SENTIRNOS CUSTODIOS RESPONSABLES DE LA OBRA DEL CREADOR: CARTA DEL PAPA AL CARD. ANGELO DE DONATIS (07/10/2021)

Durante el evento realizado este 7 de octubre en la Pontificia Universidad Lateranense, el Papa Francisco entregó al Card. Angelo de Donatis, Gran Canciller de dicha Casa de Estudios, una carta por la institución de un ciclo de estudios sobre “Ecología y medio ambiente: Cuidado de nuestra casa común y tutela de la Creación”. Transcribimos a continuación el texto completo de la carta, traducido del italiano:

Al venerado hermano Card. Angelo de Donatis
Gran canciller de la Pontificia Universidad Lateranense

1. Llamada a educar en la responsabilidad hacia los dones de la creación, la Iglesia realiza su compromiso también al formar hacia el verdadero significado de toda acción dirigida a cuidar proteger y garantizar la vida sobre la tierra y de la tierra, muy consciente de que se trata de una obligación a la que todos somos llamados, en los diferentes papeles y tareas que se ejercitan. Creyentes y no creyentes, Tenemos el deber de garantizar no solo una abstracta sustentabilidad o a proclamar el bien de las futuras generaciones, sino a predisponer los instrumentos para salvaguardar los diversos ecosistemas y sus componentes, sabiendo que no se nos ha otorgado el disponer sin medida. Nos lo exigen, después, las graves repercusiones que la falta de conciencia ecológica provoca no sólo en el medio ambiente, sino en las relaciones humanas y en la vida social, alimentando esa cultura del descarte que significa ante todo exclusión, pobreza, desigualdades, desplazamientos forzados de poblaciones, falta de satisfacción de las necesidades primarias.

Cotidianamente toda la familia humana constata que el cuidado de la creación se vincula a los progresos de la ciencia, a las relaciones entre culturas distintas, a procesos de construcción de la paz y de la cooperación, como también impone releer los principios cardinales de la vida social. Ante la degradación que amenaza al planeta, expresiones como libertad, justicia, respeto recíproco, solidaridad, equidad, bien común, son privadas de todo significado y usadas para “justificar cualquier acción” (Fratelli tutti, 14). Esta es la razón por la cual educar y formar siguen siendo el camino a recorrer para pasar del compromiso por el medio ambiente a una correcta responsabilidad ecológica.

2. En la Iglesia católica la atención al cuidado de la creación encuentran las raíces en el patrimonio de reflexiones, ideas e instrumentos para el actuar contenidos en su doctrina social. Y cuánto bien sintetizan principios como el destino universal de los bienes, la utilización racional de los recursos, la conversión ecológica, la indivisibilidad del libro de la naturaleza, junto a algunos indicadores operativos esenciales como la ecología integral, la escucha a la naturaleza, la prevención del daño al medio ambiente, la estabilización del clima, la conservación de la biodiversidad, del agua y de los terrenos.

No podemos sin embargo olvidar que es gracias al Patriarcado Ecuménico de Constantinopla que entre los cristianos ha madurado la preocupación por la cuestión ecológica, por preservar los dones de la creación, del patrimonio natural, también con numerosas iniciativas para sensibilizar y exhortar a los creyentes y a otras comunidades religiosas al respeto del medio ambiente. Una reflexión que ante la extinción de las especies, la destrucción de la diversidad biológica, los cambios climáticos causados por la destrucción de los bosques, la contaminación del agua, del aire y de la vida, no ha dudado en decir: “estos son pecados” (Bartolomé I, Discurso al Simposio sobre el medio ambiente, Santa Barbara [Estados Unidos], 8 noviembre 1997).

