HAY GENTE QUE HACE LA GUERRA, NOSOTROS TRABAJAMOS POR LA PAZ: DIÁLOGO DEL PAPA CON NIÑOS DE TODO EL MUNDO EN EL AULA PABLO VI (06/11/2023)

Alrededor de 7,500 niños de los cinco continentes se encontraron con el Papa Francisco este 6 de noviembre en el Aula Pablo VI durante el Encuentro “Aprendamos de los niños y las niñas”. Espectáculos musicales, cantos, juegos y, a continuación, el diálogo de algunos niños y niñas de distintos países con el Pontífice. El Santo Padre habló de los conflictos en el mundo, incluso de los ocultos: “La guerra ha estallado en todo el mundo. Se mata a niños inocentes, esto es la crueldad”. Después hizo una invitación a cuidar el planeta: Si destruimos la Tierra, nos destruimos a nosotros mismos. Compartimos a continuación las palabras iniciales del Papa, seguidas de las respuestas del Santo Padre a las preguntas planteadas por algunos niños, traducidas del italiano:

Queridos niños y niñas, buenos días y bienvenidos todos. ¡Bienvenidos!

Gracias de corazón a todos ustedes por haber venido, a sus acompañantes y a los organizadores de este encuentro: al Cardenal José Tolentino y el Dicasterio para la Cultura y la Educación, al padre Enzo Fortunato – un buen napolitano –, a sus familias y a todas las personas y asociaciones que han contribuido – a Aldo, que ha trabajado mucho y a todos los que están aquí. ¡Gracias a todos!

El tema de nuestro encuentro es “Aprendamos de los niños y las niñas”. Pero ¿qué podemos aprender de ustedes? ¿Podemos aprender algo? ¿Qué piensan? ¿Se puede aprender o no se puede aprender de ustedes? [responden gritando] No escucho... [gritan: “¡sí!”] ¡Así es! Y es necesario aprender de ustedes. Yo siempre me pongo contento cuando los encuentro, porque me enseñan cada vez algo nuevo. Por ejemplo, me recuerdan qué hermosa es la vida en su sencillez, y me enseñan también qué hermoso es estar juntos. Son dos grandes dones de Dios: estar juntos y con sencillez.

Y nosotros queremos decirle al mundo, y entonces digámoslo juntos, ahora, y ustedes repítanlo conmigo: “¡La vida es un don!”. Todos juntos: [repiten]. No se escucha bien... [repiten más fuerte] Así es: la vida es un don, un don bellísimo y nosotros somos hermanos, todos. ¿Somos enemigos? [responden: “¡No!”] No escucho... ¿Somos enemigos? [gritan más fuerte: “¡No!”] ¿Somos hermanos? [responden: “¡Sí!”] Muy bien, muy bien. Respondieron bien.

Y, de hecho, han venido aquí desde todo el mundo, precisamente como muchos hermanos que se encuentran en una gran casa. Es la gran casa que nos ha dado Jesús: la Iglesia es la casa de la familia y el Señor nos recibe siempre con un abrazo, con una caricia.

Yo quisiera recibirlos a todos ustedes así, uno por uno, pero son muchos, y entonces a todos juntos les digo, niños y niñas, que son una cosa maravillosa, su edad es maravillosa y les digo que sigan adelante. Y ustedes están precisamente en la iglesia. Pensemos en los niños que en este momento están sufriendo – no lo olvidemos – por los desastres climáticos, por el hambre, por la guerra y la pobreza. Ustedes saben que hay gente mala que hace el mal, que hace la guerra, destruye... ¿Ustedes quieren hacer el mal? [responden: “¡No!”] ¿Ustedes quieren ayudar? [responden: “¡Sí!”] Eso me gusta, me gusta.

Queridos niños, su presencia aquí es un signo que llega directo al corazón de todos nosotros los adultos, y nosotros, las personas grandes, debemos mirar su espontaneidad y escuchar su mensaje.

