EL «CONCIERTO CON LOS POBRES», COMO EL JUBILEO, QUIERE GENERAR ESPERANZA: PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO A PROMOTORES Y ARTISTAS DEL CONCIERTO CON LOS POBRES (07/12/2024)

Sinfonía, orquesta, armonía. Con estas y otras palabras «musicales» se dirigió el Papa Francisco a los promotores y artistas del «Concierto con los pobres», programado para la noche de este 7 de diciembre en el Aula Pablo VI y patrocinado por el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano y el Dicasterio para el Servicio de la Caridad. «Un hermoso momento para compartir con tantos hermanos y hermanas la belleza de la música que une los corazones y levanta el ánimo. Incluso los niños hacen música cuando lloran», les dijo el Santo Padre en su discurso durante la audiencia en la Sala del Consistorio, cuyo texto transcribimos a continuación, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:

Me da gusto encontrarlos, también este año, en ocasión del Concierto con los Pobres, que se realizará esta noche en el Aula Pablo VI: un hermoso momento para compartir con muchos de nuestros hermanos y hermanas la belleza de la música que une los corazones y eleva el espíritu. [Escucha llorar a un niño] Incluso los niños cuando lloran hacen música.

Saludo a Mons. Marco Frisina, que una vez más ha sabido reunir a artistas internacionales, junto con el Coro de la Diócesis de Roma – que este año celebra 40 años de actividad – y la Orquesta Nova Opera, que coordina también la organización de este evento. Gracias.

Agradezco a todos los artistas, de manera particular, por su especial participación, al maestro Hans Zimmer, como también a la violonchelista Tina Guo, al compositor Darío Vero y a la actriz Serena Autieri. Agradezco además a todos los socios que contribuyeron con la realización del evento.

Un concierto es una hermosa parábola, una parábola de la armonía, también de la armonía sinodal que la iglesia se está esforzando a vivir más plenamente. De hecho, toda partitura musical une instrumentos y voces distintos, cada uno con su propia parte, con su timbre, su sonoridad. Cada quien en la orquesta ejecuta su propia partitura pero debe armonizarse con los demás, generando así la belleza de la música.

Y en una composición, los silencios, los intervalos, las disonancias tienen la misma importancia que las notas mismas. ¡Dios no crea descartados! Cada uno está llamado a expresarse, a ejecutar su propia parte junto a todos los demás.

Para realizar esta parábola de la armonía es necesario elegir estar presente. No hay que darlo por hecho. Todos ustedes han elegido estar, participar en este evento con personas que tienen necesidades, que cada día se esfuerzan por salir adelante. Y esta elección suya genera un signo de esperanza. Es lo que se propone y también el próximo Jubileo: generar signos de esperanza, a partir de la fuente del amor que es el Corazón de Jesús.

Sin la colaboración de todos no se puede realizar una verdadera sinfonía. Solamente desde la cooperación de personas distintas surge la armonía que edifica y consuela a todos. De forma similar, la Iglesia, llamada a ser en el mundo signo e instrumento de armonía, de comunión y fraternidad, debe realizar en el corazón de la humanidad un maravilloso y consciente canto de amor a Dios y a los hermanos.

Este Concierto con los Pobres que hoy ejecutarán es un hermoso signo de la armonía sinodal, sobre todo porque ocurre en comunión con nuestros hermanos y hermanas más frágiles, invitados a participar de esta estupenda sinfonía del amor que es el Evangelio. Estos amigos nuestros, esta noche, podrán asistir al concierto de la mejor forma, como protagonistas; porque la belleza es un don de Dios para todos los seres humanos, unidos por la misma dignidad y llamados a la fraternidad.

Los encomiendo a la Sagrada Familia de Nazaret, que conoció la precariedad y el exilio sin nunca perder el ánimo. ¡Que el Señor mantenga siempre encendida en ustedes la flama de la esperanza! Pido por ustedes, para la buena realización de este proyecto. Y les pido, por favor, orar por mí. Gracias.