ES URGENTE ANTEPONER LA SOLIDARIDAD A LA INDIFERENCIA: PALABRAS DEL PAPA A PEREGRINOS SCALABRINIANOS (10/10/2022)

La mañana de este 10 de octubre, el Papa Francisco recibió en audiencia, en el Aula Pablo VI, a los peregrinos que llegaron para la canonización de Juan Bautista Scalabrini. A ellos el Pontífice les recordó que, “las migraciones ponen en evidencia la urgente necesidad de anteponer la fraternidad al rechazo, la solidaridad a la indiferencia”. Por eso, el Santo Padre exhortó a los misioneros y misioneras scalabrinianos, a dejarse inspirar siempre por su Santo Fundador, padre de los migrantes, de todos los migrantes. Compartimos a continuación, el texto de su discurso, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos:

Todos de fiesta, ¿verdad? Agradezco al Padre Chiarello por las palabras de saludo y presentación. Estoy contento de poder estar un poco con ustedes, que participaron ayer en la celebración eucarística y la canonización del Beato Giovanni Battista Scalabrini. Son una asamblea muy variada – ¡eso es hermoso! –: hay misioneros, hermanas misioneras, misioneros seculares y laicos scalabrinianos; hay fieles de las Diócesis de Como y Piacenza; y también hay migrantes de muchos países, una hermosa “macedonia” (n. del t. ensalada de frutas), y eso es hermoso. De este modo, ustedes representan bien la amplitud de la obra del Obispo Scalabrini, la apertura de su corazón, al cual, por así decirlo, no le bastaba una diócesis.

De gran relevancia fue su apostolado a favor de los inmigrantes italianos. En ese tiempo viajaban en miles hacia las Américas. Mons. Scalabrini los miraba con la mirada de Cristo, de la que nos habla el Evangelio; por ejemplo Mateo escribe así: «Viendo las multitudes, sintió compasión de ellas, porque estaban cansadas y perdidas como ovejas que no tienen pastor» (9, 36). Y se preocupó con gran caridad e inteligencia pastoral por asegurarles una adecuada asistencia material y espiritual.

También hoy las migraciones constituyen un desafío muy importante. Ponen en evidencia la urgente necesidad de anteponer la fraternidad al rechazo, la solidaridad a la indiferencia. Hoy todo bautizado está llamado a reflejar la mirada de Dios hacia los hermanos y hermanas migrantes y refugiados – son muchos –, a dejar que su mirada ensanche nuestra mirada, gracias al encuentro con la humanidad en camino, a través de una proximidad concreta, según el ejemplo del Obispo Scalabrini.

Estamos llamados hoy a vivir y difundir la cultura del encuentro, un encuentro a la par entre los migrantes y las personas del país que los recibe. Se trata de una experiencia enriquecedora, en la medida que revela la belleza de la diversidad. Y es también fecunda, porque la fe, la esperanza y la tenacidad de los migrantes pueden servir como ejemplo e impulso para cuántos quieren comprometerse en construir un mundo de paz y bienestar para todos. Y para que sea para todos, ustedes lo saben bien, es necesario a partir desde los últimos: si no se parte desde los últimos, no es para todos. Como en las excursiones en la montaña: si los primeros corren, el grupo se rompe y los primeros después de un poco se separan; si en cambio se tiene el paso de los últimos, todos van juntos. Esta es una regla de sabiduría. Cuando caminamos, cuando peregrinamos, siempre es necesario seguir el paso de los últimos.

Para hacer crecer la fraternidad y la amistad social, estamos todos llamados a ser creativos, a pensar fuera de los esquemas. Estamos llamados a abrir espacios nuevos, donde el arte, la música y el estar juntos se conviertan en instrumentos de dinámicas interculturales, donde poder saborear la riqueza del encuentro de las diversidades.

Por eso los exhorto, misioneras y misioneros scalabrinianos, a siempre dejarse inspirar por su Santo fundador, padre de los migrantes, de todos los migrantes. Que su carisma renueve en ustedes la alegría de estar con los migrantes, de estar a su servicio y hacerlo con fe, animados por el Espíritu Santo, en la convicción de que en cada uno de ellos encontramos al Señor Jesús. Y eso los ayuda a tener el estilo de una gratuidad generosa, a no ahorrar recursos físicos y económicos para promover a los migrantes de forma integral; y los ayuda también a trabajar en comunión de intenciones, como familia, unidos en la diversidad.

Queridos hermanos y hermanas, que la santidad de Giovanni Battista Scalabrini nos “contagie” el deseo de ser santos, cada uno de manera original, único, como nos hizo y nos desea la infinita fantasía de Dios. Y que su intercesión nos dé la alegría y nos dé la esperanza de caminar juntos hacia la Jerusalén nueva, que es una sinfonía de rostros y pueblos, hacia el Reino de justicia, de fraternidad y de paz.

¡Gracias por haber venido a compartir su fiesta! De corazón los bendigo a ustedes y a todos sus compañeros de camino ahí donde viven. Y por favor, no se olviden de orar por mí. Gracias.

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