CONSTRUYAN LA PAZ CON GESTOS COTIDIANOS DE CARIDAD ACOGEDORA: PALABRAS DEL PAPA A LA PEREGRINACIÓN DE ESLOVAQUIA (30/04/2022)

El Papa Francisco recibió en audiencia, este 30 de abril en el Aula Pablo VI del Vaticano, a un numeroso grupo de peregrinos eslovacos llegados a Roma para agradecerle por su visita al país en septiembre pasado, durante la que se sembraron “muchas semillas excelentes” que la Iglesia local se propone hacer fructificar hoy también a través de la acogida de los refugiados ucranianos. El Papa los alentó a seguir trabajando por la paz, incluso con estos gestos de caridad acogedora. Compartimos a continuación, las palabras del Santo Padre, traducidas del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos. Vitajte! [¡Bienvenidos!]

Saludo a todos ustedes, que han venido a manifestar su vínculo con el Sucesor de Pedro y hacer su pública profesión de fe, precisamente en este tiempo Pascual.

Saludo cordialmente al Cardenal Jozef Tomko, cuya presencia nos hace sentir que la Iglesia es una familia que sabe honrar la ancianidad como un don. Pero tengo una duda, ¡parece más joven que yo!. Saludo al Arzobispo Metropolitano de Bratislava Mons. Stanislav Zvolenský, Que acompaña esta peregrinación como presidente de la Conferencia Episcopal Eslovaca, gracias por sus palabras. Saludo a todos los obispos presentes, a los sacerdotes, a los consagrados, a los fieles laicos. Me alegra saludar a las autoridades civiles, en particular al Presidente del Parlamento de la República Eslovaca y al Presidente de la Corte Constitucional. Y aprovecho la ocasión para enviar un saludo a la señora Presidente del país.

Llevo en el corazón nuestros encuentros de septiembre pasado en Bratislava, Prešov, Košice Y en el santuario nacional de la Virgen de los Siete Dolores en Šaštín. Fue para mí un gran placer ver cómo la Iglesia en Eslovaquia vive la riqueza de la diversidad de ritos y tradiciones, como un puente que une el Occidente y el Oriente cristiano. Agradezcamos al señor porque, a pesar de la pandemia pude visitar su país; que Él haga madurar los frutos del viaje apostólico.

Hoy han venido en gran número para agradecer, pero me doy cuenta que los peregrinos eslovacos vienen con gusto a Roma: lo veo en las Audiencias Generales. Su pueblo está muy unido a la sede de los Santos Pedro y Pablo.

Al venir con ustedes he querido animarles a caminar en el estilo del encuentro, todos juntos: los jóvenes, las familias, los ancianos, las distintas comunidades que históricamente forman parte de su sociedad. La cultura del encuentro se construye en la búsqueda de la armonía entre las diversidades, una armonía que requiere acogida, apertura y creatividad. En la raíz de este estilo de vida está el Evangelio, está el Espíritu Santo. Pero sabemos que en la historia y en la vida concreta esta armonía a veces es herida por nuestros pecados y nuestros límites. Por eso, durante mi visita, oramos también por la curación de las heridas. Les pido: no se cansen de invocar el Espíritu Santo, que es el creador de la armonía y el bálsamo de las heridas.

Me han hecho saber que el gran tapete utilizado para el escenario durante el encuentro con la comunidad Rom, en Košice, fue cortado y distribuido entre las familias del barrio, y puede servir para la recepción en la puerta de cada casa. Como huésped fui recibido por ustedes con el pan y la sal. La sal de la acogida que recuerda la sal del Evangelio. Y recientemente su acogida se ha demostrado nuevamente, esta vez en el contexto trágico de la guerra. En estos meses muchas de sus familias, parroquias e instituciones han recibido bajo su techo a las madres con los niños de las familias ucranianas obligadas a dividirse para ponerse a salvo, que han llegado con su pobre equipaje.

Mirando sus ojos son testigos de cómo la guerra violenta los vínculos familiares, priva a los niños de la presencia de su padre, de la escuela, y deja abandonados a los abuelos. Les exhorto a continuar orando y trabajando por la paz, que se construye en nuestra vida de cada día, también con estos gestos de caridad acogedora. Y sé que son solidarios, no sólo con los hermanos cercanos, también con los lejanos, como los de Cuba.

Quién acoge a un necesitado realiza no sólo un acto de caridad, sino también de fe, porque reconoce a Jesús en el hermano y la hermana. Que Dios les conserve siempre ricos de la sal de la acogida. Y que su sal no pierda el sabor, renovándose siempre bebiendo de la savia vital de las raíces. Sé que ustedes están orgullosos de la herencia de los Santos Cirilo y Metodio. Los invito a custodiar y cultivar siempre esta herencia, para construir puentes de fraternidad junto a todos los pueblos que se alimentan de las mismas raíces de la evangelización de Europa, con los dos pulmones del cristianismo, de los que hablaba el Santo Papa Juan Pablo II.

Gracias, muy queridos todos, por su fidelidad a Cristo, manifestada por el testimonio de la fe vivida, en el ecumenismo práctico de las relaciones con los cercanos, en la caridad acogedora incluso de quien es distinto, En el respeto de toda vida humana y en el cuidado responsable por el medio ambiente. Que la Virgen de los Siete Dolores, Patrona de Eslovaquia, sea para ustedes la Madre que siempre los acompaña en el camino y les enseña a consolar y llevar esperanza. Esa esperanza que no decepciona y que tiene un nombre: Jesús Resucitado. Christòs voskrese!

Ahora les daré la bendición y haremos oración juntos para que el Señor los bendiga a todos ustedes. Y después los saludaré, pero hay un problema: esta pierna no está bien, no funciona, y el médico me ha dicho que no debo caminar. A mí me gusta caminar..., pero esta vez debo obedecer al médico. Por eso les pediré el sacrificio de subir las escaleras y les saludo desde aquí sentado. Es una humillación, pero la ofrezco por su país. Gracias.

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