LLAMADOS A CONSTRUIR LA “ALDEA GLOBAL DEL CUIDADO”: PALABRAS DEL PAPA A PARTICIPANTES EN UN CONGRESO SOBRE LA BIODIVERSIDAD (21/05/2022)

Este 21 de mayo en la Sala Clementina, el Papa Francisco remarcó, durante una audiencia con los participantes en el Congreso Internacional “Nature in Mind” sobre la protección de la biodiversidad, organizado por el Cuerpo de Carabineros, cuya acción contribuye “a reforzar el diálogo urgente, el diálogo responsable sobre el futuro del planeta, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos implican y nos tocan a todos”. Reproducimos a continuación, el texto del mensaje del Sumo Pontífice, traducido del italiano:

Queridos amigos:

Les doy la bienvenida a ustedes, participantes en el Congreso internacional “Nature in mind. Una nueva cultura de la naturaleza para el cuidado de la biodiversidad”, organizado por el competente comando del Cuerpo de Carabineros. Agradezco al Comandante General por sus corteses palabras y expreso mi reconocimiento por esta iniciativa, que demuestra la voluntad de colaborar para proteger juntos nuestra casa común. su compromiso contribuye a reforzar el diálogo urgente, el diálogo responsable sobre el futuro del planeta, «porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos conciernen y afectan a todos» (Enc. Laudato si’, 14).

El título del Congreso “La naturaleza en mente” hace pensar en el itinerario de San Buenaventura de Bagnoregio, quien en varias ocasiones invita a descubrir al Trascendente también a través de la contemplación de la belleza de la naturaleza. Es un viaje formativo para la mente y el alma. Cuando miramos con asombro el cielo y las estrellas o las aguas cristalinas de un riachuelo, por analogía contemplamos al autor de la belleza (cf. Sab 13, 3). Ella nos fue dada como don al género humano, que está llamado a cultivarla y cuidarla (cf. Gn 2, 15). En las sagradas escrituras lo bello y lo bueno son inseparables.

Como Dios puso a disposición de los hombres su creación, así ellos se encuentran su plena realización superando el egoísmo y gozando de una “belleza compartida”. Este vínculo dinámico entre Creador, criatura humana y otras criaturas es una alianza que no puede ser rota sin daños irremediables. No debemos engañarnos «de poder sustituir una belleza irrepetible y no recuperable con otra creada por nosotros» (Laudato si’, 34). El mito de Prometeo, adaptado quizás a otras épocas, no lo es más para la nuestra. No necesitamos de un heroísmo titánico, sino de una mansa y paciente hermandad entre nosotros y con la creación. La vida y la historia demuestran, de hecho, que no podemos existir nosotros mismos sin el otro y sin los demás. En un mundo en el cual «todo está íntimamente relacionado» (ibid., 137), es necesario identificar nuevos paradigmas pedagógicos que hay que promover en los procesos educativos, finalizándolos en el diálogo entre los saberes y contribuyendo a hacer crecer la cultura del cuidado. Y la cultura del cuidado es una cultura de la armonía, es conservar la armonía, y no una cultura de los detalles que rompe la armonía.

Tal cultura, en efecto, está estrechamente ligada a una educación inclusiva que se apoya en los pilares de la ecología integral. Frente a la riqueza y complejidad del mundo natural, todo proyecto educativo ofrece una perspectiva de comprensión dirigida a subrayar las interrelaciones entre el hombre y el medio ambiente. Con el fin de promover un desarrollo verdaderamente sustentable, es necesario abrirse con creatividad a itinerarios nuevos, más integrados, compartidos, relacionados directamente con las personas y sus contextos. De esta forma todos se sienten involucrados en contribuir con el pacto educativo, que tiende a formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones. Toda medida será ineficaz sino es coadyuvada y apoyada por un proceso educativo que favorezca el cuidado y la protección de nuestra casa común.

A través de nuestros talentos estamos todos llamados a construir la “aldea global del cuidado”, a formar una red de relaciones humanas que rechace toda forma de discriminación, violencia y prevaricación. En esa nuestra “aldea”, la educación se hace portadora de fraternidad y generadora de paz entre los pueblos así como de diálogo entre las religiones.

Queridos Carabineros, queridos amigos, les renuevo mi aprecio por su compromiso cotidiano y les exhorto a continuarlo con valentía. Bendigo a todos ustedes y a sus familiares. Les deseo un buen trabajo; y les pido por favor orar por mí. Gracias.

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