LA VIOLENCIA GANA TERRENO, ATRÉVANSE A CONSTRUIR UN MUNDO DIFERENTE: MENSAJE DEL PAPA A PARTICIPANTES EN EL ENCUENTRO DE TAIZÉ (28/12/2023)

El Papa Francisco envió un mensaje a los participantes del 46° Encuentro Europeo organizado por la Comunidad de Taizé, que comienza hoy 28 de diciembre en Liubliana, Eslovenia y termina el próximo 1º de enero. En su mensaje, firmado por el Card. Secretario de Estado Pietro Parolin, el Santo Padre invita a los jóvenes a «atreverse a construir un mundo diferente, de escucha, de diálogo y de apertura», en una sociedad donde «la violencia gana cada vez más terreno», en tiempos difíciles caracterizados por conflictos y guerras. Compartimos a continuación el texto de su mensaje, traducido del francés:

Queridos jóvenes:

Con ocasión del 46º Encuentro Europeo organizado por la Comunidad de Taizé sobre el tema «Caminar juntos», Su Santidad el Papa Francisco les envía sus saludos. Les expresa también su cercanía, a todos ustedes que están comprometidos en distintos niveles en la vida de la Iglesia y de sus distintas naciones.

Las recientes Jornadas Mundiales de la Juventud les permitieron vivir como Iglesia, como comunidad, la hermosa experiencia de la amistad con Dios y con los demás. De hecho, son ustedes el hoy de Dios, ¡el hoy de la Iglesia! La Iglesia los necesita para ser plenamente ella misma. Como Iglesia, ustedes son el Cuerpo del Señor Resucitado presente en el mundo.

Queridos amigos, vivimos en un mundo lleno de ruidos donde los valores del silencio y de la escucha son sofocados. En este contexto, quiero invitarlos a redescubrir la dimensión profunda de la escucha. Escuchar es un acto de amor. Está en el corazón de la confianza. Sin la escucha, pocas cosas pueden crecer o desarrollarse. La escucha permite dar el espacio necesario al otro para existir. A menudo tenemos la impresión de que el que grita más fuerte es digno de ser escuchado. Desgraciadamente, hoy en día la violencia gana cada vez más terreno. Vivimos tiempos difíciles entre conflictos y guerras repartidos por todo el mundo, porque ya nadie escucha. Les exhorto a que se atrevan a construir un mundo diferente, un mundo de escucha, de diálogo y de apertura, para «mostrar otros sueños que este mundo ya no ofrece, para dar testimonio de la belleza de la generosidad, del servicio, de la pureza, de la valentía, del perdón, de la fidelidad a la propia vocación, de la oración, de la lucha por la justicia y el bien común, del amor a los pobres, de la amistad social» (Christus vivit, n. 36).

Uno de los desafíos que ustedes deben enfrentar es el de caminar juntos, para trabajar por la transformación cualitativa de la vida en nuestras sociedades. Caminar juntos significa bloquear el camino a la marginación, a las cerrazones, a la exclusión y al rechazo de un tipo de personas. Ustedes se convierten en constructores de puentes entre los pueblos, las culturas y las religiones, por un mundo estable y abierto. Debemos comprometernos a vivir como nuestro Maestro y Señor Jesús, que no excluyó a nadie de su camino. Arraigado en la comunión con Dios, Cristo compartió su vida con quienes acudían a él. Reconoció la presencia de Dios en los marginados de la sociedad, incluso en los que no pertenecían a su pueblo.

Ante los desafíos actuales y nuestra propia fragilidad, algunas personas se sienten a veces “sin hogar”. Cuando afrontamos juntos estos desafíos, pueden surgir experiencias de belleza, de trascendencia, que nos ayudan a descubrir la chispa que nos hace iniciar de nuevo con una nueva vitalidad. Queridos jóvenes, el Santo Padre cuenta con ustedes y confía en ustedes, la Iglesia confía en ustedes. A través de sus palabras y acciones, den un mensaje fuerte a nuestro mundo, que rechaza a las categorías más vulnerables. Hagan de sus sueños de amor, justicia y paz una realidad concreta empezando por ustedes mismos. Vivan el presente. No sacrifiquen su tan preciosa juventud en el altar de los falsos placeres y de la superficialidad. No dejen que les roben sus sueños y contribuyan a «construir una sociedad digna de ese nombre» (Fratelli tutti, n. 71).

Encomendando a cada uno de ustedes y a sus familias al Señor, por intercesión de la Virgen María, el Papa Francisco les concede de todo corazón su Bendición Apostólica. Les pide que oren por él.

Cardenal Pietro Parolin
Secretario de Estado de Su Santidad

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