QUE PEDRO Y ANDRÉS INTERCEDAN POR LA PAZ EN TODOS LOS PUEBLOS: MENSAJE DEL PAPA AL PATRIARCA BARTOLOMÉ POR LA FIESTA DE SAN ANDRÉS (30/11/2023)
A Su Santidad Bartolomé
Arzobispo de Constantinopla
Patriarca Ecuménico
Movido por cordiales sentimientos de afecto fraterno y recordando los profundos vínculos de fe, esperanza y caridad que unen a las Iglesias hermanas de Roma y Constantinopla, le envío, querido hermano en Cristo, fervientes buenos deseos por la fiesta del Santo Apóstol Andrés, hermano de San Pedro y protokletos, patrono celestial y protector de la Iglesia de Constantinopla y del Patriarcado ecuménico.
Extiendo además mis saludos a los miembros del Santo Sínodo, al clero, a los monjes y monjas, así como a todos los fieles reunidos en la iglesia patriarcal de San Jorge en esta solemne ocasión.
La fiesta de este día precede a la conmemoración de un evento realmente histórico: el encuentro, en Jerusalén, entre el Papa Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras en enero de 1964. Tal encuentro fue un paso hacia adelante fundamental en derrumbar las barreras de malos entendidos, desconfianza e incluso hostilidades que existían desde casi un milenio. Es bueno notar que hoy no recordamos tanto las palabras y las afirmaciones de esos Pastores proféticos, sino sobre todo, su caluroso abrazo. De hecho, es muy significativo que este camino de reconciliación, aumentando la cercanía y superando los obstáculos que aún impiden la plena y visible comunión, haya iniciado con un abrazo, un gesto que expresa de manera elocuente el recíproco reconocimiento de fraternidad eclesial.
El ejemplo del Papa Pablo VI y del Patriarca Atenágoras nos muestra que todos los caminos auténticos hacia la recuperación de la plena comunión entre los discípulos del Señor se caracterizan por el contacto personal y por el tiempo transcurrido juntos. Además, a través del diálogo amigable, de la oración común y de la acción conjunta al servicio de la humanidad, especialmente de quienes son afectados por la pobreza, por la violencia y la explotación, los miembros de las distintas iglesias llegan a descubrir cada vez más profundamente su confianza compartida en las amorosa providencia de Dios Padre, su esperanza en la venida del Reino inaugurado por Jesucristo y su común deseo de ejercer la virtud de la caridad inspirada por el Espíritu Santo.
Con la ayuda de Dios hemos podido continuar por el camino trazado por nuestros venerables Predecesores, renovando muchas veces la alegría de encontrarnos y abrazarnos. A ese respecto, me alegra particularmente recordar nuestro reciente encuentro en Roma y renuevo mi gratitud por su participación en la Vigilia Ecuménica de Oración, que se realizó la vigilia de la apertura de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, dedicada al tema: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Su apoyo personal y el del Patriarcado ecuménico, expresados también a través de la participación de un delegado fraterno en los trabajos de la Asamblea, son una gran fuente de ánimo para la fecunda continuación del proceso sinodal en curso en la Iglesia católica.
En esta fiesta del Apóstol Andrés, oramos fervientemente a Dios, nuestro Padre misericordioso, para que cese el estruendo de las armas, que trae sólo muerte y destrucción, y que los líderes gubernamentales y religiosos puedan siempre buscar el camino del diálogo y la reconciliación. Que en los Santos Apóstoles Pedro y Andrés puedan interceder por todos los pueblos e implorar para ellos los dones de la comunión fraterna y la paz
Amado hermano en Cristo, al renovar con gusto mis más fervientes buenos deseos, intercambio con usted un abrazo fraterno de paz en Cristo nuestro Señor.
Roma, San Juan de Letrán, 30 de noviembre 2023
FRANCISCO
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