CONSERVEN ESTE PATRIMONIO DE SANTIDAD: PALABRAS DEL PAPA A JÓVENES DE VIVIERS, FRANCIA (14/05/2022)

La mañana de este 14 de mayo, el Papa Francisco recibió en audiencia, en la Sala del Consistorio, a la delegación de jóvenes de la Diócesis de Viviers, Francia, quienes llegaron a Roma para participar en la canonización de Charles de Foucauld y Marie Rivier. A ellos el Papa los encomendó a la intercesión especial de sus futuros santos, y les deseó que, “siempre sean un estímulo y una inspiración para ustedes”. Reproducimos a continuación, el texto de saludo que les dirigió el Santo Padre, traducido del italiano:

Excelencia, queridos jóvenes:

Me alegra recibir en esta vigilia de la canonización a su delegación de la Diócesis de Viviers, qué se enriquece con dos nuevos santos: Charles de Foucauld y Marie Rivier. El aire que se respira en su Diócesis debe ser particularmente sano. Porque no olvido al Padre Gabriel Longueville, también de su Diócesis, beatificado como mártir en 2019, y a quien pude conocer en Argentina. Su obligación y su atención a los más pobres de la parroquia en que trabajaba son un modelo para los sacerdotes de su tierra natal. Esta sucesión de beatos y de futuros santos muestra claramente la fecundidad de su diócesis y espero que puedan conservar este patrimonio de santidad, y también hacerlo crecer, avanzar.

El deseo que les expreso hoy es que aprendan de Charles de Foucauld a vivir esa experiencia de Dios que lo llevó a evangelizar con la presencia. Una forma de evangelización discreta, sí, pero muy exigente, porque requiere el testimonio de una vida coherente, es decir verdaderamente conforme a las aspiraciones de todo hombre amado por Dios y llamado a algo distinto del placer fugaz o del resultado inmediato y visible. Si aceptan ser como levadura en la masa, como Carlo de Jesús quiso ser en el Hoggar, las generaciones que vendrán después de ustedes podrán recoger los frutos espirituales.

Mientras tanto les animo, queridos jóvenes, a fundar su vida cristiana sobre tres E, tres palabras clave del espiritualidad de Charles de Foucauld: Evangelio, Eucaristía y Evangelización. Aquí tienen todo un programa de vida en la escuela de Cristo. Y les sugiero también aprender y meditar a menudo la magnífica oración de abandono de sí mismo en Dios tomada de sus escritos: «Padre mío, me abandono a ti, haz de mí lo que quieras. Cualquier cosa que hagas de mí, te agradezco. Estoy listo para todo, acepto todo. Para que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. No deseo otra cosa, Dios mío...». Que se convierta en su oración en los momentos de las elecciones y las cruces de la vida. Así podrán entrar en la dinámica evangélica de la Iglesia en su Diócesis, una Diócesis que manifiesta el deseo de vivir la fraternidad universal del ermitaño del Sahara. Pienso en particular en todos los grupos scout que se han puesto bajo el patrocinio de Charles de Foucauld.

De Marie Rivier, hija de su tierra, dedicada a la educación de los niños, con la congregación de las Hermanas de la Presentación de María fundada por ella, les deseo que reciban el deseo de abrir la mente de los más pequeños a las cosas de Dios, a la atención por el prójimo y la admiración por la creación. Qué importante es esto. Espero que haya todavía más mujeres de esta talla, humildes y valientes en hacer conocer el amor de Dios hacia los pequeños que piden sólo aprender. Este deseo está enraizado en la Esperanza que no defrauda. Encomiendo esto a la Virgen María, Madre de esta Congregación ahora difundida en el mundo y que continúa dedicándose incansablemente a los niños, los jóvenes y los excluidos.

Finalmente, les deseo volver de Roma con un amor más grande por la Iglesia. La celebración de mañana les dará una imagen de su universalidad y de sus múltiples rostros, todos vueltos hacia el único Salvador. Les encomiendo a todos a la especial intercesión de “sus” futuros santos, Marie Rivier y Charles de Foucauld. Que sean siempre para ustedes fuente de ánimo y de inspiración. De corazón les bendigo y, a través de ustedes, a todos los fieles de su Diócesis. Y por favor, no se olviden de orar por mí. Gracias.

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