Ustedes prepararon algunas preguntas: para no ser aburrido con el discurso, escuchemos las preguntas y lo que me han preparado. Y muchas gracias, gracias queridos niños. Y recuerden: la vida es un don estupendo. ¿Lo decimos juntos? La vida es un don estupendo. Una vez más: la vida es un don estupendo. Dios nos ama tanto, y es hermoso estar juntos, comunicar, compartir y entregar. Háganlo siempre así, la Virgen los ayudará. Les pido: ¡recen siempre a la Virgen! ¿Ustedes le rezan a la Virgen? [responden: “¡Sí!”] ¿Ustedes le rezan a la Virgen? [responden más fuerte: “¡Sí!”] Muy bien, siempre, no dejen de hacerlo. Y oren también por mí. Gracias.

Presentador:

Sus amigos han preparado para ustedes y con ustedes un diálogo con el Papa Francisco. Escuchemos la primera pregunta de Isidora, de 9 años, de Brasil.

Isidora:

Hola, Papá Francisco, soy Isidora, tengo 9 años, vengo de Brasil. ¿Piensas que nosotros los niños podemos salvar la Tierra?

Papa Francisco:

Sí. Sí, porque ustedes son sencillos y entienden que destruir la Tierra es destruirnos a nosotros. Debemos cuidar la Tierra: ¿entiendes eso? Si destruyes la Tierra, te destruyes a ti mismo. Digámoslo todos juntos, lentamente, sin gritar: “destruir la Tierra es destruirnos a nosotros”. ¡Vamos! [repiten] Otra vez: [repiten] Y sabes, porque la Tierra nos da todo para vivir: te da el oxígeno, te da el agua, te da las hierbas, te ayuda mucho para vivir. Si destruimos la Tierra, nos destruimos a nosotros. Todos juntos: quien destruye la Tierra, nos destruye a nosotros. Todos juntos: destruir la Tierra es destruirnos a nosotros. Gracias.

Presentador:

Ahora tenemos a Rania, de 12 años, de Palestina.

Rania:

Querido Papa Francisco, soy Rania y soy de origen palestino. Quiero preguntarte: ¿si comienza la tercera guerra mundial, ya no volverá la paz?

Papa Francisco:

Has hecho una pregunta que toca a tu tierra que sufre mucho, en este momento. Si estalla la guerra: la guerra ya estalló, queridos. Escuchen esto: la guerra estalló en todo el mundo. No sólo en Palestina: estalló en el Sur de África, estalló en el Congo, estalló en Myanmar, estalló en todo el mundo. Son guerras ocultas, En Mozambique... en todo el mundo. Estamos viviendo una guerra terrible y la guerra nos quita la paz y nos quita la vida. Debemos pensar un poco, trabajar por la paz. Lo decimos juntos, en voz baja: “trabajemos por la paz”. ¡Todos! [repiten]. Y esta niña, que se llama Rania, su patria está en guerra y se sufre mucho. Hagamos una cosa: en silencio, hagámosle un saludo a Rania y a toda la gente de su patria. Y tú hazle saber a la gente de Palestina que todos los niños los han saludado. La paz es hermosa. Todos: “la paz es hermosa” [repiten] Gracias, Rania.

Presentador:

Massimo, de 10 años, de Roma.

Massimo:

Hola, Papa Francisco. Soy Massimo y soy italiano. Quiero preguntarte, tú, ¿qué sueñas en la noche?

Papa Francisco:

Repite la pregunta, que la escuchen todos.

Massimo:

Tú, ¿qué sueñas en la noche?

Papa Francisco:

Me preguntas: ¿qué sueño en la noche? No sé qué sueño, ¡porque duermo! ¡Así es! Algunas veces, viene algún sueño que es un recuerdo de cuando era joven o era niño, y recuerdo en el sueño estas cosas. Pero en la mayor parte, duermo. Y soñar es hermoso, es hermoso. Cuando 1 sueña algo, hay algo de vida, dentro. Lo decimos juntos: “soñar es hermoso”. Todos juntos [repiten]. Gracias.

Presentador:

Iván, de 9 años, de Ucrania.

Iván:

Hola, Papa, soy Iván y soy ucraniano. ¿Puedes explicarnos cómo se hace la paz?

