EL PAPA ASEGURA SUS ORACIONES POR LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA EN TAILANDIA: ÁNGELUS DEL 09/10/2022

En su alocución previa a la oración mariana del Ángelus, que hizo al final de la Celebración Eucarística de este 9 de octubre, el Papa Francisco expresó su dolor por el acto de violencia sin sentido ocurrido en Tailandia. También recordó a la Sierva de Dios María Costanza Panas, que fue beatificada hoy en Fabriano y el 60º aniversario del Concilio Vaticano II que se cumple pasado mañana. Compartimos a continuación el texto de su breve alocución, traducido del italiano:

Antes de concluir esta Celebración Eucarística, saludo y agradezco a todos ustedes, que han venido a honrar a los nuevos santos. Saludo a los Cardenales, a los Obispos, a los sacerdotes, a las personas consagradas, especialmente a los Misioneros y Misioneras de San Carlos Borromeo y a los Hermanos Salesianos Coadjutores. Saludo con reconocimiento a las delegaciones oficiales.

Hoy, en Fabriano, será beatificada María Costanza Panas, monja clarisa capuchina, que vivió en el monasterio de Fabriano desde 1917 hasta 1963, cuando partió al Cielo. Acogía a todos los que llamaban a la puerta del monasterio, infundiendo en todos serenidad y confianza. En sus últimos años, gravemente enferma, ofreció sus sufrimientos por el Concilio Vaticano II, del cual se celebra el 60º aniversario de apertura pasado mañana. Que la Beata María Constanza nos ayude a ser siempre confiados en Dios y acogedores con el prójimo. ¡Un aplauso para la nueva Beata!

A propósito del inicio del Concilio, hace 60 años, no podemos olvidar el peligro de guerra nuclear que precisamente entonces amenazaba al mundo. ¿Por qué no aprender de la historia? También en aquel momento había conflictos y grandes tensiones, pero se eligió la vía pacífica. Está escrito en la Biblia: «Así dice el Señor: “Deténganse en los caminos y miren, infórmense sobre los senderos del pasado, donde está el buen camino recórranlo, así encontrarán paz para su vida”» (Jer 6, 16).

Aseguro mi oración por las víctimas del demencial acto de violencia ocurrido hace tres días en Tailandia. Con conmoción encomiendo al Padre de la Vida, en particular, a los niños pequeños y a sus familias.

Y ahora nos dirigimos a la Virgen María para que nos ayude a ser testigos del Evangelio, animados por el ejemplo de los santos.

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