ACOGER A LOS VULNERABLES ES VIVIR CON EL ESTILO DEL EVANGELIO: PALABRAS DEL PAPA A PARTICIPANTES EN CONFERENCIA SOBRE LA VULNERABILIDAD (01/03/2024)

Hacer que la acogida “reaccione” con la vulnerabilidad: esto es lo que quisieron conseguir el 27 de febrero los promotores de la segunda edición de la Cattedra dell'accoglienza, en la Fraterna Domus de Sacrofano, en la provincia de Roma, profundizando, como ocasión de formación, en el tema de la relación entre vulnerabilidad y comunidad con vistas a potenciar un estilo de inclusión. El Papa Francisco recibió la mañana de este 1º de marzo en audiencia, en la Sala Clementina, a los participantes, a quienes dijo que aún se sentía resfriado, por lo que confió la lectura del discurso preparado a Mons. Filippo Ciampanelli, de la Secretaría de Estado. A continuación, compartimos el texto de su breve discurso, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días y gracias por haber venido:

En estos días han estado reunidos en las Fraterna Domus de Sacrofano para la segunda “Cátedra de la acogida”. ¡Ese es un lugar adecuado! No solo porque es amplio y bien equipado: ¡es adecuado porque es acogedor! Un lugar donde se acoge a personas ancianas, a familias y jóvenes en dificultad, a migrantes. Por eso es hermoso que las hermanas de la Asociación Fraterna Domus sean un poco el motor y las animadoras de esta iniciativa. ¡Gracias, queridas hermanas!

Vi su programa de estos días: muy rico y muy interesante. Al centro han colocado la vulnerabilidad. Es decir, han hecho “reaccionar” – cómo se diría en química – a la acogida con la vulnerabilidad, considerada en sus distintas formas. Aprecio esta decisión, típicamente evangélica, y quisiera dejarles algunos puntos de reflexión y de camino.

Primero que nada: para acoger a los hermanos y hermanas vulnerables es necesario que yo me siento vulnerable y acogido como tal por Cristo. Siempre Él nos precede: se hizo vulnerable, hasta la Pasión; acogió nuestra fragilidad para que, gracias a Él, podamos hacer lo mismo. San Pablo escribe: “Acójanse unos a otros como Cristo los acogió a ustedes” (cf. Rom 15, 7). Si permanecemos en Él, como sarmientos en la vid, daremos buenos frutos, también en este vasto campo de la acogida.

Un segundo punto. Jesús pasó la mayor parte de su ministerio público, especialmente en Galilea, en contacto con los pobres y los enfermos de todo tipo. Esto nos dice que para nosotros la vulnerabilidad no puede ser un tema “políticamente correcto”, o una simple organización de prácticas, por buenas que sean. Lo digo porque desafortunadamente el riesgo existe, está siempre al acecho, a pesar de toda la buena voluntad. Especialmente en las organizaciones más grandes y estructuradas, pero también en las pequeñas, la vulnerabilidad puede convertirse en una categoría, las personas en individuos sin rostro, el servicio en una “prestación”, etc. Entonces es necesario permanecer bien anclados en el Evangelio, en Jesús, quien no enseñó a sus discípulos a planificar la asistencia a los enfermos y los pobres. Jesús quiso formar a los discípulos para un estilo de vida estando en contacto con los vulnerables, en medio de ellos. Los discípulos vieron cómo Él se encontraba con la gente, vieron cómo Él acogía: su cercanía, su compasión, su ternura. Y después de la Resurrección el Espíritu Santo imprimió en ellos este estilo de vida. Así, después, siempre el Espíritu ha formado a hombres y mujeres que sean vuelto santos amando a las personas vulnerables como Jesús. Algunos son canonizados y son modelos para todos nosotros; ¡pero cuántos hombres y mujeres se han santificado en la acogida de los pequeños, de los pobres, de los frágiles, de los marginados! Y es importante, en nuestras comunidades, compartir en sencillez y gratitud las historias de estos testigos ocultos del Evangelio.

Quisiera dejarles un último punto. En el Evangelio los pobres, los vulnerables, no son objetos, son sujetos, son protagonistas junto con Jesús del anuncio del Reino de Dios. Pensemos en Bartimeo, el ciego de Jericó (cf. Mc 10, 46-52). Ese relato es emblemático, los invito a releerlo a menudo porque es riquísimo. Estudiando y meditando este texto se ve que Jesús encuentra en ese hombre la fe que buscaba: sólo Jesús lo reconoce en medio de la multitud y el ruido, escucha su grito lleno de fe. Y ese hombre, que por su fe en el Señor recibe de nuevo la vista, se pone en camino, sigue a Jesús y se convierte en su testigo, tanto así que su historia ha entrado en los Evangelios. El vulnerable Bartimeo, salvado por el vulnerable Jesús, participa en la alegría de ser testigo de su Resurrección. He citado este relato, pero habría muchos otros, con distintos tipos de vulnerabilidad, no solamente física. Pensemos en la Magdalena: ella, que era atormentada por siete demonios, se convirtió en la primer testigo de Jesús resucitado. En síntesis: las personas vulnerables, encontradas y acogidas con la gracia de Cristo y con su estilo, pueden ser una presencia de Evangelio en la comunidad creyente y la sociedad.

Queridos hermanos y hermanas, les agradezco por su compromiso. ¡Sigan adelante! Que la Virgen los acompañe siempre. Los bendigo a todos de corazón. Y les pido por favor orar por mí. Gracias.

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