COMUNICAR ES INVOLUCRARSE CON INTELIGENCIA Y AMOR PARA HACER CRECER AL OTRO: MENSAJE DEL PAPA AL FESTIVAL DE DOCTRINA SOCIAL DE VERONA (24/11/2023)

La comunicación alcanza su plenitud en la donación total de sí a la otra persona y es en esta relación de reciprocidad “donde se desarrolla la red de la libertad”: así escribió el Papa Francisco en su mensaje dirigido a los organizadores y participantes en la 13ª edición del Festival de Doctrina Social que comenzó este 24 de noviembre, en Verona. Tres días de encuentros entre profesionales, empresarios, profesores y laicos comprometidos “en traducir concretamente las enseñanzas del Evangelio en la sociedad”, como pide también la Síntesis de la primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo. Transcribimos a continuación el texto del mensaje del Santo Padre, traducido del italiano:

Santa Martha, 5 de noviembre 2023

Saludo cordialmente ante todo al Presidente de la Fundación Signos Nuevos, Alberto Stizzoli, que desde hace algunos años, junto a un nutrido grupo de laicos, al comité científico y a los amigos que apoyan concretamente esta iniciativa, continúa la importante iniciativa del Festival de la Doctrina Social de la Iglesia.

Los saludo a todos ustedes, profesionistas, empresarios, profesores y laicos comprometidos, que participan en la 13ª edición del Festival de la Doctrina Social de la Iglesia. Agradezco a los organizadores que, compasión y en el silencio, hacen avanzar esta iniciativa para traducir concretamente en la sociedad las enseñanzas del Evangelio. Son precisamente ustedes laicos profesionistas que no se cansan y representan una de las convergencias expresadas en la Relación de Síntesis de la primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (4-29 octubre 2023): «Si la misión es gracia que compromete a toda la Iglesia, los fieles laicos contribuyen de manera vital a realizarla en todos los ambientes y situaciones más ordinarias de cada día. Son ellos sobre todo quienes hacen presente a la iglesia y anuncian el Evangelio en la cultura del ambiente digital, que tiene un impacto muy fuerte en todo el mundo, en las culturas juveniles, en el mundo del trabajo, de la economía y la política, de las artes y la cultura, de la investigación científica, de la investigación y la formación, en el cuidado de la casa común y, de manera particular, en la participación en la vida pública» (n. 8, letra d).

El tema que eligieron este año, “#soci@lmente libres”, recuerda algunas cuestiones de gran actualidad sobre todo para la cultura digital que tiene influencia sobre las relaciones entre las personas y, como reflejo, en la sociedad. El símbolo @ integrado en la palabra “socialmente”, antiguamente indicaba la unidad de medida y, posteriormente, asumió un valor contable, para llegar a la utilización común en el correo electrónico con el significado “en”. De la historia llega, entonces, un señalamiento para vivir hoy la libertad en las redes sociales. Lo señala ese “en” que indica cercanía, proximidad, contacto, expresión íntima de libertad, que hay que “guardar” en el corazón. La red que deseamos no está hecha «para atrapar, sino para liberar, para custodiar una comunión de personas libres. La Iglesia misma es una red tejida por la comunión eucarística, donde la unión no se funda en los “like”, sino en la verdad, en el “amén”, con que cada uno se une al Cuerpo de Cristo, acogiendo a los demás» (Mensaje para la 53ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales). En esta tensión y en esta confianza se expresa la libertad personal y comunitaria. Con respecto a la velocidad informativa, que provoca voracidad en las relaciones, el amén es una especie de provocación para ir más allá del aplanamiento cultural para darle plenitud al lenguaje, en el respeto por cada persona. ¡Que nadie sea promotor de una comunicación del descarte a través de la difusión de mensajes de odio y la distorsión de la realidad en la red! La comunicación llega a la plenitud en la donación total de sí mismo a otra persona. En esta relación de reciprocidad se desarrolla el tejido de la libertad.

Recordarán el célebre relato de la multiplicación de los panes y los peces en el Evangelio de Marcos (Mc 6, 34-44). A menudo la atención se queda en el hecho en sí mismo: cerca de cinco mil hombres pudieron alimentarse de lo que Jesús había puesto a su disposición. En realidad, el evangelista está mucho más interesado en la manera en que Jesús le quita el hambre a la multitud, que lo ha alcanzado hasta las orillas del Lago de Tiberíades. «Jesús vio una gran multitud, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor y se puso a enseñarles muchas cosas» (Mc 6, 34). Ante todo Jesús enseña: el primer alimento reside en la verdad de la cual Él es narrador en la historia, de la cual se ha hecho parábola viva. Además, la gente hace de todo para poder escucharlo, incluso muchos kilómetros a pie. ¿Por qué? Marcos deja entender que la multitud percibe la autoridad sin igual del Maestro de Nazaret. Esta le venía sin duda de lo que dice: a menudo se trata de enseñanzas difíciles de asimilar, porque son muy exigentes. Pero, todavía más, su autoridad le viene de su involucramiento personal y de su ser rostro y palabra del Padre en los caminos de la existencia humana: él tiene compasión de la gente, tiene los mismos sentimientos que las personas que están frente a él, no los mira de arriba hacia abajo, hace suyos sus problemas, cuida de ellos.

Su comunicación es verdadera porque está inspirada por el amor a quienes lo escuchan, incluso a veces de manera distraída. De hecho, a la enseñanza sigue el don del pan y del compañero: Jesús se interesa por toda la persona, es decir por la persona en su integridad, Jesús, como es evidente, no es un líder solitario. Para llegar a cada uno de los reunidos, pide la colaboración de los discípulos. También ellos deben entrar en su lógica de involucramiento personal. No hay don evangélico que no incluya también un poco del donador mismo: «Ustedes mismos denles de comer» (Mc 6, 37). Esta es la libertad a la cual el discípulo está llamado: la de aquel que se involucra con inteligencia y amor para hacer crecer al otro.

He ahí, entonces, la importancia de ser testigos de libertad en un mundo de conflictos. Les deseo a todos ustedes que puedan traducir el hashtag del “soci@lmente”, promoviendo con inteligencia acciones e iniciativas de bien común. Involúcrense en la educación para la cultura del don. «Hemos recibido la vida gratis, no hemos pagado por ella. Que todos podamos entonces dar sin esperar algo, hacer el bien sin pretender algo similar de la persona a la que ayudamos» (Fratelli tutti, 140).

¡Que el Señor los bendiga! Y, por favor, no se olviden de orar por mí.

Fraternalmente,
FRANCISCO

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