Papa Francisco:

Esta es una pregunta muy difícil. ¿Cómo se hace la paz? Ven, ven acá. Cómo se hace la paz, no es fácil decirlo. Cómo se hace la guerra, es más fácil, porque la guerra se hace con el odio, con la venganza, haciendo mal al otro y eso viene del instinto. Pero la paz, ¿cómo se hace? Pensemos un minuto en su pregunta, que es muy inteligente. Su tierra está en guerra y sabe cuánta necesidad tenemos de paz. Yo hago la pregunta; pensemos y después vemos cómo respondemos. ¿Cómo se hace la paz? Pensemos en silencio. [un momento de silencio] ¿Pensaron cómo se hace la paz? [responden: “¡Sí!”] No hay un método para aprender a hacer la paz, no. Hay un gesto: la paz se hace con la mano tendida, con la mano de la amistad tendida, siempre buscando involucrar a las demás personas para caminar juntos. La mano tendida. Les pregunto: ¿ustedes quieren hacer la paz? [responden: “¡Sí!”] Hagamos un gesto, todos juntos: la mano tendida, todos juntos, tú también, todos juntos. La mano tendida, así se hace la paz, saludando a los amigos, recibiendo a todos en casa. La paz se hace con el corazón y con la mano tendida. Digámoslo juntos: “la paz se hace con el corazón y con la mano tendida”. Todos juntos [repiten]. Muy bien. Muy bien, muchacho.

Presentador:

Ahora Kim Ngan, de 11 años, de Vietnam.

Kim Ngan:

Querido Papa, soy Kim Ngan, tengo 11 años y vengo de Vietnam. Quiero entender esto: ¿si no te han escuchado a ti, que sabes tantas cosas, por qué deberían escucharnos a nosotros, y cómo pueden hacerlo?

Papa Francisco:

Ven, ven, quédate aquí. Kim Ngan viene de Vietnam, y me pregunta cómo puede la gente escucharlos a ustedes los niños. La gente está muy preocupada por muchas cosas, tantas cosas y se olvida de escuchar a los niños. Pero ustedes deben decir las cosas como las ven, decir la verdad, decir lo que sienten porque su voz es necesaria. Digámoslo todos juntos: “la voz de los niños es necesaria”. Todos. La voz de los niños es necesaria. Y ustedes deben ayudar para que los adultos nos escuchen, que los adultos los escuchen, y después háganse escuchar por los adultos porque ustedes son mensajeros de paz. Digamos juntos: “los niños son mensajeros de paz”. Juntos [repiten]. Muy bien. Gracias

Presentador:

Antrànik, de Siria.

Antrànik:

Hola, Papa Francisco, soy Antrànik y soy de Siria. Según tú, ¿por qué matan a los niños, durante la guerra, y nadie los defiende?

Papa Francisco:

¿Por qué matan a los niños durante la guerra? He visto en las crónicas de guerra, en las noticias, cuántos niños han muerto. Son inocentes, y esto hace ver la maldad de la guerra. Porque, si se matara sólo a los soldados, sería otra cosa; pero matan a gente inocente, matan a los niños. ¿Por qué matan a los niños, en la guerra? Eso es una crueldad. Ahora les haré una propuesta, para acompañar a Antrànik. ¿Por qué matan a los niños en la guerra? Hagamos un pequeño momento de silencio, todos, y pensemos en tantos niños muertos en la guerra. Es terrible, es una injusticia. Pensemos en los niños asesinados [momento de silencio] ¿Por qué matan a los niños, durante la guerra, y nadie los defiende? Esto hace ver la crueldad de una guerra: la guerra siempre es cruel y ¿quién “paga la fiesta”? Los niños. Se mata a los inocentes. Oremos juntos al Señor por los niños: “Padre Nuestro, que estás en el cielo...”. ¿Por qué matan a los niños en la guerra? Oremos por los niños que sufren y son asesinados en la guerra. Y gracias, muy bien.

Presentador:

Y ahora, Celeste, de 9 años, de Perú.

Celeste:

Querido Papa, me llamo Celeste, soy peruana y quiero saber quiénes son tus amigos.

