CERCANÍA DEL PAPA A LAS VÍCTIMAS DEL ATENTADO EN MOSCÚ: ÁNGELUS DEL 24/03/2024

En una abarrotada Plaza de San Pedro, unos 25,000 fieles, bajo un cielo en el que los rayos del sol se alternaban con las nubes, se abrió la celebración del Domingo de Ramos presidida por el Papa Francisco, este 24 de marzo. Al finalizar la proclamación de la Pasión del Señor según San Marcos, hubo un momento de silencio y oración antes de retomar la Celebración. Al concluir la Santa Misa, el Sumo Pontífice presidió la oración mariana del Ángelus, cuyas breves palabras introductorias compartimos a continuación, traducidas del italiano:

Queridos hermanos y hermanas:

Expreso mi cercanía a la Comunidad de San José de Apartado en Colombia, donde hace unos días fueron asesinados una joven mujer y un niño. Esta Comunidad en 2018 fue premiada como ejemplo de compromiso con la economía solidaria, la paz y los derechos humanos.

Y aseguro mis oraciones por las víctimas del vil atentado terrorista perpetrado hace dos noches en Moscú. Que el Señor las acoja en su paz y consuele a sus familias. Que convierta los corazones de quienes planean, organizan y llevan a cabo estas acciones inhumanas, que ofenden a Dios, que ordenó: «No matarás» (Ex 20, 13).

Queridos hermanos y hermanas, Jesús entró a Jerusalén como un Rey humilde y pacífico: ¡abrámosle nuestro corazón! Sólo Él puede librarnos de la enemistad, del odio, de la violencia, porque Él es la misericordia y el perdón de los pecados. Oremos por todos los hermanos y hermanas que sufren a causa de la guerra; de manera especial pienso en la martirizada Ucrania, donde muchísima gente se encuentra sin electricidad a causa de los intensos ataques contra las infraestructuras, que, además de causar muerte y sufrimiento, implican el riesgo de una catástrofe humanitaria de aún mayores dimensiones. Por favor, ¡no olvidemos a la martirizada Ucrania! Y pensemos en Gaza, que sufre tanto, y en tantos otros lugares de guerra.

Y ahora nos dirigimos en oración a la Virgen María: aprendamos de ella a permanecer cerca de Jesús en los días de la Semana Santa, para llegar a la alegría de la Resurrección.