LA ESPERANZA SOSTIENE EN LAS DIFICULTADES Y ABRE AL FUTURO: PALABRAS DE LEÓN XIV A LA FUNDACIÓN NACIONAL ITALOAMERICANA (04/06/2025)
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. [Amén.]
Que la paz esté con ustedes. [Y con tu espíritu.]
Sean bienvenidos, siéntense por favor.
Nuevamente, buenos días, me alegra encontrarme con ustedes. Me disculpo por haberlos hecho esperar. El sistema de programación del Vaticano coloca cuatro audiencias todas al mismo tiempo. De esa forma, desafortunadamente, ustedes deben esperarme y no viceversa. Daré un breve discurso formal y después me da mucho gusto saludarlos a todos individualmente. Después tengo la Audiencia General en la Plaza de San Pedro tras este encuentro.
Queridos hermanos y hermanas:
Me alegra saludarlos, miembros del Consejo de Administración de la Fundación Nacional Italoamericana mientras su organización celebra su 50º aniversario. Como bien saben, decenas de millones de norteamericanos orgullosamente reclaman su herencia italiana, aún si sus ancestros llegaron a los Estados Unidos de América hace varias generaciones. Su trabajo para continuar educando a los jóvenes respecto a la cultura e historia italiana, así como para proveer becas y otras asistencias caritativas en ambos países, ayuda a mantener una conexión mutuamente benéfica y concreta entre las dos naciones.
Un sello de muchos que emigraron a los Estados Unidos desde Italia fue su fe católica, con sus ricas tradiciones de piedad popular y devociones que siguieron practicando en su nueva nación. Esta fe los sostuvo en momentos difíciles, aún cuando habían llegado con un sentido de esperanza por un futuro próspero en su nuevo país. Su visita al Vaticano ocurre durante el Año Jubilar, que está enfocado en la esperanza, que “Habita como el deseo y la expectación de buenas cosas por venir, a pesar de que no sepamos lo que puede traer el futuro” (Francisco, Bula Spes non confundit, 1). En una época marcada por muchos desafíos, que su tiempo aquí, en una ciudad marcada por las tumbas de los Apóstoles Pedro y Pablo, así como de muchos santos que fortalecieron a la Iglesia a través de periodos difíciles de la historia, renueve su sentido de la esperanza y la confianza en el futuro. Pido para que cada uno de ustedes y sus familias siempre aprecien el rico legado espiritual y cultural quedan heredado de los que los han precedido.
Con estos sentimientos, con gusto les imparto mi bendición apostólica, que extiendo complacido a sus familias y a sus seres queridos. Gracias.
La bendición está escrita en latín, pero creo que podemos hacerla en inglés.
El Señor esté con ustedes. [Y con tu espíritu.]
Que la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.
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