Papa Francisco:

Me pregunta quiénes son mis amigos. Mis amigos son las personas que viven conmigo en casa, son amigos; después tengo muchos amigos fuera, en alguna parroquia, también algún Cardenal es mi amigo... Son amigos. Tengo la gracia de tener amigos, y esa es una gracia de Dios, porque la persona que no tiene amigos es una persona triste. ¿Entendieron? La persona que no tiene amigos, es una persona triste. Digámoslo juntos: “la persona que no tiene amigos, es una persona triste”. Busquemos tenerlos: siempre tener amigos. Y te agradezco por la pregunta: eres una buena peruana.

Presentador:

Muy bien, tenemos otras siete preguntas para el Santo Padre. Comenzamos con Pauline, Del Congo, de 12 años.

Pauline:

Querido Papa, soy Pauline, vengo del Congo, que tú conoces bien. Quiero preguntarte ¿qué es lo más importante que has vivido en tu vida?

Papa Francisco:

Me pregunta qué es lo más importante de la vida. No sabría decirlo, porque en mi vida he tenido muchas cosas importantes... Aunque, les digo la verdad, este encuentro con ustedes es importante en mi vida, porque los encuentro a ustedes, sus ilusiones [deseos]... Pero siempre es bueno pensar en los momentos más felices que hemos tenido en la vida y los feos hacerlos a un lado, porque todos los hemos tenido, los feos. No, los momentos felices. Ahora, un poquito de silencio y cada uno de nosotros piense qué momento ha sido el más feliz en su vida. Pensemos en silencio. Sigamos.

Presentador:

Ahora tenemos a Sofía, de 9 años, de Filipinas.

Sofía:

Hola, yo soy Sofía y vengo de Filipinas. Tú, cuando te enojas, ¿cómo haces para calmarte?

Papa Francisco:

Algunas veces me enojo. Pero no muerdo, no muerdo. ¿Cómo hacemos para calmarnos? Una vez, una persona que me ayudó mucho en la vida, cuando era niño, me decía: “cuando estés enojado, antes de responder, tómate un vaso de agua”. Es un buen consejo: ¿lo decimos juntos? Cuando estés enojado, antes de responder tómate un vaso de agua. Otra vez: [repiten] Porque ustedes saben que cuando uno está enojado, no habla, muerde. Y eso no es lindo. La rabia dejémosla a los perros, pero nosotros busquemos ser mansos, y no dejarnos guiar por la rabia. Repitamos otra vez: cuando estés enojado, tómate un vaso de agua. Gracias.

Presentador:

Ahora tenemos a Luxelle, de 9 años, de África.

Luxelle:

Hola, Papa Francisco, yo soy Luxelle. ¿Por qué hace tanto calor aunque es otoño?

Papa Francisco:

Su pregunta es muy importante. Ella pregunta: ¿por qué en este tiempo hace tanto calor, aunque es otoño? Pregunta esto. ¿Saben por qué? Porque nosotros, las personas, no cuidamos la creación, no cuidamos la naturaleza y la naturaleza se rebela. Debemos aprender a cuidar la creación, a cuidar la naturaleza y no a ensuciar la naturaleza. Juntos: “cuidar la naturaleza”. Juntos… [repiten] Pero, no escucho... [repiten más fuerte] ¡Otra vez! [repiten] Porque la naturaleza es nuestro futuro. Gracias.

Presentador:

Ahora tenemos a Susai, de Samoa y Tonga.

Susai:

Hola, Papa Francisco, me llamo Susai y vengo de Samoa y Tonga. Quisiera preguntarte: ¿estás preocupado por el medio ambiente?

Papa Francisco:

Tú vienes de Samoa. Ella me pregunta si estoy preocupado por la naturaleza. Estoy muy preocupado, porque se está arruinando la naturaleza. Piensen que en el Polo Norte ahora los hielos se han derretido y se puede navegar. Piensen que en el Polo Sur ha caído una masa de 200 km2 de hielo porque la tierra se sobrecalienta. Piensen que el nivel de los mares está subiendo y están entrando en la tierra; piensen que los peces en el mar están arruinándose porque tiramos muchas cosas al mar. Por eso estoy preocupado por la naturaleza. Todos nosotros debemos estar preocupados por la naturaleza y debemos ayudar. Por ejemplo: si tú estás en el río o en la playa y tomas una Coca Cola, ¿tiras la botella en el río o en el mar? ¿Se hace esto? [responden: “¡No!”] Debemos cuidar la naturaleza, debemos cuidar la creación, porque la naturaleza nos contiene a nosotros, y no arruinarla. Estoy preocupado por la naturaleza y también ustedes deben estar preocupados por la naturaleza. Muchas gracias por preocuparse por la naturaleza. Gracias.

