SU FUERZA ES DAR AMOR: PALABRAS DEL PAPA A LA COMUNIDAD DEL HOSPITAL PEDIÁTRICO “BAMBINO GESÙ” (16/03/2024)

Lleno de historia y de futuro, para entrelazar también con los pasos alentadores de la investigación, el abrazo del Papa Francisco a los empleados de las 6 sedes del Hospital Pediátrico Bambino Gesù. En el Aula Pablo VI, médicos, enfermeras, investigadores, personal administrativo, pacientes y familiares escucharon este 16 de marzo las palabras del Pontífice en las que destacó la “dedicación de toda una vida” y “el ofrecimiento del propio tiempo en el voluntariado”. Compartimos a continuación las palabras del Santo Padre, traducidas del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos todos:

Estoy muy contento de encontrarles, mientras recuerdan el primer centenario de fundación del hospital pediátrico Bambino Gesù. Hace un siglo, éste era donado a la Santa Sede por la familia Salviati: primer hospital realmente dedicado a los niños. La donación fue acogida por Pío XI, que vio en la obra la expresión de la caridad del Papa y de la Iglesia hacia los pequeños enfermos, y desde entonces es conocido como “Hospital del Papa”.

Detengámonos entonces un momento a reflexionar, con reconocimiento, sobre la riqueza de esta institución, desarrollada en un siglo de historia, subrayando tres aspectos de ella: el don, el cuidado y la comunidad.

Primer aspecto: el don. Hoy el “Bambino Gesù” es un Centro de Investigación y de cuidados pediátricos entre los más grandes en Europa, punto de referencia para familias que vienen de todo el mundo. Sin embargo, sigue siendo fundamental, en su historia y vocación, el elemento del don, con los valores de gratuidad, generosidad, disponibilidad y humildad. Es hermoso recordar, al respecto, el gesto de los hijos de la duquesa Arabella Salviati que, al inicio de su historia, regalaron a su madre su alcancía para realizar un hospital para los niños: eso nos dice que esta gran obra se funda también en regalos humildes, como el de estos niños en beneficio de sus contemporáneos enfermos. Y en la misma óptica hace bien, en nuestros días, mencionar la generosidad de muchos benefactores gracias a los que se ha podido construir, en Passoscuro, un centro de cuidados paliativos para pacientes muy jóvenes afectados por enfermedades incurables.

Sólo bajo esta luz se puede comprender plenamente el valor de lo que hacen, desde las cosas más pequeñas a las más grandes, y se puede continuar soñando para el futuro. Pensemos, por ejemplo, en la perspectiva de una nueva sede en Roma, de la cual se han establecido recientemente las premisas, con un acuerdo entre la Santa Sede y el estado italiano. Como también en el notable esfuerzo económico ordinario y extraordinario, ligado al cuidado y manutención de estructuras y equipos; a garantizar la calidad profesional de médicos y trabajadores; a la investigación científica; hasta llegar a la recepción de niños necesitados provenientes de todas partes del mundo, que se ofrece sin distinción de condición social, nacionalidad o religión. En todo esto el don es un elemento indispensable de su ser y actuar.

Segundo aspecto: el cuidado. La ciencia, y como consecuencia la capacidad de cuidador, se puede decir que es la primera de las tareas que caracteriza hoy al Hospital Bambino Gesù. Es la respuesta concreta que dan a las sentidas peticiones de ayuda de familias que piden para sus hijos asistencia y, donde es posible, curación. La excelencia en la investigación biomédica es entonces importante. Los animo a cultivarla con el impulso de ofrecer lo mejor de ustedes mismos y con una atención especial hacia los más frágiles, como los pacientes afectados por enfermedades graves, raras o extremadamente raras. No solamente, sino para que la ciencia y las capacidades no sigan siendo privilegio de pocos, los exhortó a seguir poniendo los frutos de su investigación a disposición de todos, especialmente allí donde hay más necesidad, como hacen por ejemplo contribuyendo a la formación de médicos y personal de enfermería africanos, asiáticos y de Medio Oriente.

A propósito de cuidados, sabemos que la enfermedad de un niño involucra a todos sus familiares. Por eso, es un gran consuelo saber que son muchas las familias apoyadas por sus servicios, acogidas en estructuras ligadas al hospital y acompañadas por su amabilidad y cercanía. Este es un elemento muy importante, que nunca debe olvidarse, aunque se sabe que a veces trabajan en condiciones difíciles. Más bien, sacrifiquemos cualquier otra cosa, pero no la amabilidad y la ternura. No hay cuidados sin relación, proximidad y ternura, a todos los niveles.

Y finalmente llegamos al tercer punto: la comunidad. Una de las más bellas expresiones que describen la misión del “Bambino Gesù” es “Vidas que ayudan a la vida”. Es hermosa, porque habla de una misión que se hace avanzar juntos, con un actuar común en el que encuentra su lugar el don de cada uno. Esa es su verdadera fuerza y el presupuesto para enfrentar incluso los desafíos más difíciles. El de ustedes, de hecho, no es un trabajo como tantos otros: es una misión, que cada uno ejerce de manera distinta. Para algunos, implica la dedicación de toda una vida; para otros el ofrecimiento de su tiempo en el voluntariado; para otros además la donación de su sangre, de su leche – para los recién nacidos recuperados y cuyas madres no pueden proveerla –, hasta la donación de órganos, células y tejidos, que ofrecen personas vivas o tomadas del cuerpo de personas fallecidas. El amor impulsa a algunos padres al gesto heroico de permitir la donación de los órganos de sus hijos que no han logrado sobrevivir. En todo ello lo que surge es un “hacer juntos”, donde los distintos dones concurren para el bien de los pequeños pacientes.

Queridos hermanos y hermanas, les confieso que cuando voy al “Bambino Gesù” experimento dos sentimientos contrastantes: siento dolor por el sufrimiento de los niños enfermos y sus padres; pero al mismo tiempo siento una gran esperanza, viendo todo lo que se hace allí para curarlos. ¡Gracias! Gracias por todo eso. Siguen adelante en esta obra bendita. Los bendigo de corazón y pido por ustedes. Y también ustedes, por favor, oren por mí. Gracias.

Ahora daré la bendición a todos: a los enfermos, a los médicos, al personal de enfermería y a todas las personas que trabajan en este Hospital y para este Hospital. Pidamos a la Virgen para que nos ayude a seguir adelante. Dios te salve María...

[Bendición]

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