MISERICORDIA Y ECUMENISMO EN EL ADN DE LA IGLESIA DE ŁÓDŹ: PALABRAS DEL PAPA A LA PEREGRINACIÓN DE LA DIÓCESIS DE ŁÓDŹ (28/04/2022)

El Papa recibió en audiencia a los casi 2,000 peregrinos polacos de Łódź con motivo del jubileo centenario de esa Arquidiócesis que, gracias a las enseñanzas de su primer Obispo Wincenty Tymieniecki, es ejemplo de gran misericordia y sensibilidad ecuménica. “La peregrinación es una bella imagen de la Iglesia sinodal, que camina efectivamente por los caminos de los Apóstoles” les dijo el Papa al recibirlos en el Aula Pablo VI del Vaticano. Transcribimos a continuación el texto de su mensaje, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, dzień dobry (buenos días):

De corazón les doy la bienvenida a la tumba del Apóstol Pedro, a pocos metros del lugar de su martirio. Aquí sentimos resonar clara y sin pausa el eco de sus palabras: «Señor, tú sabes que te quiero» (cf. Jn 21, 16). Aquí nos enfrentamos con su testimonio fuerte y radical.

También su presencia aquí es un testimonio. Testimonio de su fe y de su amor por la Iglesia. Es una hermosa manifestación de su estatura espiritual y de su amor por el Papa, a quien el Señor, en su misericordia, ha confiado hoy el ministerio de San Pedro.

Les agradezco por este deseo suyo de encontrarme; por su numerosa, variada y festiva compañía; por su apertura al magisterio del Papa: sé que en los años del Sínodo pastoral de su Diócesis leyeron con atención los documentos de mi magisterio. Les agradezco en particular por sus oraciones según las intenciones del Papa: lo necesito. También yo hago oración por ustedes, y estoy listo para escucharlos con mucha atención. A esto se refiere el actual camino del Sínodo de los Obispos, sobre el tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Ahora está llegando a su fin su primera etapa, la diocesana, también en su Diócesis. Espero que no sólo estén comprometidos en este Sínodo, sino que también ya hayan probado la experiencia, redescubriendo la belleza de la comunión eclesial, de vivir la fe juntos, de asumir la recíproca responsabilidad los unos de los otros, de compartir con los demás la experiencia de Dios, también con quienes están aparentemente lejos o piensan de manera distinta.

También la peregrinación es una hermosa imagen de la Iglesia sinodal, que camina por los caminos de los apóstoles, camina junta, como una familia de hermanas y hermanos, provenientes de distintas parroquias y comunidades y grupos eclesiales: sacerdotes y fieles laicos, personas casadas y consagradas. Están aquí, llenos de fuerza y de entusiasmo, varios jóvenes, entre los cuales hay muchos universitarios; están los scouts; también hay personas sin una morada fija y con discapacidades.

Estoy muy contento que con ustedes estén las autoridades civiles: el Presidente de la Junta Regional, el Voivoda y el alcalde de la ciudad de Łódź.

Siento una gran alegría viendo una representación tan numerosa de hermanos y hermanas pertenecientes a otras iglesias cristianas. Saludo cordialmente al Obispo ortodoxo y al Obispo calvinista. Saludo a los miembros de la sección de Łódź del Consejo Ecuménico Polaco, aquí presentes con su presidente. Sé que su presencia aquí y su oración común en Roma forma parte de las continuas y cotidianas relaciones y actividades ecuménicas. Su comunión en la diversidad es signo de sinodalidad, sinodalidad en los hechos. Gracias.

y quisiera agradecer su presencia hermanos cristianos. En otro tiempo no nos comunicábamos mutuamente. Ahora nos llamamos hermanos gracias a Dios. Sigan así la unidad entre todos nosotros. Gracias. Necesitamos esta unidad. Gracias.

Muy queridos todos, han venido en peregrinación a Roma para concluir el Jubileo Centenario de la Diócesis. Durante este año jubilar han hecho memoria de los inicios de su Iglesia, sobre todo de su primer obispo, Mons. Wincenty Tymieniecki. Fue un hombre de gran misericordia y gran sensibilidad ecuménica. A través de su ministerio episcopal el Espíritu Santo inscribió estos dos aspectos esenciales del cristianismo – misericordia y ecumenismo – en el ADN de su Iglesia de Łódź, como herencia y tarea para las generaciones por venir.

Hoy la misericordia requiere de una gran “fantasía”, que hace posible que nos convirtamos en apóstoles de Misericordia, poetas de Misericordia. Se necesita poesía de la Misericordia, hoy. La Misericordia tiene muchos rostros, tantos como hay personas heridas y caídas al piso. Cada uno lleva en sí mismo alguna herida, aunque no todas sean visibles. Bendigo de corazón sus obras de caridad, incluso aquellas realizadas de manera personal y espontánea y oculta. Bendigo a aquellos que abren las mentes y los corazones, que abren las casas y los recursos a los enfermos, a los ancianos, a los desocupados, a los indigentes, a los inmigrantes, a todos los pobres, a los que sufren y a los marginados, y a los niños que necesitan casa y familia. Es así, abriendo las puertas, abriendo todo, que la Iglesia asume el rostro más evangélico, el del Buen Samaritano, que no quiere y no sabe ser indiferente.

El Obispo Tymieniecki supo unir en sí mismo la valentía de la misericordia y la valentía del ecumenismo, ambas. Eligió el camino del ecumenismo mucho antes de que la Iglesia católica lo emprendiera de manera oficial. Les exhorto a mantener viva en ustedes esta valentía de su primer pastor. A cuidar la determinación ecuménica, recordando que el ecumenismo en la Iglesia no es una opción o algo decorativo, sino una actitud esencial. Les animo a caminar juntos, en la reflexión teológica y en la evangelización, en la oración común y en la escucha de la Palabra de Dios, en él testimonio de la fraternidad. Sobre este camino ustedes edifican la sociedad local, que llaman con orgullo “comunidad de las cuatro culturas”.

El jubileo también es ocasión para las felicitaciones. Por ello quiero desear a todos ustedes que salgan de la experiencia del jubileo renovados como Iglesia. Renovados y reforzados para la evangelización. La vocación de la Iglesia es evangelizar; la alegría de la Iglesia es evangelizar, decía el Santo Papa Pablo VI. Que el Espíritu Santo los ayude a interpretar los nuevos desafíos que el tiempo pone ante nosotros; a discernir los instrumentos apropiados para afrontarlos. Les deseo la credibilidad, la coherencia y la forma atractiva del testimonio; que experimenten y cultiven relaciones cada vez más fraternas en su Iglesia; que sean una Iglesia hermosa que vive “en salida”, que como la levadura hace fermentar toda la pasta; que tiene la fuerza de la semilla de mostaza que es la más pequeña y sin embargo se convierte en un árbol donde los pájaros pueden hacer sus nidos .

Que el Señor los bendiga. Que les acompañen la oración y la intercesión de la Madre de Dios, de San José – patrono de la Diócesis – y de Santa Faustina, patrona de Łódź. Por favor, no se olviden de orar por mí. Dziękuję! (Gracias).

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