CONSTRUYAN UN NUEVO HUMANISMO: PALABRAS DEL PAPA A REPRESENTANTES DE LA GUARDIA DE FINANZAS (21/09/2024)
Señor Ministro, señor General, Excelencia y queridos capellanes, queridos miembros de la Guardia de Finanzas:
Con placer les doy la bienvenida; los vi esta mañana cuando entraban aquí. Saludo al Ministro de Economía y Finanzas, al Comandante General y a todos los oficiales. Saludo y agradezco al Obispo Ordinario Militar y a los capellanes.
«En la tradición, el futuro». Este es el lema de su 250º aniversario. En la tradición está el futuro. Hace referencia a las raíces que llevaron a la fundación de la Guardia de Finanzas y le dieron una dirección de crecimiento. Nacida como cuerpo especial para el servicio de vigilancia financiera y defensa de las fronteras, ha asumido tareas de policía hacendaria y económico financiera, de policía en el mar, como una importante misión en el ámbito de la ayuda, tanto en el mar como en la montaña. Recuerdo histórico de este esfuerzo es la ayuda ofrecida a los refugiados judíos y a los perseguidos durante los dos grandes conflictos mundiales.
Un vasto ámbito de intervenciones, entonces, que intenta responder a los problemas con la concreción de la presencia y la acción puntual, siendo vehículo al mismo tiempo de una alternativa cultural a algunos males que corren el riesgo de contaminar a la sociedad.
Su patrono es San Mateo – hoy es su fiesta –, apóstol y evangelista. Él, de hecho, fue un “publicano”, es decir un recaudador de impuestos, oficio doblemente despreciado en el tiempo de Jesús, por servir al poder imperial y por corrupto. A mí me gusta ir a la iglesia de los franceses [San Luis] a ver ese Caravaggio, “La conversión de Mateo”, que simboliza esto profundamente. Mateo representaba una mentalidad utilitaria y sin escrúpulos, devota sólo del “dios dinero”.
También en nuestros días una lógica similar repercute en la vida social, que usando desequilibrios y marginación: desde los desperdicios de alimentos – esto es un escándalo, los desperdicios de alimentos, ¡es un escándalo! – hasta la exclusión de ciudadanos del beneficio de algunos de sus derechos. También el Estado puede terminar siendo víctima de este sistema; incluso aquellos estados que, aún disponiendo de enormes recursos, permanecen aislados en el plano financiero o del mercado global. ¿Cómo se explica el hambre en el mundo, hoy, cuando hay tantos, tantos desperdicios en las sociedades desarrolladas? Esto es terrible. Y una cosa más: si se detuviera un año la fabricación de armas, terminaría el hambre en el mundo. Mejor las armas que resolver el hambre...
En este panorama, ustedes están llamados a contribuir con la justicia de las relaciones económicas, verificando la observancia de las normas que disciplinan las actividades de los individuos y de las empresas. Por ello vigilan el deber de cada ciudadano de contribuir según criterios de equidad con las necesidades del Estado, sin que sean privilegiados los más fuertes, y combaten el uso inapropiado del internet y de las redes sociales. Ya sea con respecto a la recaudación de impuestos, o en la lucha contra el trabajo oculto y mal pagado – este es otro escándalo –, o incluso dañino contra la dignidad humana, su acción es de primera importancia.
Y todo esto es su manera concreta y cotidiana de servir al bien común, de estar cerca de la gente, de combatir la corrupción y promover la legalidad. Esa corrupción que se hace por debajo de la mesa.
La palabra “corrupto” – “cor-rupto” – «recuerda el corazón roto, el corazón partido, manchado por algo, arruinado. […] La corrupción revela una conducta antisocial tan fuerte que disuelve la validez de las relaciones y de los pilares sobre los cuales se basa una sociedad». Por ello la respuesta, la alternativa no está solamente en las normas, sino en un «nuevo humanismo». [1] Refundar la humanidad.
La mirada de Jesús, puesta sobre el joven Mateo, dice que la dignidad y la vida del hombre son el corazón de la vida de un pueblo. Ustedes pueden contribuir al surgimiento de este nuevo humanismo también a través del trabajo que prestan al servicio de los jóvenes que piden entrar al Cuerpo de la Guardia de Finanzas y que asisten a sus escuelas. Ellos quizá al inicio buscan sólo un empleo, pero encuentran después una formación específica que, además de proporcionarles las nociones y las experiencias indispensables, se convierte también en educación para la vida y para el bien común.
Mateo, en cierto sentido, pasó de la lógica de la ganancia a la de la equidad. Pero, en la escuela de Jesús, el superó incluso la equidad y la justicia y conoció la gratuidad, el don de sí mismo que engendra solidaridad, compartir, inclusión. La gratuidad no es solamente una dimensión financiera, sino que es una dimensión humana. Convertirse [en personas] al servicio de los demás, gratuitamente, sin buscar la propia ganancia. Porque, si la justicia es necesaria, ésta no es suficiente para llenar esos vacíos que sólo la gratuidad, la caridad, el amor puede sanar.
Ustedes lo experimentan por ejemplo cuando organizan la acogida la ayuda a los migrantes en peligro en el Mediterráneo. Gracias por esto, gracias. O en las intervenciones valientes durante los desastres naturales, en Italia y en otros lugares. Pero pensemos en la lucha contra la plaga del tráfico de estupefacientes, contra los mercaderes de la muerte. Su servicio no se agota en la protección de las víctimas, sino que incluye el intento por ayudar al renacimiento de quien se equivoca: de hecho, actuando con respeto e integridad moral pueden tocar las conciencias, mostrando la posibilidad de una vida distinta.
También de esta forma se puede y se debe construir una alternativa a la globalización de la indiferencia, que destruye con la violencia y la guerra, pero también olvidando el cuidado de la socialización y del medio ambiente. En efecto, la riqueza de una nación no está solamente en su PIB, reside en su patrimonio natural, artístico, cultural, religioso, y en la sonrisa de sus habitantes, de sus niños. Una vez, un jefe de Estado me decía: “yo tengo una medida especial: las sonrisas de los niños y de los viejos. Cuando ambos sonríen, en una sociedad las cosas no van tan mal”. Es interesante. Y esto favorece la creatividad, la apertura al mundo. Ustedes mismos son ciudadanos que custodian esta “riqueza” de Italia, pero listos para salir en misiones internacionales. ¡Se necesita este impulso solidario hacia los demás como camino hacia la paz y como esperanza de un futuro mejor!
Hermanas y hermanos, me alegro con ustedes, porque cooperan en alimentar la confianza y la esperanza del pueblo. Este pueblo que somos todos nosotros. Y alimentar la confianza, la esperanza, la sonrisa. Sobre esto. El termómetro es: ¿sonríen los niños? ¿Sonríen los ancianos? No lo olviden. Y en este importante aniversario se encuentra bien con el tema del Jubileo que la Iglesia se prepara a celebrar, que es “Peregrinos de esperanza”. Los bendigo de corazón a ustedes, bendigo su trabajo y a su familia. Por favor, no pierdan el sentido del humor, por favor, que eso es salud. Y les pido por favor orar por mí. Gracias.
[1] Prefacio en: Peter Turkson, Corrupción: combatir la corrupción en la Iglesia y la sociedad, Bolonia 2017.
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