Presentador:

Ahora tenemos al pequeño Chris, de 8 años, de Haití.

Chris:

Buenos días, Papa Francisco. Me llamo Chris y vengo de Haití. Ya que los adultos con su comportamiento nos están dejando un mundo contaminado, nosotros los niños ¿de quién debemos aprender a respetar nuestro planeta?

Papa Francisco:

Bonjour! Nosotros debemos aprender a cuidar el planeta, aprender de los maestros, de los profesores, también de la gente que sabe pensar, de los padres de familia, en la familia. Cuidar la creación, porque cuidando la creación, nos cuidamos a nosotros que somos una parte de la creación. Por favor, hagan todo lo posible – como niños – para cuidar la creación. Digámoslo juntos: “¡Cuidar la creación!” Juntos… [repiten] ¡Una vez más! [repiten]. Gracias.

Presentador:

Ahora tenemos a Drew, de 11 años, de Australia.

Drew:

Hola, Papa Francisco, me llamo Drew y vengo de Australia. Me preguntaba cómo pasas el tiempo durante el día.

Papa Francisco:

¿Qué hago durante el día? ¡Trabajo! Y hay mucho trabajo aquí. Trabajo escuchando a la gente, organizando cosas, pensando cómo avanzar, haciendo que las cosas vayan mejor. Yo trabajo: me levanto temprano, hago oración y trabajo. El trabajo es algo hermoso, porque – les digo algo – el que no trabaja, la persona que se acostumbra a no trabajar, ¿es una buena persona? ¿Sí o no? [responden “¡No!”] No. Trabajar es salud. Digámoslo juntos… [repiten] Debemos aprender a trabajar siempre. El trabajo te da dignidad. El mandamiento de Dios es “gana el pan con tu trabajo”, ganarse la vida, trabajar. En trabajo te da dignidad. Todos juntos: “el trabajo nos da dignidad”. No escucho... [repiten más fuerte] Gracias, bravo.

Presentador:

Ahora tenemos a la pequeña Salma, de 7 años, de Ghana.

Salma:

Hola, Papa Francisco, yo soy Salma y soy de Ghana y ¿te puedo hacer una pregunta? ¿Cómo podemos evitar que las personas desperdicien tantas cosas?

Papa Francisco:

Ella ha hecho una pregunta inteligente y preguntó: ¿cómo podemos evitar que las personas desperdicien tantas cosas? Por favor, no desperdicien, no desperdicien la comida, porque hay gente que no come; usen siempre la comida, no lo tiren: la comida es una gracia de Dios. Cada uno de nosotros debe aprender a no desperdiciar la comida. Digámoslo juntos: “no desperdiciar la comida”. Todos juntos: [repiten] Y si a mediodía sobra un poco de comida, comerla en la noche, pero no tirarla: tirar la comida es un pecado muy feo. Gracias. Muy bien.

Hemos hablado de muchas cosas bellas, pero la más hermosa que toca su corazón es la paz, porque ustedes no quieren la guerra, ustedes quieren que en el mundo haya paz. Ahora, todos juntos, hagamos un signo de paz y nos damos la mano, uno al otro, nos saludamos. Eso, nos saludamos dándonos la mano como signo de paz.

[Canto, mientras todos intercambian un apretón de manos]

Ahora, todos juntos, oremos un poco, oremos en silencio y yo les daré la bendición. En silencio recibimos la bendición. Recémosle a la Virgen: “Dios te salve María, ...”.

Y ahora, en silencio, recibimos la bendición y cada uno piense en su familia, piense en todos aquellos a los que quiere que llegue esta bendición. Que los bendiga Dios omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu Santo.

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