SEAN UNIVERSALES, NO AL AISLAMIENTO TRIBAL: PALABRAS DEL PAPA A LA COMUNIDAD NIGERIANA EN ROMA (25/03/2024)

“Gratitud, riqueza en la diversidad y diálogo”: para el Papa Francisco , estos son los tres elementos “vitales” para la vida de la comunidad nigeriana en Roma. El Santo Padre los recibió la mañana de este 25 de marzo, en audiencia en el Aula Pablo VI, exhortando a los hombres y mujeres que forman parte de ella a mantener siempre un carácter de “universalidad” y a no “encerrarse nunca en la propia cultura” en un aislamiento casi “tribal”. Compartimos a continuación el texto del Santo Padre, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Les dirijo un cordial saludo y la bienvenida a todos ustedes, aquí reunidos para celebrar los veinticinco años de presencia de la comunidad católica nigeriana en Roma. La fecha de hoy, 25 de marzo, coincide con una ocasión litúrgica muy importante, o sea la Solemnidad de la Anunciación; este año, sin embargo, debido a la semana Santa, la Anunciación se ha trasladado a otro día. Estas dos realidades, la primera que nos recuerda la Encarnación del Señor, y la otra que nos introduce en los misterios pascuales de la salvación, nos muestran que el Verbo, que se hizo carne y habitó entre nosotros (cf. Jn, 1, 14), vivió, murió y resucitó para realizar la reconciliación y la paz entre Dios y la humanidad. ¡Él nos dio Su vida!

A este respecto, quisiera detenerme brevemente en tres elementos que considero vitales para la vida de su comunidad: la gratitud, la riqueza en la diversidad y el diálogo.

Ante todo, la gratitud. Les agradezco todo lo que han hecho y siguen haciendo dando testimonio del alegre mensaje del Evangelio. También me uno a ustedes en el agradecimiento a Dios Todopoderoso por los muchos jóvenes nigerianos que han escuchado la llamada del Señor al sacerdocio y a la vida consagrada y han respondido con generosidad, humildad y perseverancia. Hay algunos aquí entre ustedes, jóvenes sacerdotes y jóvenes religiosas. A cada seguidor de Jesús, en efecto, según su vocación particular, se le confía la responsabilidad de servir a Dios y al prójimo en el amor, haciendo presente a Cristo en la vida de los hermanos. Que puedan siempre ser discípulos misioneros, agradecidos de que el Señor los haya elegido para seguirlo y los haya enviado a proclamar con celo nuestra fe y a contribuir a la construcción de un mundo más justo y humano.

En segundo lugar, la riqueza en la diversidad. Sobre esto, quisiera decir que la diversidad de etnias, tradiciones culturales y lenguas en su nación no constituye un problema, sino que es un don que enriquece el tejido de la Iglesia, así como el de la sociedad en su conjunto y les permite promover los valores de la comprensión recíproca y la convivencia. Espero que su comunidad aquí en Roma, al acoger y acompañar a los fieles nigerianos y a los demás creyentes, se asemeje siempre a una gran familia inclusiva, en la que todos puedan hacer fructificar sus diferentes talentos, que son frutos del Espíritu Santo, para apoyarse y fortalecerse mutuamente en los momentos de alegría y de dolor, de éxito y de dificultad. De este modo, serán capaces de sembrar las semillas de la amistad social y la concordia para las generaciones presentes y futuras.

Y tengan cuidado con un peligro, el peligro de la cerrazón: no ser universales sino cerrarse en un aislamiento – me permito la palabra – tribal. No. Sus raíces se cierran, se aíslan en esta actitud tribal y no universal, no comunitaria. Comunidad sí, tribu no. Esto es muy importante. Y se aplica a todos nosotros, a todos, cada uno según su posición. La universalidad es no encerrarse en la propia cultura. Cierto, la propia cultura es un don, pero no para encerrarlo: para darlo, para ofrecerlo. Universal, universalidad.

Y finalmente, queridos hermanos y hermanas, el dialogo. Desgraciadamente, muchas regiones del mundo están atravesando conflictos y sufrimientos y también Nigeria está viviendo un período de dificultades. Al asegurarles mi oración para la seguridad, la unidad y el progreso espiritual y económico de su nación, invito todos a favorecer el dialogo y a escucharse mutuamente con corazón abierto, sin excluir a nadie a nivel político, social y religioso. Integrar, dialogar, universalizar, siempre a partir de la propia identidad. Al mismo tiempo, los animo a ser anunciadores de la gran misericordia del Señor, trabajando por la reconciliación entre todos sus hermanos y hermanas, contribuyendo a aliviar las cargas de los pobres y de los más necesitados, y haciendo suyo el estilo de Dios. ¿Y cuál es el estilo de Dios? Cercanía, compasión y ternura. No olviden esto. El estilo de Dios es cercanía, compasión y ternura. De este modo todos los nigerianos podrán seguir caminando juntos en la solidaridad fraterna y en la armonía.

Queridos amigos, les agradezco una vez más su presencia en esta ciudad, en el corazón de la Iglesia. Es una gracia providencial que les ofrece la oportunidad de profundizar en la conciencia de su llamada bautismal para vivir siempre como fieles discípulos del Señor, para dedicarse al servicio de Dios y de su pueblo santo con la caridad que Jesús nos pide, y para celebrar la riqueza de su peculiar herencia como nigerianos. Una gran riqueza, sí, para entregarla. Encomiendo a su comunidad a la amorosa protección de la Virgen María, Reina y Patrona de Nigeria, y los bendigo de corazón. Y, por favor, no se olviden de orar por mí. ¡Gracias!

Comentarios