MUCHOS NIÑOS SUFREN A CAUSA DE LA GUERRA, HAY QUE DETENER LA VIOLENCIA: PALABRAS DEL PAPA A NIÑOS Y JÓVENES DE LA ACCIÓN CATÓLICA ITALIANA (15/12/2023)

El Papa Francisco improvisó un pequeño discurso a los chicos de la Acción Católica que se reunieron con él este 15 de diciembre, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, para los saludos navideños y que le animaron con canciones. Agradeció a los pequeños por sus cantos y los invitó a no perder el entusiasmo, la mística y la alegría y les entregó el discurso preparado, donde explica que el mundo sólo encontrará la luz y la paz que necesita si amamos a Dios y nos amamos los unos a los otros. Transcribimos a continuación las breves palabras improvisadas por el Papa, así como el texto del discurso entregado, ambos traducidos del italiano:

Gracias por esta visita. Gracias por cantar tan alegres. Y gracias por su trabajo. No pierdan el entusiasmo, no pierdan la mística. Escribí un discurso que no leeré ahora. Llévenlo con ustedes. Se lo entregaré a usted, para que lo haga conocer. Es para ustedes.

¡Y muchas gracias! No pierdan la alegría. Ahora quisiera saludar a cada uno de ustedes. Pero primero oramos un poco y pedimos la bendición.

[Discurso entregado]

Queridos niños y niñas de la ACR, buenos días:

Les agradezco por esta visita en la que intercambiamos felicitaciones de Navidad. Saludo al Presidente Nacional y al Asistente General, a sus responsables y educadores, a quienes agradezco por el cuidado con el que los siguen en su camino de fe. ¡Bienvenidos!

La Navidad nos recuerda que Dios nos ama y quiere estar con nosotros. Por eso Jesús nació, se hizo pequeño, vivió en una familia con María y José, y sigue estando presente a nuestro lado y en cada uno de nosotros: porque nos ama, es nuestro amigo. Ese es un regalo estupendo. Y trae consigo uno más: que también nosotros podamos amarnos unos a otros como hermanos. ¡Cuánto lo necesitamos hoy! ¡Muchos pueblos, muchos jóvenes sufren debido a la guerra!

Al venir aquí, han querido recordar, con el símbolo de las estrellas, a sus contemporáneos que murieron en estos meses debido a los combates, y que como pequeñas luces nos miran desde el cielo. ¿Saben cuántos niños han muerto en Gaza en esta última guerra? Más de tres mil. Es increíble, pero es la realidad. Y en Ucrania son más de quinientos, y en Yemen, en años de guerra, son miles. Su recuerdo nos invita a ser nosotros mismos luces para el mundo, para tocar el corazón de muchas personas, especialmente de quienes pueden detener el torbellino de la violencia. Amar a Dios y amarnos entre nosotros: solo así el mundo encontrará de nuevo la luz y la paz que necesita, como cantaban los ángeles en Belén (cf. Lc 2,14). Amar a Dios y a los demás: en familia, en la parroquia, en la escuela y a lo largo de las calles que recorren cada día, para ayudar a todos a creer que aún es posible cambiar de ruta, escoger la vida y volver a esperar.

Y un último pensamiento que hiciera dedicarlo a un tercer amor: primero, amar a Dios; segundo amar a los demás; tercero amar la creación. Me agrada el eslogan de su camino como asociación de este año: “¡Esta es tu casa!”. Les ayuda a entender que Dios nos llama a reconocer y respetar la belleza que nos rodea, en la naturaleza y en las personas, y así crecer en el compartir y en la fraternidad. Vivan con compromiso este camino: también éste contiene un mensaje de esperanza.

Queridos niños, en Navidad Dios nos muestra su amor y nos invita a amar: a Él, a los demás y a la creación. ¡Respondamos a su invitación uniendo, con nuestra amistad y nuestra ternura, al cielo y la tierra en un único gran abrazo! Les deseo una feliz Navidad a ustedes, a sus familias y a toda la Acción Católica. Los bendigo y les pido, por favor, orar por mí. Gracias.

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