lo que se nos ha confiado! Nada de miedo, ¡adelante con confianza!
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