ACTUAR EN LAS FRONTERAS COMO DON PUGLISI Y SAN FRANCISCO: PALABRAS DEL PAPA A LA “COMUNIDAD FRONTERA” (22/10/2022)

Vivir el Evangelio y poner a Cristo resucitado en el centro para ayudar a los jóvenes desfavorecidos a renacer de la oscuridad: esta fue la invitación del Papa Francisco a los aproximadamente 250 miembros de la “Comunidad Frontera”, recibidos la mañana de este 22 de octubre en la Sala Clementina del Palacio Vaticano. La iniciativa está comprometida en el sur de Italia en la prevención de la pobreza y la desviación de menores y jóvenes. Compartimos a continuación, el texto pronunciado por el Papa, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos:

Agradezco al Ministro Provincial y agradezco a ustedes, jóvenes, por sus testimonios. Saludo a los obispos y sacerdotes presentes y en particular a Fray Giuseppe, que, junto con algunos jóvenes, dio vida a la Comunidad Frontera.

En esta comunidad se ve la impronta de dos carismas: el de San Francisco de Asís y el del beato Giuseppe Puglisi. Un carisma antiguo y conocido por todos, el franciscano, que en la Iglesia se ha convertido en un gran árbol con muchas ramas; y un carisma muy reciente, el del sacerdote mártir Don Pino, que dio la vida por amor a su pueblo y especialmente a sus muchachos.

Tanto Francisco como Don Puglisi vivieron el Evangelio en “frontera”. Pero pongamos atención: esta palabra puede convertirse en un eslogan, quizá de moda. No, no queremos que sea esto. “Frontera” es el estilo de Jesucristo, que a pesar de ser Dios, vino al encuentro de nosotros, ovejas extraviadas, perdidas y sin esperanza.

Frontera es el estilo de Francisco que, como Jesús, se despoja de sus riquezas y se hace mendigo para abandonarse completamente a la Providencia del Padre que está en los cielos y así compartir la condición de los pequeños, de los últimos, de quien es mendigo de pan, pero también y sobre todo de amor.

Frontera es el estilo de Don Pino Puglisi, que se hace padre de los muchachos de su parroquia en Brancaccio, va a su encuentro en la calle para sacarlos de la calle, los educa para servir a Dios y al prójimo y no para servir a sus propios intereses o los de los mafiosos.

Frontera no es un eslogan, queridos hermanos y hermanas, es un estilo de vida. Y lo demuestran sus historias: la de ustedes, Francesca, Luciana y Antonella; la tuya, Gaetano; la tuya, Nicoletta; la tuya, Vincenzo; la tuya, Francesco. Historias distintas, porque cada uno de ustedes es único e irrepetible. Pero en todas hay un hilo de oro que las une y las pone en común: el hilo del amor que vence al mal y genera vida.

Amor que es acogida y escucha; amor que es cercanía, ternura, compasión; amor que es respeto, dignidad y promoción.

Queridos amigos, cité dos carismas inspiradores: el de Francisco de Asís y el de Don Pino Puglisi. Pero debo decirles que el nombre “Ciudad de los Muchachos” me hace pensar también en otro carisma: el de Don Bosco, el carisma salesiano, que impulsa a dedicarse a los muchachos y a los jóvenes para que se conviertan en buenos cristianos y honestos ciudadanos. Me parece que la providencia, llamándolos a Mola di Bari para animar la Ciudad de los Muchachos, ha querido hacerles también este regalo.

Y finalmente quiero subrayar, de su experiencia, lo que en realidad es el elemento más importante, el cardinal: al centro está Cristo Resucitado, el Señor. Si no me equivoco está precisamente en su escudo, Jesús Resucitado, porque está al centro de la vida de los miembros de la Comunidad. Ustedes se consagran a Él para transmitir su luz, para que los y las jóvenes que están en la obscuridad puedan “salir a la luz”, renacer a una vida nueva.

Les agradezco y les digo: sigan adelante, con la fuerza del Señor y de su Espíritu. Les recomiendo: nunca pierdan su estilo, el estilo de Dios: cercanía, ternura, compasión. Este es el estilo de Dios. Así esparcirán semillas de Evangelio en la verdadera frontera del mundo, que es el corazón humano: la verdadera frontera. Que la Virgen los acompañe y también mi bendición, que de corazón les doy a ustedes y a todos los miembros de la Comunidad. Y por favor, les pido orar por mí. Gracias.

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