UNA VISIÓN ÉTICA RENOVADA DE LA VIDA POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL: PALABRAS DEL PAPA A INTEGRANTES DEL “GRUPO SANTA MARTHA” (19/05/2022)
Eminencia, queridos hermanos Obispos, queridos amigos:
Extiendo una cordial bienvenida a todos ustedes, que participan en la Conferencia Internacional del Santa Martha Group, que reúne a los líderes de varias fuerzas del orden, organizaciones gubernamentales, civiles y religiosas para compartir capacidades, experiencias y mejores prácticas con la finalidad de prevenir y luchar contra la trata de personas y las modernas formas de esclavitud. Les agradezco por el compromiso en la búsqueda de erradicar estas actividades criminales, que violan la dignidad y los derechos de hombres, mujeres y niños, y dejan efectos duraderos en las víctimas particulares y en la sociedad en general.
En los años siguientes a su constitución, el Santa Martha Group se ha dedicado a promover una cada vez mayor comprensión del desarrollo naturaleza de la trata de seres humanos y a reforzar la colaboración a nivel internacional, nacional y local para encontrar formas eficaces con el objetivo de poner fin a este flagelo y hacer que las víctimas reciban los cuidados necesarios, tanto a nivel físico como espiritual.
Lamentablemente siguen difundiéndose modernas formas de esclavitud, incluso en las áreas más desarrolladas del mundo. Espero que la lucha contra la trata de seres humanos tome en mayor consideración también una serie de realidades más amplias, como el uso responsable de la tecnología y de las redes sociales y la necesidad de una renovada visión ética de la vida política, económica y social, centrada no en el beneficio sino en las personas.
A este respecto, quisiera también recordar la necesidad esencial de apoyar, acompañar y reintegrar a las víctimas de la trata de seres humanos en nuestras comunidades y asistirlas en el proceso de curación y recuperación de su autoestima. Si bien la tarea es realmente ardua, les animo a perseverar en sus esfuerzos dirigidos a apoyar la dignidad conferida por Dios a cada persona y a defender los derechos humanos fundamentales de aquéllos que muy a menudo son olvidados y no tienen voz. La Iglesia siempre está agradecida por toda expresión de caridad fraterna y de cuidado mostrado a todos aquellos que han sido esclavizados y explotados, porque de esta manera la misericordia de Dios se hace visible y el tejido de la sociedad es reforzado y renovado.
Una vez más, expreso mi gratitud por su compromiso y por la colaboración en este sector vital. Les extiendo mis mejores deseos para su trabajo. Sobre ustedes, sobre sus familias y sobre todos aquellos a quienes sirven invoco la bendición del Señor. Y les pido, por favor, que se acuerden de orar por mí. Gracias.
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