OBJETIVO DÉFICIT CERO, REDUCIR COSTOS Y EVITAR LO SUPERFLUO: CARTA DEL PAPA AL COLEGIO CARDENALICIO (20/09/2024)

El Papa Francisco envió, este 20 de septiembre, una carta-llamado al Colegio Cardenalicio en la que señala los caminos para implantar aún más y mejor la reforma económica de la Curia Romana. Éste, recordó el Sumo Pontífice, fue uno de los temas principales de las Congregaciones Generales previas al Cónclave, así como uno de los objetivos del «proceso de transformación» iniciado con la reforma de la Curia Romana mediante la Constitución Apostólica Predicate Evangelium. Publicamos a continuación el texto de la carta, fechada el 16 de septiembre, traducido del italiano:

Queridos hermanos:

Hace diez años iniciamos la reforma de la Curia Romana y, a través de la Constitución Apostólica Predicate Evangelium, sí estableció una nueva organización de la Santa Sede, precisando sus principios guía y finalidades. Ecclesia semper reformanda: este ha sido el espíritu que ha animado la reforma, con el fin de garantizar que la Curia Romana coadyuve al Sucesor de Pedro en el ejercicio de su supremo oficio pastoral para el bien y servicio de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares.

Si esta actualización representa un testimonio de vitalidad y de gracia, conocemos la dedicación y las fatigas de mujeres y hombres comprometidos en adaptarse a este movimiento de renovación. A ustedes, hermanos cardenales, en la función de asistir al Romano Pontífice en el gobierno de la Iglesia universal, les corresponde acompañar a quienes han estado involucrados en este proceso de transformación.

No obstante las dificultades y, a veces, esa tentación de inmovilismo y rigidez ante el cambio, muchos han sido los resultados conseguidos en estos años. Les agradezco por la ayuda que han proporcionado y siguen proporcionando. Con estas premisas, tengo ahora de manera particular que enfrentar nuevamente uno de los temas que caracterizaron mayormente las Congregaciones Generales antes del Cónclave: la reforma económica de la Santa Sede. Los años transcurridos han demostrado que las peticiones de reforma solicitadas en el pasado por muchos exponentes en el Colegio Cardenalicio han sido de largo plazo y han permitido adquirir una mayor conciencia del hecho de que los recursos económicos al servicio de la misión son limitados y deben gestionarse con rigor y seriedad para que los esfuerzos de quienes han contribuido al patrimonio de la Santa Sede no se dispersen junto

Por estas razones, es necesario ahora un esfuerzo adicional por parte de todos para que un “déficit cero” no sea solamente un objetivo teórico, sino una meta efectivamente realizable. La reforma ha puesto las bases para la actualización de políticas éticas que permitan mejorar el rendimiento económico del patrimonio existente. A esto le acompaña la exigencia de que cada Institución se esfuerce en encontrar recursos externos para su propia misión, volviéndose ejemplo de una gestión transparente y responsable al servicio de la Iglesia.

Sobre el tema de la reducción de los costos, es necesario dar un ejemplo concreto para que nuestro servicio se realice con espíritu de esencialidad, evitando lo superfluo y seleccionando bien nuestras prioridades, favoreciendo la colaboración recíproca y las sinergias. Debemos ser conscientes de que hoy estamos ante decisiones estratégicas que hay que asumir con gran responsabilidad, porque estamos llamados a garantizar el futuro de la Misión.

Las Instituciones de la Santa Sede tienen mucho que aprender de la solidaridad de las buenas familias. Así como en estas familias quienes gozan de una buena situación económica van en ayuda de los miembros más necesitados, las Entidades que registran un avance deberían contribuir a cubrir el déficit general. Esto significa cuidar el bien de nuestra comunidad, actuando con generosidad, en el sentido evangélico del término, como presupuesto indispensable para pedir generosidad también al exterior.

En conclusión, les pido acoger este mensaje con valentía, espíritu de servicio y apoyar con convicción, lealtad y generosidad las reformas en curso, contribuyendo de manera propositiva con sus conocimientos y experiencias al proceso de reforma. Cada una de las Instituciones de la Santa Sede forma con todas las demás un único cuerpo: por tanto, la colaboración auténtica y la cooperación hacia la única meta, el bien de la Iglesia, representan un requisito esencial de nuestro servicio.

Con este espíritu y esta consciencia les pido acompañar con fidelidad y confianza nuestro trabajo.

Desde el Vaticano, 16 de septiembre 2024

FRANCISCO

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