QUE LA PAZ ENCUENTRE UN LUGAR EN LA SELVA DE LOS CONFLICTOS: PALABRAS DEL PAPA A MIEMBROS DE LAS OBRAS DE AYUDA A LAS IGLESIAS ORIENTALES (23/06/2022)

“No dejemos de orar, de ayunar, de ayudar, de trabajar para que los caminos de la paz encuentren un lugar en la selva de los conflictos”, fue el aliento del Papa Francisco a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), acompañados por el Card. Leonardo Sandri, Presidente de la ROACO y el Card. Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Siria, a quienes recibió en audiencia la mañana de este 23 de junio, en la Sala del Consistorio del Vaticano. Reproducimos a continuación, el texto completo de su mensaje, traducido del italiano:

Queridos amigos:

Me alegra recibirlos esta mañana, a la conclusión de los trabajos de su Sesión Plenaria. Saludo al Card. Sandri, al Card. Zenari junto a los otros representantes pontificios, los Superiores y los oficiales del Dicasterio y, a través de ustedes, a todos aquellos que en cada continente hacen posible su generosidad.

La intuición misma de la ROACO corresponde al camino sinodal que está realizando la Iglesia universal; el proceso de presentación de un proyecto de ayuda implica de hecho la participación de distintos actores: de quien lo presenta, de profesionistas encargados de ofrecer su contribución, del Obispo o Superior religioso, de las representaciones pontificias, del Dicasterio para las Iglesias Orientales y de su Agencia, con todos aquellos que componen sus oficinas. Cada uno tiene un papel y está llamado a dialogar con los demás consultándose, estudiando, pidiendo y ofreciendo sugerencias y explicaciones, caminando juntos. Los instrumentos informáticos que están en preparación por parte de sus oficinas harán más eficaz el proceso, pero es importante que sirvan para apoyar el encuentro y la discusión que han madurado en estos años, ayudando a desarrollar de forma coral la sinfonía de la caridad.

Cuando una orquesta toca una obra importante, antes de iniciar debe ponerse de acuerdo con los instrumentos: solo así la ejecución será digna y revelará la capacidad de los músicos. Al ensayar la sinfonía de la caridad, sigan buscando el acuerdo y huyan de toda tentación de aislamiento y cerrazón en sí mismos y en los propios grupos, para permanecer abiertos y acoger a los hermanos y hermanas a quien el Espíritu ha sugerido iniciar experiencias de cercanía y servicio a las Iglesias Católicas Orientales, en su propia patria así como en los territorios de la así llamada diáspora. Es importante, para ponerse de acuerdo, sintonizarse en la escucha recíproca, que facilita el discernimiento y lleva a opciones compartidas, verdaderamente eclesiales. Así lo hicieron, por ejemplo, con la Asamblea de los Obispos católicos de Siria, en la Conferencia realizada en Damasco en marzo y en la cual estuvieron involucrados activamente muchos jóvenes. En el desierto de pobreza y desánimo provocado por doce años de guerra que han postrado a la amada y martirizada Siria, pudieron descubrir como iglesia que las fuentes para que vuelvan a florecer las estepas y dar agua a los sedientos brotarán sólo si cada uno sabe abandonar una cierta auto referencialidad y ponerse a la escucha de los demás para identificar las verdaderas prioridades. Es verdad, se trata de gotas en el océano de la necesidad, pero la gota de la Iglesia no puede hacer falta, mientras se espera siempre que la comunidad internacional y las autoridades locales no apaguen la última llama de esperanza para ese pueblo que tanto ha sufrido.

El estilo sinodal animó también la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Medio Oriente. En septiembre se celebrará el décimo aniversario de la Exhortación Apostólica Ecclesia in Medio Oriente, promulgada por mi predecesor Benedicto XVI durante su viaje al Líbano. En diez años muchas cosas han sucedido: pensemos en los tristes acontecimientos que involucraron a Irak y Siria, en las tragedias del propio País de los Cedros. Han habido también algunas luces de esperanza, como la firma en Abu Dhabi del documento sobre la fraternidad humana. Será necesario verificar en el campo los frutos del Sínodo para el Medio Oriente; Mientras tanto es necesario buscar instrumentos actualizados y modalidades adaptadas para expresar cercanía a las Iglesias de la región. Es deseable, además, que se retomen los trabajos de la mesa de coordinación sobre Siria e Irak iniciados hace algunos años, incluyendo también a Líbano en la reflexión común.

Continúen, les pido, teniendo ante los ojos el icono del buen Samaritano: lo han hecho y sé que seguirán haciéndolo también por el drama causado por el conflicto que desde el Tigray nuevamente ha herido a Etiopía y en parte a la cercana Eritrea, y sobre todo por la amada y martirizada Ucrania. Ahí se ha vuelto al drama de Caín y Abel; se ha desencadenado una violencia que destruye la vida, una violencia luciferina, diabólica, a la cual nosotros los creyentes estamos llamados a reaccionar con la fuerza de la oración, con la ayuda concreta de la caridad, con todo medio cristiano para que las armas dejen el lugar a las negociaciones. Quisiera agradecerles por haber contribuido a llevar la caricia de la Iglesia y del Papa a Ucrania y a los países donde han sido acogidos los refugiados. En la fe sabemos que las alturas de la soberbia y la idolatría humana serán abajadas, y serán colmados los valles de la desolación y las lágrimas, pero quisiéramos también que se cumpla pronto la profecía de paz de Isaías: que un pueblo ya no alce la mano contra otro pueblo, que las espadas se conviertan en arados y las lanzas en azadones (cf. Is 2, 4). En cambio, todo parece ir en la dirección opuesta: el alimento disminuye y el ruido de las armas aumenta. Es el esquema de Caín que rige hoy la historia. No dejemos por ello de orar, de ayunar, de socorrer, de trabajar para que los senderos de la paz encuentren espacio en la jungla de los conflictos.

Los bendigo de corazón, agradecido por todo lo que hacen. Por favor, no se olviden de orar también por mí. Gracias.

Comentarios