Este sentimiento común ha contribuido a profundizar el diálogo entre nuestras Iglesias, orientándolo también a recibir la sabiduría que se lleva a cabo en la acción educativa y en el papel central de la Universitas como lugar simbólico de ese humanismo integral que necesita continuamente ser renovado y enriquecido a través de la interacción de los saberes, de las artes y de las ciencias. De hecho, es necesario que la formación universitaria sepa responder a los numerosos desafíos planteados en el momento actual a la humanidad entera y a las comunidades de creyentes, proponiendo un valeroso impulso cultural coherente y un proyecto científicamente válido. Elementos todavía más necesarios para afrontar la crisis ambiental sabiendo que no bastan reglas y estructuras, ni tampoco sólo el entusiasmo y el impulso ideal, se requiere una sólida preparación.

3. Por esto, pensé en insertar los estudios en Ecología y medio ambiente en el sistema de estudios eclesiásticos entre las “otras ciencias, antes que las ciencias humanas, que están más estrechamente conectadas con las disciplinas teológicas y con la obra de evangelización” (Const. ap. Veritatis gaudium, Art. 85, a) y, en unidad con el venerado hermano, Bartolomé I, de instituir en la Universidad del Obispo de Roma un ciclo de estudios en Ecología y medio ambiente. Cuidado de nuestra casa común y tutela de la creación. Un recorrido de alta formación en el que las sedes de los apóstoles Pedro y Andrés podrán trabajar en sinergia para continuar, también en este ámbito, su misión de anunciar la Buena Nueva a todos los pueblos.

El Ciclo de estudios (cf. PUL, Estatutos, Art. 1 §4, y Ordenamientos, Art. 3 §1), que encomiendo a la dirección del Rector Magnífico, estará estructurado con los recursos formativos presentes en la Universidad oportunamente integrados, en concordancia con realidades académicas unidas a distintos títulos de las dos Iglesias. Se articulará en los sectores disciplinarios de la teología, de la filosofía, del derecho y de todas las ciencias del ámbito económico, social, ecológico y ambiental, en una modalidad capaz de generar esa “unidad del saber en la distinción y el respeto de sus múltiples, correlacionadas y convergentes expresiones” (Const. ap. Veritatis gaudium, Proemio, 4). La Universidad conferirá, por autoridad de la Santa Sede, los grados académicos previstos para los tres ciclos de la formación universitaria (cf. Const. ap. Veritatis gaudium, Art. 2 §1; Título VII), ya sea en la forma de títulos conjuntos, dobles títulos, o títulos equivalentes. Otros títulos serán definidos de manera conjunta con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla o con otras Iglesias cristianas y comunidades de creyentes que deseen unirse al nuevo recorrido académico.

Además, justamente para favorecer un sistema abierto de investigación y de formación, en el ciclo de estudios podrá operar una cátedra UNESCO sobre el futuro de la educación a la sustentabilidad, como instrumento inspirado y ligado a las finalidades de la Organización, dirigido a sensibilizar y favorecer en el plano mundial, también una educación de las jóvenes generaciones a la responsabilidad ecológica, a las garantías ambientales y a la deseada sustentabilidad.

4. Estoy seguro, señor Cardenal, del compromiso de cuantos, docentes, estudiantes y personal no docente, colaborarán para garantizar la sólida preparación de sacerdotes, consagrados y laicos, siempre trabajando con humildad, sobriedad y espíritu de sacrificio, cualidades esenciales para construir, también mediante el estudio y la investigación, esa amistad social que es fundamento de la fraternidad.

Ante los actuales y futuros escenarios, los estudios en Ecología y Medio Ambiente, cuidado de nuestra casa común y tutela de la Creación se ponen para beneficio de las estructuras eclesiales, de las formas de vida consagrada, de las asociaciones y movimientos, y de todos aquellos que desean adquirir esa conciencia, conocimiento y competencia ecológica requeridas para un compromiso inspirado en un modelo de ser humano, de vida, de sociedad y de relación con la naturaleza justo y sustentable.

Que Dios misericordioso inunde con su luz nuestros pasos, para que el servicio y la preocupación por el planeta estén siempre inspirados por la alegría de sentirnos custodios responsables de la obra de Dios creador.

Roma, San Juan de Letrán, 7 de octubre 2021
En la memoria común de los Santos Sergio y Bacco

FRANCISCO

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